INNOVACIÓN: Mónica Edwards Schachter


Un reciente informe dentro del ambicioso Programa Horizonte 2020 volvió a insistir en este problema clave para el futuro de Europa: cómo hacer la ciencia y la tecnología más atractiva para los estudiantes. ¡Nos encanta comentar en este post cómo más de 400 profesores junto a sus estudiantes lo vienen haciendo posible hace casi una década!


Casi una década mejorando la motivación de los estudiantes hacia la ciencia y la tecnología
Tratando de resolver la GRAN paradoja

Durante estos nueve años venimos observando una paradoja que se va haciendo cada vez más incomprensible: la explosión de la nanotecnología y los metamateriales, los impresionantes avances experimentados   por doquier en genómica, inteligencia artificial, robótica y cosmología de precisión, aplicaciones al alcance de la mano de Vehículos Aéreos No Tripulados (los famosos drones) e impresoras 3D, big data junto a la Internet de las cosas (Internet of Things) y un extenso etcétera que supone la materialización de nuevas demandas formativas...  Y ANTE ESTO el creciente desinterés de los adolescentes y jóvenes hacia el estudio de la ciencia y la tecnología (especialmente en Occidente).

Aunque la problemática sobre cómo mejorar la motivación de los estudiantes (y también de los docentes) en Occidente es de larga data, se viene resaltando en Europa a través de informes como Europe Needs More Scientists  (CE, 2004) y las recientes recomendaciones hechas dentro del Programa Horizonte2020  (EC, 2016).   

Recuerdo cómo dando vueltas en torno a esta preocupación nos reunimos –allá por el año 2006- un grupo de formadores e investigadores y fuimos conformando una comunidad de práctica (CP). Uniendo una diversidad de miradas, desde el ámbito de la educación formal y no formal, nació el proyecto Cómo motivar a los estudiantes mediante actividades científicas atractivas  un curso de 75 horas organizado con la participación conjunta de miembros del Centro de Formación del Profesorado (CEFIRE), del staff creativo del Museo de Ciencias Príncipe Felipe, profesores del Liceo Francés y del Colegio Alemán de Valencia, junto a la Universidad Politécnica de Valencia y otros actores que se han ido sumando con el transcurso del tiempo.
Con una participación de 400 profesores y profesoras que llevaron a cabo más de 200 proyectos, el proyecto fue enriqueciendo la mirada de miles de estudiantes hacia la ciencia y la tecnología, incorporando progresivamente técnicas innovadoras con uso de TICs, tablets y sensores, diferentes artilugios y juguetes hasta las aplicaciones de gamification y realidad aumentada. Una diversidad de proyectos con estrategias didácticas utilizadas en diferentes países (Francia, Alemania, UK y España) y en educación informal (juguetes, museos, fábricas, etc.) orientadas a la enseñanza y el aprendizaje STEM (Science, technology, Engineering and Mathematics) y, más recientemente, con el agregado de la A de Arte (STEAM).

Esta propuesta ha sido destacada como ejemplo de buenas prácticas por la UNESCO (2010) y algunos proyectos han obtenido importantes distinciones, entre ellas el 1º Premio Nacional del Ministerio de Educación en ka categoría de blogs educativos por ‘El Blog: herramienta de motivación para el estudio de las Ciencias’ (2009) y Premios de Innovación por la aplicación de ‘Bolígrafo digital para la Wii’ (2011) y  ‘Realidad aumentada en magnetismo’ (2013). 


Como ya comenté en el post anterior los mind maps y mapas conceptuales, popularizados en la década de los 60, están en pleno auge gracias al empuje de numerosas herramientas, con una clara tendencia hacia el uso de Apps. La mayoría va orientada a los mapas mentales, sobre todo porque se los considera una potente herramienta para el desarrollo de la creatividad... aunque en mi opinión van mucho más allá de eso y casi todos pueden usarse indistintamente para hacer braining map sin distinciones. ¿Las conoces?, ¿por cuál votas?



El mapping en cada caso dependerá de factores relativos a la funcionalidad para capturar la información así como el diseño para presentarla de manera más o menos atractiva. Y por supuesto, el resultado depende de la tarea y del objetivo planteado (¿qué competencias se pretende poner en práctica?). En lo fundamental, estas aplicaciones se alejan del concepto de tomar nota como puede hacerse con Evernote  o Google Keep. No se trata de relaciones lineales sino de ir formando una estructura que asemeja a la forma en que se producen las funciones cognitivas en nuestro cerebro y el mayor o menor grado de organización que deseamos darle. Destacamos en primer lugar al software desarrollado por quienes introdujeron los mapas mentales y conceptuales: 

1) Cmaptools

Este software gratuito (versión off-line, on-line y en App) fue desarrollado en el Institute for Human and Machine Cognition  (IHMC) de la Universidad de West Florida (Estados Unidos) a partir de los trabajos realizados por Joseph D. Novak  y colaboradores, entre los que destaca Alberto J. Cañas . Si bien la aplicación se hizo originalmente para mapas conceptuales (ver post anterior), también pueden realizarse con él los tradicionales mind maps. Es bastante intuitivo, amigable y fácil de utilizar. Tuve el placer, junto a otros investigadores, de participar en uno de sus libros sobre usos de los mapas conceptuales en el ámbito de las empresas y los negocios (Se trata de Applied Concept Mapping). Así que aprovecho para poner como ejemplo uno de los mapas que incluimos en ese capítulo, mostrando su uso para mejorar el aprendizaje organizacional y los procesos de transferencia de conocimiento. En concreto: se trató de 'plasmar' el conocimiento de un área técnica en una empresa ortopédica sobre un producto para poder 'transferirlo' con facilidad a otras áreas, especialmente ventas (Barberá, Edwards-Schachter & De los Reyes, 2010). Nuestro mapa se ve un poco aburrido, ya que la aplicación -que puede trabajarse tanto off-line (descargar aquí) como on-line 'en la nube - tiene muchísimas opciones en cuanto a hacer un diseño atractivo. Se pueden cambiar colores, agregar todo tipo de enlaces a pod-casts, videos, presentaciones power point o prezi, etc. y hacerlos tan complejos como se quiera. En mi opinión, son una excelente herramienta para sintetizar en un solo mapa navegable una asignatura o un proyecto, además de ser muy valiosos como instrumento de investigación. Entre sus ventajas destaca la facilidad de uso, la abundancia de ejemplos, tutoriales, videos en youtube, foros y recomendaciones en la Web sobre su uso, es fácilmente personalizable, se puede guardar en varios formatos, permite la búsqueda de palabras dentro del mapa, se pueden agregar imágenes Clip Art y ... ¡es gratis! ¿Su principal desventaja? Su lentitud a la hora de compartir en Internet, pero por lo demás es una de las mejores opciones. 

50 Herramientas para construir mapas mentales y conceptuales


Estrategia de aprendizaje, recurso para entender mejor un concepto complejo, método mnemotécnico, herramienta de brainstorming… Estos y otros calificativos proliferan en la abundante oferta de Apps para hacer mapas mentales y conceptuales. Algunas con diseños más sofisticados que otras, para trabajar desde la comodidad de tu smartphone, solo o en redes colaborativas. La mayoría parece adaptarse a diferentes ámbitos, ya sea la empresa o la escuela, así como a la edad de los usuarios. Entre tantas opciones tecnológicas a veces se genera confusión sobre el para qué los utilizamos. Como le pasó a un colega, que mostrándome un colorido mapa mental con una típica agenda de actividades me preguntó qué tenía de ‘mental’ o dónde residía su magia creativa.


Desarrollando diferentes formas de pensar: ¿para qué sirven los mapas mentales y conceptuales?

¿Qué sucedería si pudiésemos transmitir de manera instantánea lo que pensamos, ‘mapear’ completamente el pensamiento? Este anhelo de registrar nuestras ideas, mejor dicho, de seleccionar algunos pensamientos y hacerlos tangibles a través de símbolos sobre un medio físico como piedra o papel forma parte de la aventura humana. La escritura jeroglífica, por ejemplo, recurría a dibujos para representar palabras. Me lo imagino a Imhotep, ese polifacético médico, matemático, astrónomo y arquitecto egipcio, volcando sobre un papiro su forma de entender el cuerpo humano (como el que se expone en la Academia de Medicina de New York) o planificando la próxima reunión con el faraón de turno. 

Desde esta perspectiva, los mapas mentales y conceptuales no son algo nuevo, ambos hacen uso de símbolos, como palabras, formas geométricas y -con ayuda de Internet- imágenes, podcasts y videos- para ‘mapear’ pensamientos e ideas. ¿Cuál es la diferencia entre los mapas mentales y conceptuales y en qué medida nos ayudan a ‘pensar’ mejor?


Editado por
Mónica Edwards
Monica Edwards Schachter
Mónica Edwards Schachter es investigadora, educadora, consultora, escritora y emprendedora, aunque prefiere definirse como una mujer apasionada por aprender y compartir proyectos para mejorar el mundo. Doctora Cum Laude por la Universidad de Valencia con la tesis doctoral ‘La atención a la situación del mundo en la educación científica’ (2003) y Especialista en Proyectos de Ingeniería e Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia (2006). Es Ingeniera en Electrónica, Licenciada en Matemática y Física y posee Diplomas de pos-grado en Gestión del Conocimiento por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (México) y Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos Educativos (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina). Con más de 20 años de experiencia en formación y consultoría, ha participado en más de 20 proyectos de investigación a nivel nacional e internacional. Es autora y co-autora de más de un centenar de publicaciones, entre libros, capítulos de libros y artículos en prestigiosas revistas científicas en temas de innovación tecnológica e innovación social, innovación colaborativa, empoderamiento, living-labs, innovación educativa, educación científica y desarrollo y evaluación de competencias, especialmente creatividad, innovación y emprendimiento. Ha recibido seis distinciones literarias en poesía y en 2004 le fue concedido el segundo premio en el Concurso de Ensayo Manuel Castillo (patronato Nord-Sud de la Universidad de Valencia) con la obra “Redes para la Paz”, publicado en 2007 por el Seminario Gallego de Educación para la Paz y la Fundación Cultura de Paz.




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