Menu

Cuento del despertar


Amanecer. pixabay
Amanecer. pixabay
Durante eones de tiempo lo femenino se ha manifestado, sólo, como fuerza que soportaba la consolidación y la expresión de la energía masculina. Todos los seres que han poblado y pueblan este planeta han ayudado a que esta fuerza se materialice hegemónicamente. A pesar de esa entrega, lo femenino seguía existiendo plenamente, no podía ser de otra manera porque es expresión genuina de la Fuente de la Vida*.
 
Pero en ese laborar, los seres iban perdiendo la memoria de lo que suponía ser plenamente consciente, de poseer la fuerza creadora de lo femenino, expresión plena de la Gran Madre, la Gran Fuente de la Vida.
 
Aparentemente, la desconexión iba creciendo. Aparentemente, la fuerza de la creación iba alejándose, no había suficientes llamadas a la Madre para que se materializase. Y así, aparentemente, la tierra se marchitaba, el agua se enturbiaba, la luz se oscurecía. Aparentemente, todo perdía vitalidad, color, alegría. Pero era sólo, aparentemente.
 
De pronto, hubo un gran grito, una gran llamada que surgía de las entrañas de la tierra, la Madre llamaba a sus criaturas: ¡Levantaos! ¡Despertad! ha llegado el amanecer; todos tienen que poder gozar de la Nueva Aurora.
 
Las primeras que lo oyeron fueron las mujeres, porque la Madre hablaba un lenguaje que ellas conocían bien. Un lenguaje que las últimas generaciones de hombres y de mujeres parecían haber olvidado, pero cuyos símbolos habían sido guardados, por las mujeres de toda la historia de la humanidad, en su interior. En aquel lugar donde todas ellas han acudido a tomar la fuerza de la vida, para seguir ayudando a consolidar la fuerza de lo masculino; pero, también, donde acudían para recordar y recrearse, en silencio y en complicidad, con lo que hacía fortalecer su identidad de mujer.
 
Ahora que la energía masculina está consolidada, se presenta, para todos los seres, la posibilidad de alcanzar su unidad, la unidad que se logra cuando lo femenino y lo masculino se manifiestan en su esplendor como única expresión de la Madre.
 
Para las mujeres llegó el momento más fácil de su tarea, por eso hay tanta alegría en sus rostros: por fin pueden soltar lo que han guardado con tanto empeño, y en secreto; ya lo femenino no será más una caricatura y la Madre se manifiesta, a los ojos de sus criaturas, con todo su Amor y con todo su Poder, por fin se ha obtenido el privilegio de gozar de su visión.
 
Por eso, entre las mujeres, existe un gran revuelo. Todas se preparan, desempolvan sus mejores galas, símbolos y expresiones, todas ellas, de la Madre. Se lavan, se perfuman y se adornan con los dones que fueron depositados en su naturaleza, es el momento previo de la Gran Boda, de la Gran Unión, donde el Amado se reunirá con la Amada, tras recuperarse mutuamente del gran sueño al que estuvieron sometidos, materializándose, de esta manera, la fuerza del Amor eterno que sostiene al Universo. (Madrid, 2001)
 
 
*La unidad
 
1)   Metafóricamente, lo femenino es la Diosa que se oculta en el interior de la existencia; lo masculino es la materia que ha de despertarse para que tome consciencia de su divinidad.
2) En esta tercera dimensión, la materia se corona como regente de la realidad y para sostener su poder invisibiliza, de múltiples manera, lo divino.
3) Concluyo que: Si algún significado encierra la leyenda de los padres de la humanidad (Adán y Eva, según las fuentes de la cultura hebrea) es que realmente lo femenino invitó a lo masculino a reconocer la divinidad que portaba. Era un desafío, pero no a Dios sino a la vida material para que se elevase y reconociese la divinidad que la integraba.


Editado por
Alicia Montesdeoca Rivero
Eduardo Martínez de la Fe
Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Alicia Montesdeoca Rivero es consultora e investigadora, así como periodista científico. Coeditora de Tendencias21, es responsable asimismo de la sección "La Razón Sensible" de Tendencias21. Este blog está dedicado a sus creaciones literarias.



Últimas entradas
Descubriéndome 21/09/2020
Renacemos 18/09/2020
Consciente de sí 07/09/2020
Espejismos 05/07/2020
Abandono 03/07/2020
Sincronicidad 26/06/2020

Enlaces


La Razón Sensible