FILOSOFIA: Javier del Arco
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Neurofilosofía

Ken Wilber, en su obra Una visión integral de la psicología, resume las conclusiones obtenidas por un centenar de pensadores e investigadores de tendencias muy diferentes en el siempre complicado asunto del crecimiento y desarrollo de la mente. Todos ellos, pese a diferencias importantes entre unos y otros, coinciden en un punto: la secuencia de estadíos atraviesa un espacio evolutivo común que sugiere la conciliación entre todas esas teorías. Wilber dixit.


Wilber que ha estudiado exhaustivamente lo enunciado por Graves, Maslow, Kramer, Sinnott, Habermas, Amon, Fischer, Wade, Kegan, Cook-Greuter, etc., llega a la conclusión que todos ellos tienen una idea parecida de las fases por las que atraviesa la evolución de la conciencia. Discrepancias, contradicciones y enfrentamientos aparte, las visiones de estas personas coinciden en algo fundamental: la mente se despliega mediante una serie de estadíos u olas.

Estos esquemas, que implican una evolución de la mente, ni son lineales ni tampoco rígidos. El proceso por el cual la mente se desarrolla o despliega es diferente a la linealidad del ascenso por un plano inclinado. Se trata de un acontecimiento mucho más complejo que, mediante un modelo de representación gráfico, se asemejaría a una suerte de espirales, remolinos, corrientes, olas y así hasta un número casi infinito de modalidades diferentes. Hoy, la mayor parte de las teorías que abordan la mente contemplan estos efectos porque no son ya una mera especulación; se fundamentan en resultados procedentes de investigaciones concretas.

Tal es el caso de la Dinámica Espiral. El Dr. Clare Graves en su trabajo “Sumary Statemente: The Emergent, Cyclical, Double-helix Model of the Adult Human Biiopsychosocial Systems”, Boston, 1981, dice textualmente:

“Lo que propongo, dicho en dos palabras, es que el psiquismo del ser humano maduro atraviesa un proceso emergente y espiralado [término utilizado por Graves] que se ve jalonado por la progresiva subordinación de las conductas más rudimentarias e infraordenadas a nuevas conductas supraordenadas, al tiempo que van transformándose los problemas los problemas existenciales que le aquejan. Cada uno de los estadíos, olas o niveles de la existencia sucesivos constituye así un estado que la conciencia atraviesa en su camino hacia otros estados del ser. Cuando el ser humano se halla centrado en un determinado estado de la existencia, cuando el centro de gravedad del yo gira en torno a un determinado nivel de conciencia, todo el mundo psicológico –es decir, sus sentimientos, sus motivaciones, su ética, sus valores, su sistema de creencias, su visión acerca de la salud y de la enfermedad mental, así como del modo más adecuado de tratarla, sus concepciones y preferencias en torno a la gestión empresarial, la educación, la economía y la teoría y práctica política- asume también el aspecto propio de ese estado”


Ocho grandes niveles

Graves esbozó la existencia de ocho grandes niveles u olas de la existencia humana. Llegados a este punto debemos advertir que todos los modelos que hablan de estadíos –Maslow, Loevinger, Kegan y el propio Graves- están fundamentados en investigaciones y en datos obtenidos experimentalmente. Ello significa que aquello de lo que hablamos no son meras especulaciones, elucubraciones o tendencias personales. Lo que exponemos está sustentado en numerosas evidencias. Wilber, en su obra “Una visión integral de psicología”, enumera pormenorizadamente la utilidad que han probado de los modelos de estadíos en países diferentes. El modelo de Graves se ha visto corroborado en más de cincuenta mil personas procedentes de todo el mundo sin que, hasta la fecha, se haya encontrado alguna desviación significativa.

Obviamente ningún modelo proporciona una imagen completa de la historia del desarrollo de la conciencia humana. Lo que si proporcionan son instantáneas parciales del largo fluir de la vida que sólo tienen sentido cuando las contemplamos desde esa perspectiva. Ningún modelo debe ser considerado estático ni tampoco las investigaciones en curso son definitivas. Antes bien, el progreso de estas debe ir refinando esos modelos y proponiendo otros nuevos. Lo esencial es continuar con esos estudios para que la humanidad pueda crecer en su capacidad de adquirir una visión más integral del mundo.

Problema complejo

La conciencia es un problema complejo. Con el respeto que a Wilber profesamos, hablar de un proyecto de la conciencia humana como correlato psicológico del proyecto genoma humano es un tanto excesivo. Está claro que una filosofía de la mente o Neurofilosofía –sin neuronas no podemos hablar de la conciencia de la misma manera que sin nucleótidos tampoco podemos hablar de genética- porque aquí hay que poner en relación muchas disciplinas.

-La primera dificultad son las inimaginables cifras que se manejan. Dos datos:

El número de neuronas en el cerebro varía drásticamente según la especie estudiada. Se estima que cada cerebro humano posee en torno a 1011 neuronas: es decir, unos cien mil millones. No obstante, Caenorhabditis elegans, un gusano nematodo muy empleado como animal modelo, posee sólo 302 ; y la mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, unas 300.000, que bastan para permiterle exhibir conductas complejas.

La fácil manipulación en el laboratorio de estas especies, cuyo ciclo de vida es muy corto y cuyas condiciones de cultivo porco exigentes, permiten a los investigadores científicos emplearlas para dilucidar el funcionamiento neuronal, puesto que el mecanismo básico de la actividad neuronal es común al de nuestra especie.

Cada neurona se comunica, al menos, con otras mil neuronas y puede recibir, simultáneamente, hasta diez veces más conexiones de otras. Se estima que en el cerebro humano adulto hay por lo menos 1014 conexiones sinápticas (aproximadamente, entre 100 y 500 billones). En niños alcanza los 1000 billones. Este número disminuye con el paso de los años, estabilizándose en la edad adulta.

-La segunda dificultad y la más grave es lo poco que se sabe aún de los mecanismos verdaderos que sustentan los principales procesos de la mente: memoria, conciencia, inteligencia...

-La tercera es que su estudio implica un gran esfuerzo transdisciplinar que incluye dimensiones físicas, químicas, biológicas, psicológicas, filosóficas, éticas e incluso espirituales.

Wilber propone una cartografia intercultural de todos los estados, estructuras, memes, tipos, niveles, estadíos y olas de la conciencia humana. Lo que pone sobre el tapete es un mapa psicológico que podría confluir con esas otras dimensiones antedichas. El mapa resulta útil por su propia dimensión muy original y también porque nos mostrará muchos de los obstáculos existentes para que alcancemos una visión integral de nuestras propias posibilidades.

Retomando a Graves, debemos centrarnos más en sus discípulos Don E. Beck y Christopher Cowan.

Don E. Beck

Don E. Beck ha desarrollado, implementado, y enseñado la teoría evolutiva de la Dinámica Espiral durante de tres décadas. Basándose en las investigaciones de su mentor el Dr. Clare Graves, ha trabajado para desarrollar un modelo multidimensional que permite comprender la transformación evolutiva de las culturas y los valores humanos.

Como cofundador del National Values Center en Denton, Texas, y CEO del Spiral Dynamics Group, Beck utiliza el modelo de la Dinámica Espiral para efectuar cambios en sistemas de gran escala en diversos sectores y sociedades alrededor del mundo.

Es autor del libro Spyral Dynamics: Mastering Values, Leadership & Change, escrito en conjunto con Christopher Cowan en 1996. Su larga carrera en consultoría lo ha llevado a escenarios tales como la casa del Primer Ministro Tony Blair para asesorar a su Oficina Politica; a la zona sur de Chicago para resolver el problema que afrontan las escuelas en los grandes centros urbanos; al Banco Mundial; las juntas directivas de grandes bancos, compañías energéticas, aerolíneas y organismos gubernamentales en todo el mundo.

En sus 63 viajes a Sudáfrica entre 1981 y 1988, ejerció una gran influencia en lideres politicos, empresariales, religiosos, y el publico en general, al facilitar la transición pacifica del apartheid hacia la democracia. De sus experiencias allí, Beck escribió The Crucible: Forjando el futuro de Sudafrica.

Antes de su trabajo en Sudáfrica, Beck enseñó durante veinte anos en la Universidad de North Texas donde fue nombrado Profesor Emérito en 1978, Profesor Honorario en 1979, y, finalmente, reconocido como Educador Sobresaliente en los Estados Unidos en el año 1980.

Tambien ha sido el psicólogo de los Springboks de Sudáfrica, ganadores del Rugby World Cup en 1995, y estuvo asociado con los Dallas Cowboys, New Orleans Saints, los Texas Rangers y el Comité Olímpico Americano. Escribe tambien una columna sobre valores deportivos para el Dallas Morning News.

La obra de Christopher Cowan se concentra en el alineamiento de personas, tecnologías, liderazgo y desarrollo administrativo a través de la aplicación de Dinámica Espiral y en modelos basados en Graves.

Christopher Cowan

Chris se licenció con grado en Comunicaciones por la Universidad de North Texas en 1972. Posteriormente, se unió a la facultad e impartió docencia en los campos de la comunicación, dinámica de grupos y los medios en el comercio. Al mismo tiempo, participó en los programas universitarios fuera de campus sobre el desarrollo profesional en negocios, servicios sociales, fuerzas del orden y calidad del medio ambiente. Los clientes fueron empresas de contabilidad, agencias de servicios sociales, agencias de fuerzas del orden, administradores municipales, distritos escolares y entidades del gobierno federal.

Chris estaba estudiando su doctorado en Comunicaciones cuando su enfoque cambió por completo reorientándolo a la extensión y aplicación de la teoría de niveles de existencia cíclicos emergentes del Dr. Clare W. Graves. Durante diez años Chris tuvo el privilegio de pasar muchas horas con el Dr. Graves en presentaciones, talleres y con él en su casa.

En 1981, Cowan dejó la facultad de la Universidad de North Texas para dedicarse totalmente a la aplicación práctica de los puntos de vista de Graves. Co-fundó el National Values Center, Inc., y luego el NVC Consulting. Es co-autor de Spiral Dynamics: Mastering Values, Leadership and Change (Dinámica Espiral: Dominando los Valores, el Liderazgo y el Cambio) y co-editor de Graves: Levels of Human Existence (Graves: Niveles de Existencia Humana) y de The Never Ending Quest: Clare W. Graves Explores Human Nature (La Búsqueda Sin Fin: Clare W. Graves Explora la Naturaleza Humana).

El énfasis de Cowan es convertir la Dinámica Espiral en algo práctico y susceptible de ser aplicado a una variedad amplia de grupos que buscan resultados finales de alta calidad y de los factores humanos complejos, a menudo pasados por alto.

Dinámica espiral

La Dinámica Espiral considera que el desarrollo humano se produce a través de nueve estadíos generales a los que denomina memes. Antes de proseguir, hemos de decir que el término “meme” está siendo utilizado hoy con significados tan diversos y contradictorios que, en nuestra opinión utilizarlo aquí carece de sentido. Al final del artículo haremos un breve excursus sobre los memes. Hace falta.

Desde el punto de vista de la Dinámica Espiral, un meme es un estadío básico de desarrollo que puede expresarse en cualquier actividad. En opinión de Beck y Cowan, los memes o estadíos no constituyen niveles rígidos, sino olas fluidas, solapadas e interrelacionadas que dan lugar a la compleja Dinámica Espiral del desarrollo de la conciencia. Como señala Beck: “La espiral no es simétrica sino muy compleja y no evidencia tantos tipos definidos como mezclas muy diversas. Se trata más bien de mosaicos, redes y combinaciones”

Beck utiliza el término meme en un sentido concreto que denomina “valor meme” o “vmeme” y al que define como, “Un sistema de valor esencial, una visión del mundo, un principio organizador que impregna las estructuras del pensamiento, los sistemas de toma de decisiones y las diversas expresiones culturales”

Estos niveles o estadios, serán explicados con todo detalle en el próximo artículo que publicaremos en breve. Quédense ahora con los colores como referencia de cada nivel, un poco misteriosa que incita al apetito intelectual sobre lo que ha de venir.

El sistema Graves/Beck no distingue claramente entre estructuras las provisionales y las estructuras permanentes, ni entre las estructuras básicas y las estructuras relacionadas con el yo. Desde el punto de vista de Wilber y del nuestro, las estructuras básicas son duraderas y permanecen operativas en todos los estadíos posteriores, pero la mayor parte de las corriente relacionadas con el yo (como las de la moral, los valores y la identidad del yo) son estadíos provisionales que tienden a verse reemplazados por los estadíos subsiguientes.

Las subpersonalidades pueden existir en niveles –memes- diferentes, de modo que uno que uno puede tener diversos tipos de respuesta moral, afectiva, de las necesidades, etc., en las distintas situaciones.

Hablando en términos generales, no obstante, para el yo central o proximal, una vez que su centro de gravedad ha alcanzado, pongamos por caso, el nivel verde, no activará un meme púrpura a menos que esté experimentando una franca regresión , aunque puede, y esto es algo que ocurre continuamente, activar las estructuras básicas correspondientes al meme púrpura, es decir, el que corresponde a espíritus-parentesco o emocional-fantástico que así y por otros modos, también es conocido este segundo nivel, o penúltimo más bajo en la escala evolutiva de la conciencia.

Cuando un adulto verde activa un meme púrpura, no se trata del mismo meme que posee el niño a los dos años de esas. El meme púrpura constituye el fundamento del yo proximal o “yo” del niño de dos años de edad, mientras que, para el adulto verde, forma parte del yo distal o “mi”.

Cuando un adulto activa púrpura, está activando, en realidad, las capacidades básicas o estructuras básicas que se vieron abandonadas durante el comienzo del estadío púrpura, esto es fantástico-emocional, pero que dado que la identidad exclusiva del yo ya no se halla en el nivel púrpura, las estructuras provisionales correspondientes (morales, valores, visiones del mundo...) no se activan del todo a menos que uno se halle completamente inmerso en una regresión o que esté activando una subpersonalidad púrpura. Deberemos diferenciar entre las capacidades púrpura, que son duraderas, y el yo púrpura que es provisional.

Nombres y colores diferentes

Beck y Cowan usan nombres y colores diferentes para referirse a los diferentes memes u olas de existencia. Y aunque el uso de los colores suele poner al lector en guardia, Beck y Cowan que trabajan muchas veces en zonas de tensión o conflicto racial, han considerado que resulta útil alejar de la mente el color de la piel y centrarse, por el contrario, en el color del meme.

Además, todos los humanos disponen de la capacidad potencial de acceder a todos memes. En consecuencia, las líneas de tensión social ya no giran en torno al color de la piel, la clase económica o el grupo político (al menos en teoría) sino del el tipo de meme desde el que este operando la persona. Concretamente, ya no se trataría tanto de “negro versus blanco” como de azul versus púrpura o de naranja versus verde, por ejemplo, con la ventaja de que si bien el color de la piel no puede cambiar, el nivel de conciencia si que puede hacerlo.

Como dice Beck: “El foco de atención no se centrará tanto en tipos de personas, como en tipos en las personas”

Breve excursus sobre los memes y las dimensiones

Hay numerosas teorías que recurren al concepto de meme. Todas ellas sostienen , de una manera u otra, que los memes son las unidades de un tipo de proceso de selección natural que opera en los campos de la mente y de la cultura, que se transmiten de un modo parecido a virus mental que cumple la función de asegurar la supervivencia (ajuste funcional). Como señala Wilber, estas teorías son muy confusas. El maestro de Colorado presenta serias objeciones, hasta cinco, a la manera en la que se suele utilizar este término.

Objeción 1ª.: El termino meme se refiere a unidades que se explican en el lenguaje de la tercera persona, del “ello”, con lo que no alcanzan los cuadrantes interiores de la Mano Izquierda del yo y del nosotros.

Recordemos que los cuatro cuadrantes son las cuatro esquinas del Cosmos, las cuatro caras de los holones. Se basan en dos premisas. La primera es que podemos ver todo holón desde dentro y desde fuera, pues todo holón tiene un aspecto exterior y otro interior. La segunda premisa es que a los holones podemos verlos de forma individual o en colectividad. Si combinamos estas facetas obtendremos los cuatro cuadrantes.

El cuadrante superior-izquierdo es el aspecto individual e interior de los holones, la conciencia, el mundo de los significados internos, de la estética, de los pensamientos de cada hombre, su historia personal. Este cuadrante no puede ser visto ni oído ni sentido de forma sensible. Las ideas, los sentimientos, no se pueden tocar con las manos.

Para conocer a una persona hay que hablar con ella e interpretar lo que dice, no se la puede conocer científicamente. Wilber llama a este cuadrante intencional. El cuadrante inferior-izquierdo es el aspecto colectivo e interior de los holones. Son los significados internos compartidos, las culturas, las ideas compartidas por los grupos.

Cada hombre nace en una familia con una determinada visión del mundo. La familia está a su vez integrada en una comunidad, en una nación, en una gran cultura, y la persona se va configurando en un mundo lleno de significados internos (no tocables ni mensurables). Este cuadrante es llamado de lo cultural.

Los cuadrantes de la mano izquierda son los del mundo de la cualidad, del valor, mientras que los de la mano derecha son los de la cantidad. La ciencia, que se encarga de la mano derecha (todo lo empírico, mensurable, cuantificable) no puede ofrecernos criterios de valor.

El mal de nuestro tiempo es la colonización de los dominios de la mano izquierda por los de la mano derecha, la usurpación por la ciencia y la técnica de todas las esferas de cualidad, que da como resultado un mundo chato, unidimensional, incoloro, insípido, muerto. La Gran Cadena del Ser reducida a su más baja expresión, la materia.

Objeción 2ª.: En ese mismo sentido constituyen un ejemplo típico de reduccionismo sutil, de modo que su uso no se puede alentar sino, por el contrario, entorpecer la causa integral porque, una vez dado el paso de reducir la conciencia a unidades de “ello” resulta muy difícil no caer en el materialismo científico y en el reduccionismo grosero.

Objeción 3ª.: Los memes suelen considerarse unidades mental-culturales individuales, con lo que la teoría de los memes no permite comprender que cada unidad de la existencia constituye un holón, un compuesto individual que se atiene a un proceso de desarrollo concreto, de modo que cada meme no sólo depende de una historia horizontal, sino que también está compuesto de subholones articulados en una arqueología evolutiva vertical.

Objeción 4ª.: Los memes son simplemente las unidades de la mente y de la cultura tal y como son concebidas por el mundo chato, esto es, proyecciones distorsionadas e inexactas en un espacio bidimensional (plano) de holones tetradimensionales.

Así suelen presentarse como una especie de virus de una dimensión que avanzan hacia una segunda dimensión del tiempo cuya supervivencia sólo depende del criterio del ajuste funcional cuando, en el mejor de los casos, los holones son tridimensionales, es decir, holones que poseen las dimensiones del “yo”, del “nosotros” y del “ello”, o dicho de oto modo, un interior (“yo”), un exterior (“ello”) y un interior compartido (“nosotros”) que se mueven en la cuarta dimensión del tiempo y cuya supervivencia depende de los criterios aportados por las tres dimensiones (las pruebas de validez del Gran Tres o, para ser más exactos, las pruebas de validez de los cuatro cuadrantes).

En cuanto al Gran Tres, la ciencia empírica se ocupa del ello, la moral y la ética se ocupa del nosotros y el arte tiene que ver con el yo. Son las tres grandes categorías platónicas (Bondad-nosotros, Verdad-ello y Belleza-yo).

Cuando la evolución de la conciencia penetra en los dominios superiores la forma del Gran Tres es: Yo: "No soy yo sino Cristo quién vive en mí". "Yo soy el Buda". Nosotros: "La Iglesia mística". "Todos los seres sensibles (Shanga)". Ello: "Todas las cosas son manifestaciones perfectas del Espíritu”. En cuanto al concepto de dimensión, enseguida lo abordaremos.

Objeción 5ª.: Incluso dentro del mundo chato, una gran mayoría de científicos rechazan el concepto de meme por su falta de operatividad.

Ciertamente hay teóricos que, aceptando la hipótesis de los cuatro cuadrantes como es el caso de Beck, desean utilizar el término meme. Bien. Como la Dinámica Espiral es en buena parte obra suya vamos a respetar su utilización pero procurando hacer mayor énfasis en términos alternativos como estadíos u olas del desarrollo de la conciencia. Quede bien claro que cuando se nos deslice la palabra meme estamos refiriéndonos a un holón cuadrático mental-cultural.

La cuestión de la dimensión

Vayamos ahora con la cuestión de la “dimensión”. Éste tiene tantas acepciones que sin una discusión explicativa puede acabar convirtiéndose en un cajón de sastre revuelto e impreciso. En Física clásica la palabra dimensión hace referencia a las cuatro dimensiones del mundo macroscópico (x, y, z, t); en Física cuántica, en Teoría de Cuerdas y Teoría M, que no todos aceptan, el dominio físico está compuesto de nueve o diez dimensiones microespaciales más la dimensión del tiempo, lo que nos lleva a diez u once dimensiones.

Pero estas dimensiones se refieren tan sólo al universo físico ya que, desde la perspectiva aportada por la visión materialista y científica del mundo, éstos son los únicos dominios verdaderamente reales.

Ahora bien, si reconocemos la existencia de dimensiones emocionales, mentales y espirituales, comenzaremos a tropezar con multitud de problemas terminológicos, porque carecemos de palabras para referirnos a esos otros dominios.

Ken Wilber en su obra Ciencia y Religión ha señalado que los términos niveles y dimensiones suelen referirse a las estructuras u olas verticales y a las facetas horizontales con que nos encontramos, respectivamente, en cada uno de esos niveles.

En este sentido, las dimensiones más relevantes propias de cada nivel son, simplemente, los cuatro cuadrantes (“yo”, “nosotros”, “ello” y “ellos” o lo que es lo mismo, los “espacios” subjetivo, intersubjetivo, objetivo e interobjetivo).

Cuatro dimensiones del ser

Desde este punto de vista, cada uno de los niveles del ser posee, al menos, cuatro dimensiones. Si partimos de la existencia de cinco grandes niveles del ser: materia, cuerpo, mente, alma y espíritu, y consideramos que cada uno tiene cuatro dimensiones o cuadrantes, nos hallamos ante un modelo de veinte niveles-dimensiones del ser, es decir, un “yo” físico, un “yo” mental, un “yo” alma y un “yo” espíritu; un “nosotros” físico, un “nosotros” emocional, un “nosotros”mental, etc.

Cada uno de los niveles posee una modalidad diferente de tiempo, un modo distinto de experimentar el tiempo. En este sentido, por ejemplo, existe un tiempo físico, el medido por el reloj; un tiempo emocional, el modo de experimentar el tiempo en un instante concreto; un tiempo mental, en el que se despliega la historia, así por ejemplo, cuando pensamos en nuestra vida, ese tiempo se despliega en una narrativa temporal, el tiempo de las historias, los mitos y los dramas, un tiempo muy real, el tiempo de la narrativa simbólica; un tiempo espiritual, el instante atemporal en el que la eternidad puede ser contemplada. Todos éstos son niveles muy reales del tiempo, diferentes modalidades en que se despliega el Kosmos en los distintos niveles del ser.

Es frecuente considerar el tiempo como una dimensión diferente aunque inseparable, en cuyo caso podríamos decir que cada nivel, posee, al menos, cinco dimensiones diferentes –los cuatro cuadrantes desplegándose en el tiempo de cada nivel-. Así, partimos de cinco grandes niveles cada uno de los cuales tiene cuatro dimensiones espaciales (“yo”, “nosotros”, “ello” y “ellos”) y una dimensión correlativa del tiempo, dispondríamos de veinticinco niveles-dimensiones del ser.

Desde esta perspectiva, si consideramos la dimensión física del ello -que al parecer contiene nueve o diez dimensiones microfísicas- como una sola, sin por ello negar que existan nueve o diez subdimensiones, debemos decir que el plano físico contiene unas rudimentarias dimensiones “yo”, “nosotros” y “ello”. Como puede verse este asunto de las dimensiones es bastante complejo.

Es complicado utilizar de un modo coherente términos tales como dimensiones. Por eso Wilber utiliza esta palabra en un sentido técnico como equivalente a cuadrante (o a cualquier aspecto horizontal de cualquiera de los niveles) mientras que, en otras ocasiones lo usamos en un sentido amplio para referirnos a niveles verticales o a las dimensiones horizontales. En cualquier caso, será el contexto el que ayude a determinar que acepción concreta estamos utilizando.

Javier Del Arco
Martes, 23 de Septiembre 2008
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Editado por
Javier Del Arco
Ardiel Martinez
Javier del Arco Carabias es Dr. en Filosofía y Licenciado en Ciencias Biológicas. Ha sido profesor extraordinario en la ETSIT de la UPM en los Masteres de Inteligencia Ambiental y también en el de Accesibilidad y diseño para todos. Ha publicado más de doscientos artículos en revistas especializadas sobre Filosofía de la Ciencia y la Tecnología con especial énfasis en la rama de la tecno-ética que estudia la relación entre las TIC y los Colectivos vulnerables.




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