DERECHOS HUMANOS: J. R. Blanco Aristín

“No hay caminos para la paz.
La paz es el camino”.
Mahadma Gandhí


Desarme, desarme, desarme: Construir la Paz, Paz, Paz.: "Albert Einstein mensajero de la Paz y el Desarme mundial".
Con el propósito de presentar alguna información valiosa sobre el pacifísmo incansable del Premio Nóbel de Fisica, Albert Einstein, se reproducen algunos pasajes de las cartas y conferencias del investigador alemán, para contactar directamente con la fuente de la idea y la palabra de la paz.

Albert Eistein hablo por radio desde el barco en su segundo viaje a EEUU, el día 11 de diciembre 1930, en un abrazo total al desarme y el pacifismo, depositando su más alta confianza en el pueblo americano, pero hablando clara y francamente;

Tras la crisis económica mundial, Einstein dijo:

“Es en vuestro país, mis amigos, donde se harán sentir más clara y definitivamente aquellas fuerzas latentes que matarán eventualmente “al monstruo del militarismo profesional”.

“Vuestras condiciones polítcas y económicas son tales, que si Uds. Pusieran seriamente manos a la obra serían capaces de destruir totalmente la terrible tradicción de violencia militar bajo la cual el mundo continúa viviendo aún después de la espantosa lección de la Gran Guerra”.


1.- Texto de la alocución:

« “Fe en América” »


“Saludos América, esta mañana, después de una ausencia de diez años, cuando estoy una vez más próximo a pisar el suelo de Estados Unidos, el pensamiento que domina en mi mente es el siguiente:

Esta nación ha logrado su posición de indiscutida supremacía entre las naciones del mundo, después de una ardua pero pacífica labor. Actualmente es la ciudadela de los viejos y altos ideales de la democracia política.

Aquí en esta tierra de Vds. cada hombre y cada mujer es orgulloso y celoso de sus derechos como ciudadanos de un país común, y cuando uso la palabra “derechos” no significo alto teórico que existe en un pedazo de papel, sino algo tangible y concreto, algo que permite a cada miembro de la comunidad-sin consideración de nacimiento o medio ambiente- a dar toda su energía para beneficio de todos los demás”

Cultivando el desarrollo del cerebro y el músculo, vuestro país ha probado definitivamente que la libertad del individuo tiene muha mayor consecuencia que cualquier tiranía, especialmente cuando todos aquellos que contribuyen a los resultados definitivos no sóo sienten una justificable orgullo en la nación que ellos han contribuido a fundar y mantener, sino que también están dispuestos y ansionsos para conseguir ciertos beneficios ocasionales para el bienestar de todas las naciones.

Es en vuestro país, mis amigos, donde se harán sentir más clara y definitivamente aquellas fuerzas latentes que matarán eventualmente b[“al monstruo del militarismo profesional”.

“Vuestras condiciones polítcas y económicas son tales, que si Uds. Pusieran seriamente manos a la obra serían capaces de destruir totalmente la terrible tradición de violencia militar bajo la cual el mundo continúa viviendo aún después de la espantosa lección de la Gran Guerra”. Esta debe ser nuestra línea de conducta, y si sois capaces y estáis dispuestos a aceptar esta alta misión, nuestra obra será imperecedera.”


2.- En una carta al Sindicato Mc Nanght, el 29 de Marzo de 1931.

“Estados Unidos es hoy la nación más poderosa del mundo y técnicamente la más desarrollada. Su influencia en la formación de las relaciones internacionales es incalculable. Sin embargo, por ser Estados Unidos un país grande, sus habitantes no han tomado, hasta el presente, mucho interés en los grandes problemas internacionales.”

El problema del desarme es de fundamental importancia. Esta actitud americana respecto a los asuntos internacionales debe cambiar, sino por otra razón, por el propio interés de los Americanos.

La Gran Guerra demostró que los continentes no pueden ya más considerarse aislados y que los destinos de todas las naciones están íntimamente relacionados. En los ciudadanos de este país debe arraigarse la convicción de que participan de una gran responsabilidad en el campo de la política internacional. Este país no merece el papel de espectador pasivo. Si se siguiera así, ello sería inevitablemente fatal para todos.”


3.- Cooperando por una Palestina pacificada.

"Ciertas declaraciones y medidas de los oficiales Británicos han sido objeto de una crítica muy justa. No podemos nosotros, sin embargo, quedar satisfechos con esto

En primer lugar debemos de considerar con mucha atención nuestras relaciones con el pueblo Árabe. Cultivando estas relaciones seremos capaces de evitar el desarrollo futuro de esas tensiones peligrosas, las cuales pueden ser explotadas para provocar actos de violencia en contra nuestra. Podemos perfectamente conseguir esta finalidad porque la Palestina, por razones de formación, sirve los reales intereses de la población Árabe tan bien como los nuestros propios.

En segundo lugar, habiéndolo así seremos capaces de evitar la necesidad infortunada –igualmente infortunada para Árabes y Judíos- de tener que llamar a la potencia que ejerce el protectorado a que actúe de juez y árbitro entre nosotros.

De este modo, no sólo seguiremos los dictados de la sabiduría sino que permaneceremos también fieles a nuestras tradiciones, las cuales, por sobre todo, dan substancia y significado a la unidad de Israel. Porque esta unidad de Judíos en todo el mundo no es de ningún modo una unidad política en una tradición moral. Solamente con esta base podrá el pueblo judío mantener sus fuerzas creadoras, y es también el único justificativo de su existencia."

4.- Carta dedicada a George Sylvester Viereck, en una entrevista de la Universal Service, en Enero de 1931.

« Sacrificándose por la paz ;»

"Hay suficiente dinero, trabajo y alimento –si organizamos nuestras fuerzas de acuerdo con nuestras necesidades- para libarnos de la esclavitud de rígidas teorías económicas o tradicionales. Ante todo, debemos dedicar nuestro pensamiento y actividades al trabajo constructivo y no a la preparación de la guerra. Estoy de acuerdo con el gran Americano Benjamín Franklin, quien dijo que nunca había una mala paz o una buena guerra.

No soy solamente un pacifista, soy un pacifista militante. Estoy dispuesto a luchar por la paz. La guerra no se eliminará a menos que los mismos hombres se rehúsen a pelear entre ellos.

Todas las grandes causas tienen su apoyo inicial en una agresiva minoría. ¿Acaso no es mucho mejor para un hombre que sufrir por una causa en la cual él no cree, tal como la guerra?. El resultado de cada guerra es simplemente aumentar la cadena de círculos viciosos que impiden el progreso de la humanidad. Un puñado de objetores conscientes puede dar vida a la protesta contra la guerra.

Las masas no son nunca militaristas hasta tanto sus mentes no estén envenenadas por la propaganda. Estoy de acuerdo con Vd. que debemos enseñar a las masas las resistencia a la propaganda. Debemos empezar a inmunizar a nuestros niños contra el militarismo, educándolos en el espíritu del pacifismo. El error en Europa ha sido el uso de una psicología equivocada. Nuestros Textos escolares glorifican la guerra y ocultan los horrores. Ellos inculcan odio en las venas de los niños. Yo enseñaría paz, en vez de guerra. Yo inculcaría amor, en vez de odio.

Los textos escolares deberían escribirse de nuevo. Todo nuestro sistema educacional debería ser imbuido de un nuevo espíritu, en lugar de perpetuar viejos rencores y prejuicios.

La educación debe empezar en la cuna. Es en las madres del mundo sobre quienes recae la tarea de sembrar la semilla de la paz en las almas de los niños.

Puede no ser posible eliminar el instinto combativo en solo una generación. Mejor es que los hombres sigan luchando, pero que luchen por cosas nobles, y no por imaginarias líneas geográficas, prejuicios sociales y codicia privada, vestida de todos los colores del patriotismo. Sus armas deberán de ser sólo el espíritu, no los tanques y las granadas.

Pensad lo que podríamos hacer del mundo si todo el poder malgastado en la guerra fuera aplicado a labores de constructivas. Una décima parte de la energía que los beligerantes gastaron en la Guerra Mundial, una fracción del dinero que explotó en granadas de mano y gases venenosos, bastaría para elevar el standard de vida en todos los países y evitar la catástrofe económica de la desocupación en todo el mundo.

Debemos estar preparados a hacer por la causa de la paz el mismo heróico sacrifico que hemos hecho de buena gana por la causa de la guerra. No hay ninguna tarea que sea más importante y esté más cerca de mi corazón.

Nada de lo que yo pueda hacer o decir cambiará la estructura del universo. Pero, tal vez, alzando mi voz pueda contribuir al triunfo de la más noble de todas las causas: la buena voluntad entre los hombres y paz en la tierra.”

Fuente: Estos manifiestos han sido transcirtos del libro "Albert Einstein: La lucha contra la guerra". Ediciones la Piqueta.



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Viernes, 21 de Noviembre 2008

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Editado por
Juan Ramón Blanco Aristín
Juan Ramón Blanco es Licenciado en Derecho y abogado en ejercicio. Es asimismo asesor jurídico de Tendencias21, Secretario General Técnico del Instituto Ciencia y Sociedad y socio fundador del Instituto de Derechos Humanos Sri Aurobindo.






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