PANORAMA MUNDIAL. José Abu-Tarbush







Blog de Tendencias21 sobre los problemas del mundo actual a través de los libros

Dáesh. El porvenir de la amenaza yihadista
Jesús A. Núñez Villaverde: Dáesh. El porvenir de la amenaza yihadista. Madrid: Los Libros de La Catarata, 2018 (128 páginas).
 
En su aproximación al fenómeno de la violencia yihadista, Jesús A. Núñez Villaverde parte de una perspectiva crítica sobre el diagnóstico de este tipo de terrorismo y, por extensión, muy en particular, de las políticas antiterroristas aplicadas hasta ahora respecto a organizaciones como Al Qaeda o Dáesh.
 
Considera especialmente relevante enmarcar la violencia terrorista en su justo contexto, ya sea la practicada por estos movimientos yihadistas u otros, con objeto de realizar un diagnóstico lo más ajustado a la realidad social, política y económica en la que emergen y se nutren dichos grupos para combatirlos de la manera más eficiente y tratar de erradicarlos.
 
De aquí que, lejos de una visión reduccionista, ya sea de signo culturalista o esencialista (que sitúa el núcleo del problema en la cultura y religión islámica) o bien militarista (que advierte la solución sólo o exclusivamente en la intervención militar), el autor abogue por una perspectiva más global y multidimensional,  que tome en consideración las diferentes causas y factores que propician el caldo de cultivo del terrorismo yihadista.
 
Semejante perspectiva no ignora la instrumentalización que realizan de la religión islámica ciertos regímenes de la región y, también, algunos movimientos extremadamente radicalizados. Pero de aquí no cabe inferir que el problema sea de orden cultural o religioso, por cuanto unos y otros usan las creencias religiosas con propósitos políticos para obtener una legitimidad de la que carecen, ya sea para mantenerse en el poder o bien para hacerse con el poder.
 
En esta misma línea, tampoco menosprecia el autor la importancia de combatir el terrorismo mediante la acción militar y policial.  Considera que es una herramienta necesaria, pero insuficiente si no se amplía su combate a la esfera política, económica y social (e incluso educativa). Por el contrario, como muestra tozudamente la experiencia, sólo se estaría atacando los síntomas de esta amenaza, pero no así sus causas. Por tanto, en ese caso, sería sólo cuestión de tiempo que el terrorismo yihadista reapareciera.
 
El ejemplo de Dáesh es bastante elocuente, por cuanto, como se explica a lo largo del texto, no sólo es un subproducto de Al Qaeda, sino también, y no precisamente menos, de la política antiterrorista o, igualmente, de la mal llamada “guerra contra el terrorismo” implementada a partir del 11-S. Algunas han sido tan contraproducentes que, como la intervención de Estados Unidos en Irak en 2003, en realidad no guardaban ninguna relación con la lucha contra el terrorismo; y, paradójicamente, en lugar de reducir la amenaza de su vertiente yihadista, sólo contribuyeron a incrementarla.
 
De ser cierta y eficaz la lógica militarista empleada en el combate del terrorismo, Oriente Medio sería una de las regiones más pacíficas y estables del mundo por el número y la intensidad de las intervenciones militares registradas bajo la controvertida denominación de “guerra contra el terrorismo”. Sin embargo, sucede justo todo lo contrario, nuevas intervenciones han incrementado de manera exponencial la violencia terrorista. Si bien a corto plazo parece que el fuego se ha sofocado, a medio y largo plazo ha vuelto a prender, incluso en ocasiones con mayor virulencia.
 
En este sentido, el texto de Núñez Villaverde no es un recuento más de los orígenes, evolución y naturaleza de Dáesh, sino una reflexión sobre cómo ha tomado cuerpo su emergencia en medio de políticas exteriores erróneas y reiteradas en el tiempo. Es como si no se hubiera extraído o, mejor, dicho de otro modo, no se quisiera extraer ninguna lección del pasado y de las alianzas contraproducentes que, antes o después, se cobran dividendos negativos.
 
No puede aducirse que toda manifestación del terrorismo yihadista sea una consecuencia imprevista de la acción, como se argumentó en el pasado respecto a la emergencia de Al Qaeda, cuando el objetivo prioritario era el imperio soviético y, en consecuencia, todas las fuerzas sumaban para otorgarle “su propio Vietnam en Afganistán” (Brzezinski dixit). Por la experiencia acumulada a lo largo del tiempo se sabe, al menos, lo que no hay que hacer y con qué alianzas no contar.
 
Pese a ello, recuerda el autor cómo durante la inacabada guerra en Siria se han establecido alianzas muy coyunturales e indirectas con grupos de obediencia yihadista, al menos en un primer momento, y tanto por parte de algunas potencias regionales como internacionales. De hecho, combatir a las fuerzas yihadistas no siempre ha sido una prioridad. Para unos porque su presencia contribuía a desgastar a las fuerzas gubernamentales o rivales, y para otros porque les permitía presentarse como “un mal menor” frente a otro mayor.
 
En conclusión del autor, “Dáesh ha sido más juguete de otros que dueño de su propia historia. En muchas ocasiones se ha magnificado su importancia para justificar errores propios (…) y para conseguir un apoyo externo a gobiernos locales escasamente recomendables”. Sin una revisión y modificación profunda de estas políticas, con una aproximación “multilateral y multidimensional” de la amenaza terrorista, difícilmente se pueda ir más allá del alcance de un cortafuego.
 
Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús A. Núñez Villaverde ha venido desarrollando esta perspectiva crítica sobre el terrorismo yihadista y las políticas antiterroristas en obras anteriores como Terrorismo internacional en África. La construcción de una amenaza en el Sahel (2009), de la que es coautor con Balder Hageraats y Malgorzata Kotomska; y Boko Haram (2015), ambas publicadas por Los Libros de La Catarata.
 
 
 
 
 

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La derrota de Oriente. Dietario de Jerusalén 2013-2017.
Eugenio García Gascón: La derrota de Oriente. Dietario de Jerusalén 2013-2017. Madrid: Libros del K.O., 2017 (214 páginas).
 
Residente en Jerusalén desde 1991, Eugenio García Gascón está considerado como el decano de los periodistas españoles en Israel/Palestina y, muy probablemente, también, como uno de los más veteranos profesionales entre el nutrido gremio de los corresponsales extranjeros destacados en esta parte del mundo.
 
Con un conocimiento de primera mano de sus complejos avatares, García Gascón ha dado cuenta de los mismos en trabajos anteriores con un continuado y riguroso seguimiento. En esta línea, cabe considerar la obra actual como una continuación y actualización de la anterior, La cárcel identitaria. Dietario de Jerusalén, publicada también por la editorial Libros del K.O. en 2013.
 
Fiel a su estilo diáfano, sin florituras, y en el que -en todo momento- distingue claramente entre lo que dicen los responsables políticos y lo que hacen, el autor va dando cuenta de los principales acontecimientos y hechos que asolan esta región.

Así, en las entradas de este nuevo dietario, recoge la alargada sombra de la desastrosa intervención de Estados Unidos en Irak (2003), la emergencia y expansión del autoproclamado Estado Islámico (o Daesh por sus siglas en árabe), el sangrante conflicto en Siria, las complicidades e implicaciones regionales e internacionales en torno al mismo, las rivalidades entre las principales potencias de Oriente Medio, además de las luchas  y connivencias entre las elites del poder regional y mundial.
 
Unido a estas pinceladas, con un tono sobrio, del investigador que se limita a anotar en el diario de campo sus observaciones, el paisaje central de su esbozo está dedicado al conflicto colonial que enfrenta a Israel con la población autóctona de Palestina. La vida cotidiana en los territorios palestinos es descrita en toda su crudeza, sin medias tintas ni concesiones a un lenguaje políticamente correcto.
 
Del mismo modo, denuncia la hipocresía de las grandes potencias mundiales por cuanto, por un lado, apuestan -teórica y retóricamente- por la solución de los dos Estados, pero, por otro lado, no hacen nada significativo para implementarla. Por el contrario, se muestran pasivas y dóciles, cuando no cómplices, con la potencia militar ocupante. Mientras tanto, Israel no cesa en su política de colonización y hechos consumados, socavando material y políticamente dicha solución.
 
Es más, los principales dirigentes israelíes no ocultan su rechazo a la opción de los dos Estados. Dicho en otros términos, se niegan rotundamente a poner fin a su ocupación militar de los territorios palestinos (Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este) para dar lugar a la emergencia de un mini-Estado palestino que viva en paz y seguridad junto al israelí.
 
De hecho, la realidad sobre el terreno es la de un solo Estado, como ha reconocido recientemente el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. Solo que no es un Estado de todos sus ciudadanos, que comparten los mismos deberes y disfrutan de iguales derechos. Por el contrario, se trata de un Estado que ocupa y segrega de manera sistemática a la población palestina. Esto es, ni pone fin a las cinco décadas de ocupación militar, ni tampoco otorga derechos civiles  y, menos aún, políticos a la población que ocupa. De aquí la creciente calificación de Israel como un Estado de apartheid.
 
Ante este callejón sin salida, el autor considera que la solución a este conflicto sólo puede proceder de la imposición internacional ante la renuencia israelí a concluir su ocupación militar y la asimetría de poder entre las partes. Pero al mismo tiempo reconoce la connivencia estadounidense, el actor externo de mayor influencia sobre Israel. Sin olvidar la posición timorata de la Unión Europea, apegada al mantra de la solución de los dos Estados sin dar pasos efectivos en esa dirección.
 
Además de estas paradojas, el texto de Eugenio García Gascón pone de manifiesto el enquistamiento de este prolongado conflicto a lo largo del tiempo, con expresiones cíclicas de violencia y continuado sufrimiento. Sólo basta contrastar la lectura del actual Dietario de Jerusalén con el anterior para advertir cómo se repiten los mismos temas, fruto de las mismas políticas y, también, de las mismas aproximaciones para su resolución, reproduciéndose así, una y otra vez, el interminable ciclo del conflicto por no abordarse sus causas estructurales de manera efectiva y definitiva.
 

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Editado por
José Abu-Tarbush
Eduardo Martínez de la Fe
José Abu-Tarbush es profesor titular de Sociología en la Universidad de La Laguna, donde imparte la asignatura de Sociología de las relaciones internacionales. Desde el campo de las relaciones internacionales y la sociología política, su área de interés se ha centrado en Oriente Medio y el Norte de África, con especial seguimiento de la cuestión de Palestina.





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