Bitácora

Excavaciones de la TA nº -28- en Asasif. Proyecto Visir Amen-Hotep, Huy. Los ushebtys en el Antiguo Egipto.

Redactado por Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman el Viernes, 29 de Octubre 2010 a las 13:05
| Viernes, 29 de Octubre 2010 13:05

En el Antiguo Egipto existía la creencia de que el difunto, una vez superado el Juicio del dios Osiris, pasaría a residir en los Campos de las Ofrendas (el reino del dios de los muertos). Allí tendría que hacer diferentes trabajos para su nuevo rey, el dios Osiris.


Ushebty encontrado en la TA -28- de Asasif. Fotografía propiedad del I.E.A.E.
Las excavaciones de la TA -28- en Asasif del Visir Amen-Hotep Huy están entregando una enorme cantidad de objetos, tal como sucedió en la campaña anterior del año 2009.

Entre ellos están apareciendo, en el interior de la capilla, cuya excavación hemos iniciado, una serie de figuras funerarias de buena factura aunque hechas con sencillo material (barro cocido) que llevan inscrito con tinta roja el nombre de su dueño. Son, todos ellos del Tercer Periodo Intermedio (a partir del año 1000 a de C.).

El Capítulo 6 del Libro de los Muertos recoge esta fórmula aplicable a los ushebtys: ‘¡Oh Ushebty N.! Si soy llamado, si soy designado para hacer todos los trabajos que se hacen habitualmente en el Más Allá, la carga te será infligida allí. Como se debe alguien a su trabajo, toma tú mi lugar en todo momento ara cultivar los campos, para irrigar las riberas y para transportar la arena de oriente a occidente. ¡Héme aquí!, dirás tú. ¡Iré donde me mandes, Osiris N., Justificado!.’

Estas piezas nos informan acerca del uso que se dio a la tumba del Visir siglos después de que esta fuera construida. Parece que la tumba del Visir fue considerada como un lugar especialmente sagrado por las gentes que habitaron Tebas mucho tiempo después del reinado de Amen-Hotep III, el padre de Aj-en-Aton.

¡Nuestra búsqueda del pasado continúa!.

Francisco J. Martín Valentín.Egiptólogo. Director del 'Proyecto Visir Amen-Hotep, Huy (TA -28-) en Asasif.
Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman
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