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EL RITO EN EL TEMPLO EGIPCIO SEGÚN LAS INSCRIPCIONES JEROGLIFICAS EN EL TEMPLO DE DEBOD (2): EL APACIGUAMIENTO DEL DIOS POR LA MÚSICA Y EL INCIENSO

Redactado por Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman el Sábado, 17 de Enero 2009 a las 20:43
| Sábado, 17 de Enero 2009 20:43

Esta parte del rito del culto divino diario, esencial en todos los templos egipcios está también representada en la capilla de Adijalamani del Templo egipcio de Debod.


El faraón Adijalamani tocando los sistros. Capilla de Adijalamani. Muro Oeste, registro superior. Cuadro nº 2. Foto IEAE
En Debod se puede ver al rey tocando los sistros ante la diosa Isis y el dios Osiris?, en el muro Oeste (mitad Sur) de la capilla del rey meroíta Adijalamani.

Los textos jeroglíficos existentes en dicho lugar dicen como sigue:

‘Hacer (sonar) los dos sistros para su madre (hacer la) protección para su cuello; hecho (para que) él sea dotado de vida’. .

El rito de 'la ofrenda de los sistros' está muy bien representado en el templo de Opet en Karnak:

'…Yo toco el sistro delante de ti con el Gran Ojo de Horus, yo canto himnos en tu presencia, yo salmodio para ti, yo doy alabanza a tu ka y adoro tu Majestad con alegría y aclamación'. (De Wit ITOK, III, 255, 113-114)

'Tocar los sistros ante tu bello rostro, haciendo celebraciones para ti en el cielo y en la tierra'. (De Wit ITOK, III, 255, 113-114)


También se muestra en el Templo de Opet al rey ofreciendo un sistro a la diosa Nut:

‘Toma para ti el sistro venerable smd, de electrum, que tu ka se regocije con su sonido. Cuando tú lo sacudes, emite un sonido y tú te regocijas con su ruido. Yo expulso tu mal humor, yo quito tu furor, yo pacifico tu corazón después de la cólera’. .(De Wit ITOK, III, 259, 116-117).

Los sistros eran utilizados para acompañar la celebración de ciertos ritos estando asociados frecuentemente al 'Menat'.

En el caso de Debod, la frase indica claramente que el rey tañe los sistros e impone a su madre el Collar Menat que protege la garganta y el cuello de la divinidad.

Se trata aquí de los ritos sehetep sejmet en los que los sistros estaban asociados con el uso del Menat.

Aparece pues, otra vez, una asimilación por vía ritual, de la Isis del Abatón con la diosa Sejmet, el terrible Ojo de Ra.

La idea era la creencia en la necesidad de apaciguar a la divinidad, en este caso la diosa Isis claramente vinculada con el mito del Ojo de Ra como Isis/Hat-Hor, que podría experimentar algún acceso de cólera.

El rito sehetep sejmet hace referencia a la leyenda del ciclo solar según la cual la diosa leona Tefnut, hija de Ra, vivía salvaje y furiosa en los desiertos del Sur. Pero Ra que la amaba y quería utilizar la fuerza de la diosa contra sus enemigos, envió a los dioses Shu y Thot para buscarla.

Ellos consiguieron apaciguarla y llevarla a Egipto. Entonces, Ra la fijó en su frente, donde bajo la forma de un úreus, ella abrasaba a su adversarios.

La diosa era festejada rememorando su recibimiento cuando retornó de la mano de los dos dioses. Se trataba de apaciguarla a lo largo y ancho de todo Egipto.

Para ello se organizaban cortejos y procesiones festivas para celebrar el festival llamado ella-es-traída (ini-tu-es), celebrado en el mes de Tybi. Aunque hay indicios de que estos ritos se celebraban desde el Imperio Antiguo, e incluso desde la prehistoria la documentación más abundante y clara data de las épocas griega (la misma de nuestra Capilla) y romana.

Como se observa en nuestra Capilla las identificaciones de la divinidad son complejas. Unas veces es Tefnut, otras Sejmet o Bastet, o Hat-Hor. Como complejas son las metáforas empleadas para manifestar su poder destructivo (el Ojo, la Cobra o la Llama).

Un mito análogo era el de La Vaca del Cielo.

En este caso, se contaba cómo los hombres habían ofendido al dios Ra, quien antes de renunciar a su reino terrestre y de retirarse sobre el lomo de la Vaca Celeste, envió a la diosa Sejmet para destruir a la humanidad que se había rebelado contra su creador.

Finalmente, Ra hizo emborrachar a la diosa sanguinaria con una mezcla de cerveza coloreada con alguna sustancia que daba el color rojo de la sangre, a fin de que cesase la carnicería. De aquí el rito de fabricar bebidas soporíferas durante las fiestas de Hat-Hor y de repartirlas entre sus fieles.

Para apaciguar a la diosa, se entonaban letanías, se hacían ofrendas y se practicaban los rituales que procuraban la restauración del orden del primer día, en el cual, el dios Ra creó todo lo que existe por medio de las siete palabras mágicas.

Estas siete palabras se correspondían con los siete emisarios de la diosa terrible, en forma de las llamadas ‘siete flechas del año’, que representaban las acciones más nefastas de las que podía ser capaz la ira de Sejmet.

Este ceremonial tenía por finalidad básica apaciguar la naturaleza peligrosa de la diosa, neutralizar su aspecto nefasto que se manifestaba bajo la forma de las epidemias y enfermedades que se abatían sobre Egipto durante el año, conjurar el ‘Iadet renpet’ o peste del año, durante la última parte de la estación seca que preludiaba la inundación del país con la ansiada crecida del río Nilo.

En definitiva, se trataba de impulsar a la diosa, conjurándola, a actuar como Maat, colaborando en el desarrollo de la armonía y el orden universales.

Desde este punto de vista, el rito realizado por los sacerdotes de Sejmet tenía su origen en los Mitos de La Diosa Lejana y de La Destrucción de los Hombres.

Consistía en una ceremonia en la que se degollaban y decapitaban cuatro ocas,cuatro gacelas y cuatro oryx blancos, y se presentaban jarras de cerveza o de vino a la diosa.

Estos sacrificios sangrientos eran sustituidos muy frecuentemente por las ofrendas de ciertos objetos tales como los sistros y los talismanes Menat, el Ojo Udyat, el cetro Sejem, la columna de papiro Uadye, la clepsidra unsheb y las jarras menu.

La ofrenda de las jarras de cerveza, mezclada con tinte rojo de Hena, y la ofrenda de las jarras de vino, evocaban la pacificación de la divinidad. La bebida sagrada era llamada ‘la roja’, y se consumía también por el pueblo en la Fiesta de la Embriaguez que Heródoto presenció y nos trasladó en sus relatos.

El festival al que se refiere el viajero griego se celebraba en la ciudad de Bubastis, con motivo de la aparición de la diosa Hat-Hor bajo la forma de Bastet, que era la misma diosa Sejmet, en su aspecto benéfico.

Heródoto nos relata lo siguiente en relación con la dicha Fiesta de la Embriaguez:

‘Así pues, cuando se dirigen a Bubastis, hacen lo que sigue. Navegan hombres y mujeres juntos, llevando cada barca gran número de personas de ambos sexos; algunas mujeres llevan castañuelas y las hacen sonar, algunos hombres tocan la flauta en todo el trayecto y el resto de las mujeres y hombres cantan y dan palmadas. Y, cada vez que en el curso de la navegación pasan por otra ciudad, acercan la barca a tierra y hacen lo siguiente: mientras algunas mujeres siguen haciendo lo que he dicho, otras gritan y hacen burla de las mujeres de aquella ciudad, y otras bailan, y otras, puestas en pie se desnudan. Esto hacen al pasar por cada una de las ciudades ribereñas. Y cuando llegan a Bubastis, celebran la fiesta ofreciendo grandes sacrificios, y se consume más vino de uva en esta fiesta que en todo el resto del año. Y el número de personas que allí se reúnen, hombres y mujeres sin contar los niños, alcanza hasta las setecientas mil, al decir de las gentes del lugar...’. (Herodoto Historias II, 60).

Con la práctica del rito y la entonación de las fórmulas mágicas en forma de letanías se conseguía el fin deseado: la Protección del mundo creado y de la humanidad toda.

'¡Oh Sejmet, la única grande, Señora de Isheru!¡Oh Shentit que resides en Busiris!...¡Oh glorioso Ojo de Ra, Señora de las Dos Tierrras, que gobiernas la Isla de Fuego!. Homenaje a vosotros,¡oh dioses, los que dais la muerte, que estáis en pie detrás de Sejmet, que habéis venido como mensajeros del Ojo de Ra, para lanzar vuestras flechas desde su boca.......! ¡Seguid vuestro camino, apartaos de mí.

No iré a ningún lugar con vosotros. No tenéis poder sobre mí. No me atacaréis con ninguna desgracia en este año. Porque Yo soy Ra, el que aparece en su Ojo. Yo aparezco como Sejmet, como Uadyet. Yo soy Atum apareciendo detrás de sus cabezas!....¡Horus, vástago de Sejmet. colócate detrás de mi cuerpo para salvarlo completamente para la vida!.

Palabras que se dirán, sobre una pieza de tela de lino fino. Los dioses citados se dibujarán e ella y se sujetará con doce nudos. Se le ofrecerá pan y cerveza y se quemará incienso. Es un remedio para aplacar a los dioses en su séquito de Sejmet y de Thot. Palabras para ser dichas en el último día, desde el final del año hasta el primer día del principio del nuevo año, durante el festival Uag y en el primer día de la fiesta Ernutet’. (Papiro Leiden I, 1, 1-2, 5)

En el origen de estos relatos parece haber dos realidades profundas: una es de naturaleza astronómica. El Ojo del sol devora a los hombres y les envía sus epidemias por medio del calor abrasador. En efecto, tal como nos lo muestra el calendario de los Festivales de Esna la fiesta de ‘apaciguar a Sejmet’ se celebraba el día 30 de Paoni en la época malsana y calurosa del principio de nuestro mes de julio.

La otra realidad era, sin duda, de naturaleza psicológica. Hat-Hor la diosa del amor era, tanto, la gata dulce Bastet, como la terrible leona Sejmet. El rito de ‘apaciguar a Sejmet’ está conservado de modo completo en la ‘Biblioteca Litúrgica’ del Templo de Edfú.(Edfou VIII, 347, 13).

Y esto es lo que aquí nos interesa principalmente: para apaciguar a Hat-Hor/Isis se ofrecía un sistro y un amuleto Uadye. Se apaciguaba a la diosa con la música de los sistros, las danzas, la presentación de la clepsidra o la de la jarra menu.

Estas ceremonias tan especiales y particulares se celebraban para Hat-Hor e Isis, y para aquellas otras divinidades femeninas con las que se les asimilaba.


Francisco J. Martín Valentín.
Egiptólogo.


Bibliografía

De Wit, C. Les inscriptions du Temple d’Opet à Karnak. 3 vols. Bibliotheca Aegyptiaca XI-XIII. Bruselas, 1958-1968
Gutbub, A. ‘Un emprunt aux textes des pyramides dans l’hymne à Hathor, dame de l’ivresse’. En Mélanges Maspero, I Orient Ancient Quatriéme Fascicule. MIFAO. TOME LXVI El Cairo, 1961
Maystre, Ch. ‘Le Livre de la vache du ciel’. BIFAO 40 (1941)
Sethe, K. Zur Altägyptischen Sage vom Sonnenauge, das in der Fremde war. UGÄA 5, 3. Leipzig, 1912
West, S. ‘The Greek versión of tne legend of Tefnut’. JEA 55 (1969)
Zivie, Chr. 'Sistrum'. LÄ, V, 959, 960

Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman
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