CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
¿ De dónde proviene a idea de morir por los pecados de los hombres para así redimir?  “Compartir” (263) de 21  de agosto 2018 Preguntas y respuestas.
Hoy escribe Antonio Piñero

PREGUNTA:
 
 
Mi consulta: ¿De dónde proviene a idea de morir por los pecados de los hombres para así redimir, salvar a la humanidad? De antemano, muchas gracias.
 
 
RESPUESTA:
 
Esta idea es paulina y no tiene nada que ver con el Jesús histórico.
 
 
Creo que esta pregunta está respondida en el libro que vuelvo a citar. He escrito en mi “Guía para entender a Pablo de Tarso”, Trotta, Madrid, 2015, p. 118, lo siguiente:
 
 
Comentario a 1 Tesalonicenses 5,10: murió por nosotros: “morir por otro” significa morir en favor de otro y en sustitución del otro, para que no muera quien debería morir. Esta fórmula, típicamente griega, no se encuentra en la Biblia, incluidos los deuterocanónicos, pero sí en Pablo, donde es frecuente. Se suele aducir como ejemplo, típico y único, 2 Macabeos 6,28; 7,9.37-38. Pero es erróneo: el texto no dice que el anciano Eleazar y los siete hermanos, que mueren atrozmente durante la persecución antijudía de Antíoco IV Epífanes (168 a.C.), lo hicieran en vez de otros o para que otros judíos no murieran, sino “en pro de las leyes patrias”,  “en defensa de las leyes patrias” (griego: hyper tôn nómon, o perì tôn patríon nómon). Lo que Pablo dice es lo que se denomina técnicamente “una muerte vicaria”, es decir, un inocente muere por un culpable de modo que este siga con vida. Pero esta noción de “dar la vida por” no es una invención de Pablo, puesto que es absolutamente normal en el mundo grecorromano (Versnel 2005, 43-55, con múltiples ejemplos).
 
Versnel, H.S, “La muerte de Jesús como acontecimiento de salvación: influencias paganas en la doctrina cristiana”, en E. Muñiz-RESPUESTA Urías (eds.), Del Coliseo al Vaticano. Claves del cristianismo primitivo, Fundación Lara, Sevilla, 2005, 33-56.
 
Y en la p. 123 presento textos en los que Pablo habla de “morir por nosotros, en vez de nosotros”, es decir, muerte vicaria
 
· Cristo nos rescató de la maldición de la Ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que está colgado de un madero (Dt 21,23) (Gál 3,13).
 
· Porque el amor de Cristo nos constriñe convencido de lo siguiente: que si uno murió por todos, ciertamente todos murieron. 15 Y murió por todos, para que quienes viven no vivan ya para sí mismos, sino para aquel que murió y fue resucitado por ellos. 21: Al que no conoció pecado hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos justicia de Dios en él (2 Cor 5,14-15. 21).
 
· En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas, en el tiempo oportuno, Cristo murió por los impíos. 7 En verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atreva alguien a morir. 8 Dios presenta sus cartas de recomendación de que nos ama en que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros (Rom 5,6-8).
 
 
 
Y en la p. 126 escribo:
 
Pablo apela sin duda a diferentes imágenes para referirse a la muerte de Cristo como expiación, rescate, alianza nueva, perdón de los pecados, morir por otros. Las imágenes del Templo para explicarlas son abundantes en Pablo. Que él entendiera este conjunto como lo hicieron sus sucesores y sobre todo la iglesia posterior, a saber, como un estricto sacrificio de su cuerpo ofrecido a Dios Padre, no queda del todo claro en el pensamiento paulino, y la razón es porque probablemente da por supuesto y conocido este extremo. Pero el número y peso de los textos que mezclan muerte del Mesías con sangre, rescate, alianza nueva y reconciliación, nos lleva a pensar que su idea acerca de esa muerte fue la de un sacrificio en el que la ira de Dios queda eliminada, por lo que este perdona los pecados de la humanidad.
 
Además, la muerte de Cristo, según Pablo, fue “sustitutoria” o “vicaria” para que no fuera condenada a muerte eterna toda la humanidad. En el mundo grecorromano, de donde está tomada la expresión de muerte vicaria, las metáforas de expiación y rescate están ligadas a la concepción sacrificial. Pablo sintió que no hacía falta explicar más, aunque su concepto de expiación fuera más complejo que el del Levítico. El Apóstol está forjando entre metáforas un nuevo sentido a la muerte del Mesías, hecho que para muchos de sus compatriotas judíos era inexplicable.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero

http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html   

Martes, 21 de Agosto 2018

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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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