La ideología india

Martes, 31 de Octubre 2017

Perry Anderson: La ideología india. Madrid: Akal, 2017 (224 páginas). Traducción de Antonio J. Antón Fernández.
 
Fruto de una obra mayor y más ambiciosa, centrada en las relaciones entre las grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China y Brasil), esta nueva entrega de Perry Anderson se ocupa de India, en concreto, de la ideología india o, igualmente,  de la idea de India.
 
A lo largo de sus tres bloques temáticos (Independencia, Partición y República), el historiador británico analiza los cuatro temas que considera centrales en lo que denomina ideología india, esto es, la idea de antigüedad-continuidad, de diversidad-unidad, carácter de masas-democracia y multiconfesionalidad-secularidad.
 
En el análisis de estos tropos, el autor advierte algunas importantes limitaciones. Primero, respecto a la antigüedad-continuidad, identifica una visión esencialista, de supuesta permanencia y continuidad de su cultura y civilización a lo largo de una prolongada historia de unos 6 mil años, con un carácter aparentemente inmutable, sin ofrecer ninguna contrastación empírica. Sin embargo, “El subcontinente”, señala Anderson, “nunca formó una unidad política o cultural”, al menos en “tiempos premodernos”. De hecho, añade el autor, la propia “idea de India” fue “una invención europea”.
 
Segundo, esta ausencia de corroboración se reproduce igualmente en torno a la idea de diversidad-unidad, por cuanto existía una considerable división social, cultural, étnica y confesional previa a la dominación colonial, que incluso facilitó la conquista del subcontinente. Sin olvidar que esas fallas han persistido desde entonces, rebasando incluso la independencia. Periodo durante el que, conviene recordar, tampoco se ha visto garantizada la unidad de la nación.
 
Tercero, el carácter democrático no es menos singular en un país que, como reconoce Anderson, parecía reunir muchas de las condiciones para ser una dictadura más del mundo no occidental. Sin embargo, semejante reconocimiento no excluye las limitaciones a la libertad que, lejos de ser especificas de India, son familiares a “otros lugares” y, por lo general, a “todas las democracias liberales” que, en palabras del autor, suelen ser “menos liberales, y considerablemente menos democráticas, de como quieren verse a sí mismas”.
 
En este sentido, llama la atención que el sistema de casta no perturba la democracia india, sino que la “posibilita”. Esto es, pese a que votan más los pobres y las clases desfavorecidas que los ricos y las clases medias, lo cierto es que su voto sólo legitima un sistema que “no controlan” y que reproduce la marginación y exclusión.
 
Por último, cuarto, la relación multiconfesionalidad-secularidad no es precisamente ajena al mito de la unidad, “de que India había existido como nación desde tiempo inmemorial, con una identidad continua en el tiempo, y una armonía global presente antes de la llegada de los británicos”. La propia construcción de la identidad nacional no estuvo exenta de “dosis masiva de religión”, que identificaba “religión con nación” e “hinduismo con nacionalismo”, sembrando las semillas de la división confesional.
 
Desde esta óptica, minorías confesionales tan importantes como la musulmana quedaban en los márgenes de esa construcción e integración nacional; además de mantener sin resolución y reavivar la rivalidad entra las identidades políticas hindú y musulmana. Sobre este particular se pregunta el autor si un nacionalismo secular podía haber unificado estas dos comunidades, la única respuesta es la que deriva de los hechos, con una clara discriminación de la minoría musulmana. De manera que, en conclusión de Anderson, “la secularidad india es un confesionalismo hindú con otro nombre”.  
 
En este ensayo sobre la idea de India, Perry Anderson aborda otros aspectos relacionados con esos temas centrales como las figuras de Gandhi (con una visión desmitificadora) y de Nehru; la mayor responsabilidad del Congreso Nacional Indio en la Partición; el problema de Jammu-Cachemira y, también, de Aksi Chin; el nepotismo y la sucesión dinástica; y, entre otras pinceladas, la evolución más agresiva del nacionalismo hindú de la mano del Bharatiya Janata Party (BJP) o Partido Popular Indio.
 
La obra se cierra con un apéndice en el que se recoge una entrevista de Praful Bidwai al autor para el semanario indio Outlook y una respuesta de Perry Anderson a los numerosos críticos del texto (en particular, desde el ámbito de la izquierda asociada al movimiento comunista y los Estudios Subalternos), que no ha pasado desapercibido ni deja de ser controvertido por tocar una fibra tan sensible como la del discurso dominante en India,  de carácter “oficial y académico”.
 
José Abu-Tarbush