Ya estamos escribiendo cartas a la familia


Alexander V. O'Hara

17 de enero de 1915
Estamos tan próximos a nuestro objetivo, bahía Vahsel, que el grupo de expedicionarios ha comenzado escribir cartas a sus familias, para que se las llevemos nosotros de regreso



Durante todo el día hemos seguido avanzando por delante del frente de un glaciar gigantesco cuyos acantilados de hielo, de casi 100 metros de altura, caían en vertical al mar. Durante parte de ese recorrido hemos podido ver las marcas que las mareas habían dejado en el hielo. Puesto que estaban separadas unos dos metros, eso indica la amplitud entre la bajamar y la pleamar.

Pero más importante es que eso significa que, en esas partes, el glaciar está anclado al fondo del mar, lo que es de capital importancia a la hora de establecer una base. Dado que si se instala la base sobre una lengua de glaciar que no esté apoyada en el fondo marino, sino que flote, puede desprenderse en cualquier momento, llevándose todo lo que haya encima. Como le ocurrió a la expedición del alemán Wilhelm Filchner, al que también tengo que dedicar una crónica.

Precisamente él fue quien con su barco el Deutschland había descubierto en 1912 la Tierra de Luitpold, donde se encuentra bahía Vahsel a donde nos dirigimos. Nosotros, estos últimos días, estamos recorriendo el trozo de costa que hay entre la Tierra de Coast, descubierto por Bruce, como ya os comenté en una crónica pasada, y la costa que descubrió Filchner.

Aunque al final de la jornada nos hemos topado con una placa de hielo que nos ha obligado a pararnos, el avance del día no ha podido ser mejor y el sextante de Worsley nos ha permitido calcular que en las anteriores 24 horas hemos hecho más de 200 kilómetros.

Esto significa que, con un poco de suerte estamos a un día de navegación de nuestro objetivo: bahía Vahsel. Puesto que cuando lleguemos tendremos que trabajar sin interrupciones para descargarlo todo a la mayor brevedad posible, algunos miembros de la expedición han comenzado a escribir cartas a sus familiares, para que nosotros las pongamos en el correo en Buenos Aires cuando el Endurance regrese después de desembarcarlos.

Sí, el gran momento ya está próximo. Pero una ventisca nos ha obligado a detenernos de nuevo.