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La conquista de los “paraísos” prometidos es un esfuerzo de todos

El mundo está aún por hacerse y somos seis mil millones de pares de manos


Las promesas que nos formula la tecnología nos hablan de escenarios que nos llevan a soñar en un mundo nuevo, pero lo que sobra hoy es soñar en un paraíso soportado por las diferencias en derechos (que no por la diversidad), las desigualdades en dignidad; los sufrimientos de los más y los placeres de los menos. Así que el mundo está aún por hacerse y somos más de seis mil millones de pares de manos. Por Alicia Montesdeoca.



Autorretrato. Sulian
Autorretrato. Sulian
Autorretrato. Sulian
Autorretrato. Sulian
La mirada puesta en unas sociedades futuribles, que vienen imaginadas, sugeridas o diseñadas por las creencias en paraísos (hechos a la medida de la conciencia de los humanos de cada tiempo) espirituales, científicos, tecnológicos, políticos o económicos; fijados por dogmas o por renuncias, que dejan en manos de terceros el desarrollo de las posibilidades de bienestar de toda la sociedad humana, y, por lo tanto, del sujeto que se ve arrastrado a esta espera sin esperanza concreta para sí, provocan situaciones que están muy lejos de confirmar que aquellos supuestos paraísos vayan a ser tales, ni que esta generación vaya a gozar de alguno de ellos.

¿Quiénes van a ser los artífices de que esto suceda y de que sea un logro para todos? Porque cuando pensamos en el paraíso, cualquiera que sea su forma o su sustancia, la impresión es que éste va a llegar de pronto y como un regalo que no requiere esfuerzo o mérito alguno por parte del que lo recibe.

Y así, como surgiendo de la nada, se producirá un salto desde la escasez a la abundancia, desde el dolor al placer, desde la enfermedad a la salud, desde la ignorancia a la sabiduría, desde la muerte a los ochenta o cien años a un dominio sobre los ciclos vitales y sobre la propia desaparición del sujeto.

Con el esfuerzo de aquellos elegidos que nos van a liberar de nuestras limitadas posibilidades, se va a producir un beneficio para todos los que, mientras tanto, nos limitamos a vegetar por la vida a la espera del Mesías de turno que nos regale el “don”. Esta caricatura milenarista nos lleva a reproducir otra caricatura que habla de la falta de dignidad del sujeto, que espera que le dé beneficios el esfuerzo de otros.

Empleo de talentos

Muchas biografías, historias, cuentos y leyendas recogen este tipo de actitudes tan permanentes en la humanidad de todos los tiempos y las culturas. Pero para no desviarnos en la reflexión, ni irnos muy lejos, recordemos aquella parábola del señor que repartió entre sus siervos unos talentos para que los desarrollaran, y tomemos, para esta oportunidad, el ejemplo que da la actitud de aquél que enterró su legado para que no se le perdiera.

Y así podemos reunir las características típicas de este supuesto sujeto, hombre o mujer, que no se implica para no equivocarse; que no se compromete materializando una obra en su vida porque puede estar perdiendo el tiempo y no estar alerta a la llegada de la oportunidad teórica que espera; que no quiere hacerse mayor y madurar, para no parecer viejo; que no quiere independizarse porque eso le supone correr riesgos y perder comodidades; que soporta vejaciones porque le han hecho creer que es el camino más correcto para ascender por la escala profesional y social, ya tendrá la oportunidad y el derecho de hacerle lo mismo a otros que lleguen de relevo.

La raíz de todo este espectáculo que vive nuestro “actor” (varón o mujer, repito) deduzco que está en la renuncia a descubrir quién es, cómo es y cuál es la razón de su existencia (no poseo información que me lleve a afirmar otra cosa, o a enriquecer esta perspectiva), porque nadie, desde su más corta edad, le ha enseñado a pensar y a reconocer lo que le rodea desde esta perspectiva.

El modelo social que está constituido para “facilitar” su socialización le hará un individualista, pero nunca pretenderá convertirlo en un individuo crítico y autónomo. Constantemente le exigirá que renuncie a este camino. A cambio, tras colocarle “orejeras” para que no mire a los lados, le pondrá delante la zanahoria consabida, y el “burro bueno” volverá a repetir el camino que todos han seguido y que le confirma en que “la vida es así”.

Responsabilidad individual

Concluyo que, si algún día la humanidad ha de vivir en un paraíso eso será si cada sujeto asume la responsabilidad que tiene sobre su propia vida y los “talentos” que tiene; custodiando con responsabilidad la dignidad para vivir, y asumiendo que los logros propios no han de ser a costa de que otros no puedan lograr los suyos.

Mientras tanto podemos seguir soñando en el paraíso, eso no está de más. Lo que sobra es soñar en un paraíso soportado por las diferencias en derechos (que no por la diversidad), las desigualdades en dignidad; los sufrimientos de los más y los placeres de los menos.

La consecución de los objetivos de la modernidad: Ilustración, progreso, desarrollo, democracia, etc., son encomiables y nos hicieron alcanzar un estadio (sobre todo para el mundo que lo alentó), pero sus logros no beneficiaron a todos ni estimularon las mejores condiciones para un desarrollo digno de la vida de la mayoría.

La humanidad aún no ha llegado a “globalizar” el bienestar en lo espiritual y en lo material, con suerte, no llegaremos a ningún paraíso mientras esto no suceda. Así que la tarea continúa, el mundo está aún por hacerse y somos más de seis mil millones de pares de manos.


Ilustración:
Autorretrato.
Gentileza de Sulian



Domingo, 7 de Septiembre 2003
Alicia Montesdeoca
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1.Publicado por Perez , Juan Miguel el 31/10/2005 22:42
de/ jumipere@hotmail.com
Estoy de acuerdo en el artìculo a la " conquista de los paraìsos prometidos........" , pero parace que una buena parte de la humanidad viviera en un desierto .
Darnos cuenta que nos pasa y porquè no es tarea fàcil . La cultura "moderna" que hoy nos "informa" y "forma", en lo filòsofico, polìtico, econòmico , social , cambiò de formas pero no de fondo . Esto viene mucho màs allà de antes de Cristo , incluso de los griegos , si tomamos como refrencia a "nuestra CULTURA OCCIDENTAL " .
En las primeras generaciones humanas no estaban tanto preocupados en como alimentarse , vestirse , vivienda , etc. , casi todo lo conseguìan de la naturaleza . Poco producìan , trabajaban , al sobrarles el tiempo màs pensaban en cuestiones metafìsicas , de donde venimos y adonde vamos . Lo que sucedìa entre esos dos lìmites poco les importaba , es decir la propia vida terrenal . Podemos decir que hoy sucede lo mismo , la humanidad al no saber o poder resolver los grandes y pequeños conflictos de una vida mejor , aquì y ahora , se dedicò a pensar màs en el paraìso prometido . Lo que nos pasa hoy puede ser , es , que sea el sistema econòmico "elegido" capitalista "moderno" , pero tampoco perdamos de vista que la humanidad toda siempre se pensò asì casi desde siempre . El pre y pos capitalismo siguen existiendo en su mismo gen , solo cambiò la fachada .
No es , por lo tanto fàcil cambiar una forma de pensar de miles y miles de año . Sin embargo algo viene cambiando pero que altual sistema no lo denuncia , cayendo en su propia trampa . Informa todos los dìas sobre los màs aberrantes conflictos que vive la humanidad , esto no es casualidad sino que tiene un fìn perfectamente estudiado . Originar en la gente desànimo , màs y màs confusiòn por lo que los hombres pierden la fè , la esperanza de que un paraìso aquì y ahora es posible construir , quizàs no tan celestial pero si mucho màs justo , partiendo de la base de pensar y organizar una sociedad en donde los seres humanos puedan despegar desde un mismo piè de igualdad , de ahì para" arriba" en que lo quiera hacer , pero por lo menos tengamos en cuenta lo primero .
A èste paraìso solo lo disfrutan cada vez unos pocos , llamados exitosos y competitivos , pero la pregunta que hago es la siguiente ; ¿ como podrìa llamarme asì si compito con quienes , la mayorìa no tienen las mismas condiciones igualitarias desde el "vamos" ? .
Muy bien por el artìculo a la firmante .
Muchas gracias .

2.Publicado por Antonio Márquez Martínez el 24/09/2007 15:15
UN PUNTO AZUL PÁLIDO
Un punto azul pálido es una fotografía de la Tierra tomada por la nave espacial Voyager1 a una distancia de 6000 millones de Kilómetros y el título de un libro de Carl Sagan inspirado en esta fotografía. Muestra la Tierra como una mota de luz casi imperceptible por el fulgor del Sol. La foto fue tomada el 14 de febrero de 1990.
Carl Sagan reflexiona al respecto:
“Tuvimos éxito en tomar esta fotografía, y al verla, ves un punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. Sobre él, todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido.”

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