CONO SUR: J. R. Elizondo

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Los utopistas, en lo suyo, piensan que tras la catástrofe vendrá algo bueno. Es decir, que tras el Covid-19 la política y la economía de los países se despojarán de sus malas vibras. Sin embargo, tal como están las cosas, lo que está emergiendo a nivel global es un viejo conocido en un nuevo contexto: el capitalismo tradicional, pero despojado de su marco democrático. Para entenderlo, habría que leer el presente artículo



Publicado en El Mercurio de 9.4.2020
 
Gracias al tiempo de reflexión que nos está regalando la pandemia, algunos estudiosos están de lleno en la gran prospectiva. Uno de ellos me planteó una pregunta que me pareció estimulante: ¿Se acelerará el proceso de consolidación de China y declive de los Estados Unidos con la aparición del COVID-19?

Había, ahí, dos supuestos desafiantes.  Primero, que la tesis subversiva de Karl Marx ya no tiene acción ejecutiva válida. Tras la implosión del sistema comunista soviético, que emergió como enterrador del sistema capitalista, la única alternativa vigente sería un capitalismo de nuevo tipo: el de la República Popular China.

El segundo supuesto, era un derivado doble. Daba por cierto que, antes de la pandemia, el capitalismo de Estado chino estaba en proceso de consolidación (sólo faltaba acelerarlo) mientras el sistema capitalista norteamericano estaba en proceso de declive.

Agréguese que, como no se discute el carácter democrático o no de los gobiernos, estaríamos asistiendo a la convergencia de los dos sistemas que entraron en pugna feroz en 1917, con el estallido de la Revolución Rusa.

CONVERGENCIA EXCOMULGADA

En este nuevo contexto cabe recordar que, antes y durante la guerra fría, los precursores de los izquierdistas renovados visualizaron la convergencia del capitalismo y el socialismo.

Era una hipótesis antagónica a la del enfrentamiento inevitable y, por tanto, fue rechazada abruptamente por los teólogos de Stalin. Pero, no sólo por las razones místicas propias de su oficio sacerdotal. También porque, tras el fin de la segunda guerra mundial, esa convergencia alentaba la independencia y fuga de los países excapitalistas del Este europeo, incorporados a la órbita soviética.

Fue así como los ortodoxos de la Unión Soviética siguieron profetizando la crisis terminal del capitalismo, el radiante porvenir del comunismo y condenaron como “renegados” o “revisionistas” a todos los convergentes. Y en eso estaban cuando las astucias de la historia levantaron, nada menos que en el Kremlin, el liderazgo de Mijail Gorbachov, el último jerarca soviético y el mayor revisionista de la historia.

La catástrofe de Chernóbil sólo puso el acelerante para el punto final.

EL QUE SUPO VER

Aquí debo recordar al economista Paul Samuelson, quien fuera uno de mis entrevistados más sabios. Para este Premio Nobel, el capitalismo de mercado sin interferencias sociales –“salvaje”, para los más directos- que predicaba Milton Friedman no era aplicable en un sistema democrático.

A su juicio, la ciencia económica era siempre “política” -ergo, impura- y el Estado tenía mucho que decir y hacer. Por eso, en vez de “capitalismo” él hablaba de “economía mixta” e incluso fue más lejos. En aquella entrevista (1981, reproducida en Chile por la revista Hoy) me advirtió que, en la última edición de su libro clásico, había incluido un apartado sobre el “capitalismo fascista”.

De estar vivo, hoy estaría insertando otro sobre el capitalismo comunista.

EL FUTURO POSIBLE

No creo que la pandemia venga preñada de un sistema económico mejor, como opinan algunos bienpensantes. Pero sí pienso que está revelando dos cosas demasiado importantes. Una es la rotunda ineptitud solidaria del capitalismo friedmaniano. Basta ver, desde la sociedad de a pie cómo confíamos nuestras contingencias en el rescate del Estado, con su aparato sanitario, sus militares y policías.  La otra, de nivel estructural, es la precariedad de la democracia, en cuanto única ventaja sistémica que mantiene (¿mantenía?) el sistema occidental representado por los EE.UU.

Tal como está actuando Donald Trump, puede que la gran alternativa de nuestra época sea el sistema capitalista liderado por un autócrata o el sistema capitalista dirigido por un partido comunista.

Cosas veredes amigo Sancho, como dicen que dijo don Quijote.

José Rodríguez Elizondo
Jueves, 9 de Abril 2020



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Editado por
José Rodríguez Elizondo
Ardiel Martinez
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.





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