Antonio Garrigues: hace falta un G8 de las religiones para que todas se acepten y respeten

Es inútil poner muros a la inmigración, señala comentando la política europea y española


El mundo necesita un G8 de las religiones y el Papa Francisco debe implicarse en el diálogo entre religiones, señala Antonio Garrigues en la siguiente entrevista. Añade que es inútil poner murallas a la inmigración y que la corrupción ha dañado seriamente la credibilidad de las instituciones políticas. Y sobre la evolución científica señala: si un ser humano puede ser clonado, será clonado.


Redacción
15/07/2015

En esta entrevista concedida a Tendencias21TV, Antonio Garrigues Walker habla de los cambios operados en el mundo en los últimos cincuenta años y destaca la importancia que ha tenido en ese contexto la incorporación de la mujer.

También se refiere a las desigualdades que ha generado la moderna evolución social, señalando que es insostenible. Añade que España es el país más desigual de Europa. Y destaca que, como reacción, se ha creado en Estados Unidos un club de multimillonarios que se comprometen a destinar el 50 por ciento de su riqueza (nunca menos), a fines sociales.

Abordando el tema del radicalismo islámico, Antonio Garrigues señala que el problema del islam es que no consigue moderarse y que lo que habría que hacer es crear un G8 (en referencia al grupo informal de países del mundo cuyo peso político, económico y militar es tenido por relevante a escala global) de las religiones, para que todas se acepten y se respeten.

En otro momento de la entrevista Garrigues se refiere al problema de los refugiados, destacando que la actitud que mantiene Europa al respecto es la peor. Y declara: la idea de poner murallas a los refugiados es inútil.

Corrupción y credibilidad política

Sobre la corrupción, destaca la importancia de la ambición humana en este proceso y que la corrupción suele venir asociada a momentos de crecimiento económico expansivo, como ocurrió en España con la burbuja inmobiliaria. Destaca que la corrupción ha dañado la credibilidad política de las instituciones.

Comentando la emergencia de nuevos partidos en España, Garrigues señala que tiene un aspecto positivo, ya que han obligado a los otros agentes a reaccionar y que estos nuevos partidos han ocupado un espacio abandonado por los partidos tradicionales.

Señala que el poder modera mucho, si bien destaca que en España el nivel de diálogo es bastante pobre.

Garrigues se refiere también a la situación de la deuda, de Grecia y otros países, y señala que hay que ponerla en cuestión y que hay que ir a una reestructuración.

Finalmente, aborda en la entrevista la importancia de la ciencia y la tecnología en la sociedad y que ambos avanzan sin miramientos: “si un ser humano puede ser clonado, será clonado”, señala Garrigues.

Añade que los nanotecnológos pueden controlar el mundo y que paradójicamente estamos en un mundo fascinante cuya primera característica es el desconocimiento del conocimiento.

Y recuerda: en Estados Unidos, el 40 por ciento de los trabajos manuales serán robotizados en 2020.

Antonio Garrigues señala que lleva siguiendo a Tendencias21 desde sus inicios y destaca la importancia de esta revista en la difusión del conocimiento en los últimos 30 años.

Perfil

Antonio Garrigues ha sido testigo clave del último medio siglo de nuestra historia, según se dice en su última biografía, e impulsor de uno de los bufetes más importantes de Europa.

Ha asesorado a grandes multinacionales, así como al Gobierno español en materia de legislación económica, especialmente en el campo de las inversiones extranjeras. También presta su asesoramiento y conocimiento jurídico a gobiernos, como el de Estados Unidos y Japón, en sus relaciones con España. Su preocupación por el fenómeno de la globalización le llevó a ser pionero en la cooperación con bufetes internacionales siendo, por ejemplo, presidente de la Asociación Mundial de Abogados. Es miembro del grupo español de la Comisión Trilateral.
 
Junto a su labor como jurista, siempre ha mantenido una intensa actividad en la vida social, empresarial y cultural del país. Así se reflejó en su paso por la política. En 1982 creó el Partido Demócrata Liberal (PDL), del que fue elegido presidente. Esta formación política se integraría en 1984 en el Partido Reformista Democrático, una operación impulsada junto con Miquel Roca para tratar de ocupar el espacio político de centro.




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