Huellas

La flor de la champaca

Redactado por Alicia Montesdeoca Rivero el Martes, 29 de Junio 2010 a las 12:11

La dulce y cantarina voz de Doña Paca se paseaba por el pasillo central del aula en un día, que no puedo datar por su lejanía, en que la luz de los cielos canarios atravesaba los grandes ventanales de la clase.

Todas las alumnas guardábamos silencio, nada se movía. Las imágenes poéticas penetraban en nuestros corazoncitos infantiles con el sonido de la lectura. Ésta se hacía más y más intensa en la medida en que Tagore nos narraba la aventura imaginada de un lejano niño que se escondía tras la “flor de la champaca” para espiar los movimientos cotidianos de su madre.

Aún mis oídos guardan la melodiosa voz de mi maestra, descubriéndonos el placer de leer y el de imaginar cómo pudo el niño de la narración trepar por el árbol hasta colocarse en una flor, mecerse muerto de risa en el viento y bailar sobre las hojas nuevas sin que su madre lo adivinara. Cómo podría proyectar su sombra desde lo más alto sobre el Libro Sagrado de su madre “en el mismísimo sitio en el que ella estuviera leyendo” y que al anochecer bajase del árbol para ser de nuevo su niño.

“¿Dónde has estado tú picarón?” “No te lo cuento madre”… nos diríamos”

Pasó el tiempo… leo a Tagore a mis pequeños hijos, mientras sus ojos se resisten al sueño porque quieren que les lea más cuentos de aquel niño lejano… Mi maestra sigue aquí despertando en otras generaciones el amor a la lectura…



| Alicia Montesdeoca Rivero


| Martes, 29 de Junio 2010
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