Entusiasmados por los acontecimientos de Egipto y Túnez, los occidentales están tentados de dar su apoyo a los pueblos musulmanes rebelados. Pero teniendo en cuenta la historia de cada una de sus intervenciones en el resto del mundo, deberían ocuparse de sus propios asuntos, escribe el periodista Simon Jenkins en The Guardian. (Article)
Fuente : http://www.presseurop.eu/es/content/article/487761...
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