CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
“Unos cuantos pasos en la buena dirección. Geza Vermes  y E. P. Sanders entran en escena”  (14-5-2020.- 1123)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Foto: Geza Vermes
 
 
Confieso que sonrío cuando James Dunn constata que los investigadores conocían perfectamente lo que debía saberse acerca del carácter judío de Jesús…, pero que “esos estudios se habían mostrado curiosamente ineficaces” en reconocerlo (p. 123). Por otro lado, algún que otro investigador cristiano se quejaba de que los estudiosos judíos solo se preocupan por el Jesús judío y hacen caso omiso del Jesús cristiano. Interesante es la cita –que hace Dunn– de D. A. Hagner,  “The Jewish  Reclamation of Jesus: an Analysis and Critique of the Modern Jewish Study of Jesus”  = La  recuperación judía de Jesús. Análisis y crítica de los estudios modernos judíos sobre Jesús”, donde el autor se queja de que tales estudios “llegan a desvirtuar los evangelios” para conseguir sus objetivos.
 
 
Pienso que lo que Hagner ignoraba –o tenía intención de ignorar– era que los estudiosos judíos habían caído en la cuenta de que el proceso de desjudaización, desescatologización y despolitización de Jesús había comenzado con los Evangelios mismos…, con lo cual era necesario “desvirtuarlos” para llegar al fondo judío del personaje, el Nazoreo. Yo mismo estoy cada vez más convencido de que el escepticismo sobre lo que cuentan los Evangelios sobre Jesús está totalmente justificado, ya que la imagen de Jesús ofrecida por los Evangelios, aunque judía evidentemente, estaba destinada a un mercado no judío, sino del Imperio. Por tanto había que borrar o difuminar aquello de Jesús que fuera demasiado nacionalista, no aceptable en un “mercado religioso internacional” de lengua griega.
 
 
Hace años recibí la dura crítica de mi colega y amigo Josep Montserrat (que ahora, pasado el tiempo, veo justificada) de que “yo era demasiado ingenuo y aceptaba como históricos pasajes –sobre todo– del relato de la Pasión, que tenían –según él– todos los visos de ser, si no legendarios, sí al menos  de estar fuera de una perspectiva histórica razonable. Montserrat se refería a lo que en las pp. 227-231 del libro “La verdadera historia de la Pasión”, de 2008 (EDAF, Madrid), había escrito preguntándome: “En síntesis, qué consideramos posible en los relatos acerca de la pasión de Jesús?”. Y yo respondía con cerca de tres páginas de elementos probables, y aunque afirmaba “Así pues, es poco lo que podemos certificar como histórico del relato de la Pasión de Jesús” (p. 231)…, recibí un duro y merecido varapalo de mi colega, por mi excesiva credulidad.
 
 
Cuenta J. Dunn que la aparición del libro “Jesús el judío”, de Geza Vermes (judío húngaro, nacionalizado británico, convertido al catolicismo, estudiante de teología y luego sacerdote católico pero que luego colgó los hábitos, se casó y volvió a su judaísmo primero) hizo un buen efecto entre los estudiosos. Les hizo pensar más a lo judío. Pero “la actitud mental de quienes consideraban el judaísmo como la religión de la Ley”, puntillosa, legalista,  enfrentada al cristianismo y al Evangelio –como religión de la libertad y la espiritualidad– seguía totalmente vigente en la atmósfera…, reforzando ante los fieles la idea de que Jesús pertenecía al cristianismo y al Evangelio y no a la religión casuística y seca de la ley mosaica. Por eso, muchos pensaban que la única función del judaísmo en la historia era la preparación de la llegada del cristianismo… y con él… la liberación de la angustiosa normativa. Este pensamiento reinaba sobre todo entre los exegetas protestantes, quienes a su vez veían en la Reforma otra liberación de la tiranía del catolicismo corrupto.
 
 
Así que hasta aproximadamente 1977, con la aparición de un libro de un cristiano metodista, norteamericano pero bastante librepensador como era Ed  Parish Sanders, catedrático de Religión en la Universidad de Duke (Durham, Carolina del Norte, EEUU), cuyo título era “Pablo y el judaísmo palestinense” (traducido al castellano por Trotta), el ambiente empezó a cambiar, ya que le motor del cambio estaba en el cristianismo mismo y no procedía “de fuera”, de los investigadores judíos. Pero es una pena que Jacob Neusner (el súper prolífico estudioso y divulgador de estudios judíos, de la Misná y del Talmud, de la rehabilitación de la figura de los fariseos, etc., fallecido en 2016) haya sido durante mucho tiempo un adversario intelectual de Sanders… al considerar que este también tergiversaba el judaísmo… No creo que fuera cierto. Y en vez de colaborar…, hubo oposición. Total: lo que podría haber sido una renovación de perspectivas, se quedó un tanto a medias.
 
 
Y termino hoy con una anécdota sobre Neusner, a quien conocí personalmente en una estancia en Madrid en el CSIC. A una pregunta mía sobre su inmensa bibliografía, explicó cómo producía tantos libros… a veces tres en un año. Respondió: “Trabajo 365 días año (¡no guardaba el Shabbat aparentemente!). Me acuesto muy pronto. Me levanto a las 4 de la mañana; trabajo ininterrumpidamente hasta las 11, momento en que voy a la Facultad –en la Universidad del sur de Florida, Tampa, creo, donde fue hasta Decano– y me ocupo de las clases, alumnos y otras tareas académicas”. Su mujer soportaba esta situación con extrema paciencia.
 
 
Y la anécdota es: “Una vez llamaron al despacho de Neusner desde una de las universidades de Roma. Era la secretaria de un profesor de teología de la Urbe que deseaba hablar con Neusner. Preguntó: “¿Sería posible hablar con el Profesor Neusner? Es de parte del Prof. “Tal”, de la Universidad de La Sapienza. Al otro lado contestó una voz femenina: ‘El Prof. Neusner no puede ponerse porque está ocupado terminado un libro’. Y desde Roma, otra voz femenina respondió: ‘Ah. Bueno. Entonces espero’”.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
 
 
 
 
 
NOTA:
 
Enlace para el canal de You Tube,  donde hay algunos videos y audios míos con un grupo de interesados en historia de las religiones, en Chile, dirigidos por Carla Díez:

https://www.youtube.com/channel/UCP3JJ_qTEGsgYzN2zNlegiQ
 
 
Y ahora una reseña muy informativa, casi un resumen, con valoración de mi libro, con J. Peláez: “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”.
Este libro fue traducido al inglés en 2003.
 
 
https://librosnocturnidadyalevosia.com/el-nuevo-testamento-introduccion-al-estudio-de-los-primeros-textos-cristianos-antonio-pinero-y-jesus-pelaez/

Jueves, 14 de Mayo 2020


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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