El bosón de Higgs impresiona y decepciona

La consolidación del Modelo Estándar desvía el interés por la Física hacia otras disciplinas


El descubrimiento del bosón de Higgs ha revolucionado el mundo de la física porque confirma el Modelo Estándar, pero también ha decepcionado porque no ha constituido ninguna sorpresa ni aportado ningún progreso significativo en el conocimiento, ya que sólo ha confirmado lo que se sabía. Puede incluso que con este descubrimiento la física empiece a perder interés a favor de otras disciplinas como las neurociencias, la astrobiología o la bioinformática, o que una nueva perspectiva compleja se esté gestando en el conocimiento humano. Por E. Martínez.


08/07/2012

Momento del anuncio del CERN, el 4 de julio en Ginebre. Foto: CERN.
El descubrimiento del bosón de Higgs ha sido considerado el progreso más considerable en la comprensión de la estructura fundamental de nuestro universo – y de nosotros mismos- que nuestra especie ha conseguido desde la elaboración del modelo estándar de la física en los años 70, pero al mismo tiempo constituye una cierta decepción, como ha dicho Hawking a la BBC, porque hasta ahora los grandes avances de la física han ocurrido cuando nos hemos encontrado con resultados inesperados.

De esta forma, el bosón de Higgs, esa excitación cuántica que los físicos acaban de conseguir materializar gracias a los aceleradores de partículas, se ha convertido en tema de discordia para la comunidad de físicos.

Lo que más se lamenta es que el descubrimiento del bosón de Higgs lo que ha hecho es confirmar algo que ya se sabía y que se daba por sentado, ya que estaba predicho en el modelo estándar de la física de partículas. El bosón, efectivamente, permite explicar por qué algunas partículas tienen masa y otras no.

Einstein y su masa

Se han puesto varios ejemplos para explicar la importancia de este descubrimiento, recogidos en The Slate.

Uno de ellos consiste en imaginar una habitación llena de físicos. En esto llega Einstein e intenta pasar de un extremo a otro de la sala, pero los físicos que lo han reconocido lo rodean intentando hablar con él, impidiendo sus movimientos, lo que “aumenta su masa”. Al mismo tiempo, otro físico entra en la sala con la intención también de atravesarla y, como nadie le hace caso, llega al otro extremo sin problemas. Por último, otro físico lanza un rumor y como consecuencia, todos los demás comienzan a comentarlo y a reunirse espontáneamente.

En este ejemplo, la habitación llena de físicos representa el campo de Higgs en el espacio. Einstein es una partícula con una significativa masa. El segundo físico que atraviesa sin problemas la sala, una partícula con poca masa. Y el grupo de físicos que se reúne para comentar el rumor representan una excitación del campo, esto es, el bosón de Higgs. El equivalente del rumor es el acelerador de partículas, en esta analogía.

Dudas sobre su trascendencia

Si bien nadie discute la trascendencia de este descubrimiento, algunos físicos hablan de que no aportará gran cosa a la nueva física que todo el mundo está buscando.

El problema es que el modelo estándar que se consolida con el descubrimiento del bosón de Higgs no describe todas las fuerzas que animan el universo, sino que contiene todavía muchas lagunas.

Para disolver estas lagunas, se han propuesto numerosas teorías, como las nuevas dimensiones, nuevas partículas, pequeños agujeros negros… Localizar el bosón de Higgs sin validar ninguna de estas nuevas teorías deja muchas cosas en el aire, se lamenta New Yorker.

Para el científico británico Stephen Wolfram, citado por The Atlantic, el modelo de Higgs es como una trampa.

En su blog, el físico explica que, después de haber esperado 35 años, desearía haber encontrado una cosa más elegante y profunda para explicar algo tan fundamental como la masa de partículas. Sin embargo, parece que la naturaleza ha escogido una solución simple: el mecanismo de Higgs en el modelo estándar.

Añade Wolfram que si el modelo estándar es correcto, el bosón de Higgs es desde luego el mayor descubrimiento que pueden ofrecernos los aceleradores de partículas actuales. Seguramente, estos aceleradores pueden aportarnos todavía alguna sorpresa, pero no es lo más probable, añade.

El acelerador de partículas no ha aportado hasta ahora nada significativo, recoge Atlantico.

Descubrimiento más complejo

Otra física, María Spiropulu, profesora del California Institute of Technology, ha explicado al NYT que ella tenía la esperanza de ser sorprendida por este bosón, y que desearía que este descubrimiento fuese tan complejo que nos sumergiese a todos en un impasse prolongado.

Albert de Roeck, físico del CERN, señala en La Tribune de Genève que su imaginación no alcanza a ver las posibles aplicaciones del bosón de Higgs, pero puede ser que pase lo mismo que con Faraday, que tampoco pudo suponer lo que iba a representar la electricidad que descubrió.

Lo que es realmente importante del bosón de Higgs es que explica cómo pudo ser el mundo en la primera millonésima de segundo del Big Bang, añade Roeck, si bien otros físicos, citados por La Tribune, esperan que el bosón sea al menos un poco diferente del previsto por el modelo estándar de partículas elementales.

Future Sciences resume bien este estado de ánimo al señalar, antes de confirmarse la existencia del bosón de Higgs, que la peor decepción sería que fuera idéntico al predicho por la teoría. En ese caso, el gran colisionador de hadrones LHC no habría servido para nada ni aportaría indicios de una nueva física.

En cualquier caso, parecería que la física ha agotado su camino con este descubrimiento que consagra al Modelo Estándar, si bien quedan otros campos para avanzar en el conocimiento, como las neurociencias, la bioinformática, la astrobiología, entre otros, añade Future Sciences, donde las expectativas de sorpresas son mayores que en la física después de la aparición del bosón de Higgs.

Puede también que el conocimiento avance en una dirección de mayor complejidad, en la que se integren las diferentes disciplinas alumbrando así una nueva perspectiva, y que en realidad estemos ahora como hace más de cien años, cuando se pensaba que el conocimiento humano estaba acotado y, sin embargo, irrumpió la revolución cuántica que lo cambió todo.



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