"No hay extensión más grande que mi herida
Lloro mi desventura y sus conjuntos
Y siento más tu muerte que mi vidaAndo sobre rastrojos de difuntos
Y sin calor de nadie y sin consuelo
Voy de mi corazón a mis asuntosTemprano levantó la muerte el vuelo
Temprano madrugó la madrugada
Temprano está rodando por el suelo"
Rafael fue una persona de gran valía en todos los aspectos. Inteligente, valiente, noble e incansable investigador. Lo conocí primero como profesor mío en los años 80 en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Después como colaborador de mi padre, José Luis Pinillos, de quien fue amigo personal y colaborador académico. También fue amigo familiar y mi madre le tenía un sincero aprecio personal. Con el tiempo y mi vinculación como profesor universitario llegué a tener una gran amistad personal con él. Una persona a la que siempre vamos a recordar con mucho cariño, admiración y, desde luego con una gran nostalgia y tristeza como la que siento al escribir estas palabras. El espacio que deja no podrá llenarse, pero su memoria y su valioso legado permanecerán.
Alberto Pinillos, Profesor
Decía Maquiavelo:
“Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres”.
Yo tuve la suerte de conocerte, primero, a través de tu hijo, después en una relación absolutamente desprovista de cualquier corsé que pudiera limitar el intercambio de ideas y opiniones.
Coincidimos en lo profesional pero estrechamos lazos en lo humano.
Tus enormes conocimientos del mundo empresarial y muy especialmente sobre el concepto de estrategia, tan magistralmente explicados en tus libros, unidos al profundo humanismo que supiste cultivar, te hicieron interlocutor apreciado y deseado para esos momentos de reflexión que te conducen al entendimiento de la vida y sus vicisitudes.
Decir que dejas un hueco difícil de llenar es quedarse muy por debajo de lo que realmente has generado con tu viaje al más allà.
Nos veíamos poco, demasiado poco, pero nuestros encuentros han dejado profunda huella en mis convicciones.
Se que, donde estés, harás las delicias de quienes te rodeen.
Confío reunirme contigo.
Mi más cordial abrazo al amigo y maestro.
Quim Roca Ferrer
Marquimting
El periodista y académico Manuel Quiterio Cedeño, el escritor, poeta y gestor cultural Mateo Morrison y el corresponsal del periódico Le Monde, Jean Michel Caroit, fueron declarados ganadores de la edición 2019 de los Premios “Caonabo de Oro”, que otorga la Asociación de Escritores y Periodistas Dominicanos (ASEPED).
Manuel Quiterio Cedeño, presiente de FISEC, expresidente de Adompretur y reconocido gremialista, es un maestro de la comunicación con 38 años de ejercicio académico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; ha recibido este galardón como homenaje a su impecable trayectoria profesional. Mi más sincera enhorabuena, amigo.
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Justamente, a mediados de la década de los noventa Mintzberg (1994), desde la Universidad McGill, Canadá, hace una dura crítica a la rigidez del pensamiento estratégico del momento. Ormerod, desde el National Institute of Economic and Social Research de Londres, en el mismo año, crítica los principios económicos que se utilizan para el diseño de la estrategia. Finalmente, Prahalad y Hamel (1994), desde la Universidad de Michigan, EE. UU., plantean una duda ante el paradigma económico utilizado para diseño de estrategias, acuñando la frase: “No se puede usar un mapa viejo para encontrar nuevos territorios”.
Ante tal evidencia, nacen cuestionamientos y dudas acerca de como se ha pensado, desarrollado y gestionado la forma de hacer estrategia, sobre todo cuando el contexto y/o mercado, han cambiado. Así nace en el 2001, el primer libro de Rafael Alberto Pérez, “Comunicación Estratégica”, en él esboza su postura ante la estrategia y lo que luego sería conocido como la Nueva Teoría Estratégica. Dicha visión y postura, tuvo grandes aportaciones desde el Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación; FISEC, equipo de profesionales y académicos en red, que se unieron para repensar la estrategia desde la comunicación.
Han pasado 17 años y nuevamente vemos nacer un libro, “Estrategar”, donde se propone e invita ya no a pensar, ni diseñar la estrategia; sino que a Vivirla.
Este libro, identifica el que debiera ser el objeto de estudio de la disciplina para presentarlo a la comunidad científica. Propone una visión transdisciplinar, integradora, fenomenológica, desde la complejidad y sistémica. Integra teorías desde las Ciencias Políticas, la evolución, el neo-evolucionismo, la neurociencia, la ecología y las ciencias de la vida.
Desarrolla lo que ya había esbozado en textos anteriores, es decir, un nuevo paradigma de la estrategia más humano y más relacional, donde la palanca articuladora, es decir lo que la mueve, es la comunicación.
Como propone Rafael Alberto Pérez, no se trata de hacer estrategias, sino de vivir Estrategando; un gran hallazgo y de seguro, un gran aporte de este libro.
Doctor Raúl Herrera Echenique.