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Blog de Tendencias 21 sobre sostenibilidad

Los procesos, aunque duelan, mejor sin anestesia


06/06/2018


Si recopilamos las ideas que hemos ido desplegando en Planeta Humano hasta ahora, la idea que predomina es que la Sostenibilidad es una realidad que necesitamos abordar desde lo colectivo por su propia complejidad. Para ello, una de las herramientas que utilizamos son los procesos participativos, que involucran a personas de diferentes opiniones y posturas desde una visión integradora.



Como en cualquier relación humana, la clave en un proceso participativo es, una vez más, la confianza. Cuando falla la confianza, invade la incertidumbre, las relaciones se estancan y los procesos, también.


Desde nuestro punto de vista, pensamos que la confianza se despliega en diferentes dimensiones:

  • hacia uno mismo, confiando en nuestra capacidad creativa, en creer que se logran las sinergias con otras personas, sobre todo cuando desarrollamos la lógica de la abundancia.

  • hacia los demás, apartando los prejuicios, escuchando y abriendo la mente a nuevas ideas, admitiendo otras verdades.

  • en el propio proceso participativo, confiando en que llegaremos a alguna solución para el bien común creando una nueva realidad.

  • en la persona que dinamiza o facilita el proceso, que debe inspirar confianza para favorecer la buena disposición del resto de personas.

 

De la ilusión al pesimismo


Es habitual que al inicio de un proceso participativo, como de cualquier otro tipo de proyecto, la confianza se encuentre en plena forma. Las personas que participan en el proceso están impregnadas de optimismo y de ilusión por aportar puntos de vista y soluciones. Todo está por descubrir y por plantear.


En el marco de lo complejo, según la teoría Cynefin, las estrategias eficaces pasan por «fomentar la diversidad en el grupo, incentivar la “disensión” y recompensar la creatividad y la innovación».


Ese es uno de nuestros roles como facilitadores  de este tipo de procesos.


El diálogo se anima y empiezan a aparecer posibilidades, ideas, opciones... tantas que, en un momento dado, esta gran apertura parece volverse en contra. Y entonces se produce el pesimismo, el caos, la incertidumbre. El proceso entra en crisis. 


Las personas que participan pasan de la ilusión y la confianza al pesimismo y la desconfianza, a la incertidumbre, a dejar de creer que el proceso nos vaya a llevar a alguna parte. 


Sin embargo, como en todo proceso creativo, hace falta transitar esta fase, es necesario atravesar este punto oscuro, de incertidumbre, para hallar la solución.
 
 

Del caos a la solución



Pero ¿cómo conseguir pasar del caos al orden, de la crisis a la solución?  


Para explicar lo que ocurre en ese momento de crisis vamos a recurrir a un símil de la Naturaleza. Como nos gusta decir, somos naturaleza y en ella podemos encontrar las respuestas que necesitamos si observamos.


Nuestra naturaleza es nuestro potencial.


Los procesos participativos son, al fin y al cabo, procesos creativos. Y no hay mayor proceso creativo que la creación de la vida: el nacimiento de un ser vivo.


Visto así, el proceso participativo se asemeja en este momento a un parto o a cualquier momento crítico en la vida de una persona. Quienes han atravesado esta situación extrema y difícil, como es un parto natural, pasan por este trance crítico, en el que el bebé se encaja en el canal del parto y el dolor se vuelve, literalmente, insoportable.


En este determinado punto, llega el momento del "no puedo más", de clamar por la epidural, de creer que el dolor te va a llevar por delante. La madre quiere salir cuanto antes de ese dolor, anestesiarse para evitarlo, ver cuanto antes la luz al final del túnel. Del bebé aún no hemos podido hablar con ninguno que pueda contárnoslo :-)


Sin embargo, como apuntan las matronas en las clases de preparación al parto, la clave para resolver este momento de crisis es sostener el momento, acompañar a la madre a abandonarse, aceptar que no todo está bajo tu control, soltar y dejar que suceda lo que tenga que suceder. No es la razón la que logra sacarnos de este punto de incertidumbre sino, más bien al contrario, dejar trabajar al instinto y  la intuición. Dejar que la Naturaleza, nuestra Naturaleza, siga su curso.


Y precisamente en esta pequeña-gran muerte de nuestro yo emerge la solución. El momento crítico pasa, la tensión y el dolor, aflojan,  y la creación de lo nuevo se materializa. Ya tienes al bebé en brazos.
 
 

El momento de crisis en los procesos participativos 


Volviendo a nuestro ejemplo, cuando cunde el desánimo y las personas participantes no confían en el propio proceso, lo que hace falta es sostener ese momento, conectarse con el propósito que da sentido a esa participación —que es más grande que ese momento de crisis—, y confiar en alcanzar el final del túnel. 


Es entonces cuando hace falta alguien que cuide el proceso en ese momento delicado, como la matrona que acompaña a la parturienta, para que no decaigamos en el propósito y confiemos en el final feliz. Porque es en ese momento de crisis cuando cuaja la productividad del proceso. 


Este rol de sostén lo solemos jugar nosotros como facilitadores o dinamizadores, pero también buscamos hacer equipo, si hay otras personas como quien promueve el proceso, que saben conectarse con este momentum. Cuanto más seamos, mejor.


Para ilustrar cómo se produce este desenlace, echamos mano de un fragmento del libro Mientras escribo, de Stephen King, en el que cuenta cómo logró resolver una crisis creativa cuando escribía su libro Apocalipsis:
 

[...] El libro que he tardado más en escribir fue Apocalipsis. [...] A pesar de todo, llegó un punto en el que no podía seguir escribiendo porque no sabía de qué. [...] Pasé varias semanas sin llegar a nada. Parecía todo demasiado difícil y demasiado complejo [...]. Di vueltas y vueltas al problema, le di puñetazos, cabezazos.. hasta que un día, distraído, me llegó la respuesta. Vino entera, completa (podría decirse que envuelta para regalo), de un fogonazo.
[...]
Había pasado en un abrir y cerrar de ojos de no tener nada a tenerlo todo. Si algo adoro de escribir, por encima de todo lo demás, son esos relámpagos de intuición en que se te relaciona todo. Los he oído calificar de «supralógicos», y es lo que son. 
 

Y así es como se resuelven los momentos críticos, confiando en la intuición y dejando que el ritmo natural de las cosas ayude a fluir hacia el proceso para resolverlo. 

 
Al igual que en la Naturaleza, a partir del punto más oscuro empieza a amanecer. 


Al igual que en la Naturaleza, las respuestas están ahí, esperando a que las miremos, las escuchemos y las pongamos en práctica.


Confiemos en los procesos, mantengámonos conectados con sus propósitos y dejemos que su propia naturaleza nos lleve hasta la solución.

NOTA: Este post lo hemos disfrutado especialmente, pues su propia creación ha respondido a esto de lo que estamos hablando. Ha sido alumbrado por Káhina Santana, Ana Mayor y Yeray Martínez. Y que conste que respetamos absolutamente a quien opta por un parto con epidural :-)
 



Si tienes una opinión al respecto de los procesos participativos o has participado en alguno sintiendo que no llegarías a ningún lugar, cuéntalo en los comentarios. Participa en la conversación.



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Editor
Yeray Martínez Montesdeoca
Eduardo Martínez de la Fe
Equipo: Ana Mayor Terrel, Gema Cruz Cañadas, Káhina Santana Miranda, Pepe Martín.

Compartimos, queramos o no, seamos conscientes o no, el viaje de la vida en este planeta Tierra. Somos un equipo de expertos de diferentes ámbitos que nos hemos unido para hablar de sostenibilidad, comprometidos con aportar nuestras experiencias y hallazgos para que consigamos una relación más saludable con la naturaleza y con nosotras mismas.

Yeray Martínez Montesdeoca (editor) es director de Genea Consultores, ingeniero de montes, emprendedor, experto en liderazgo y restauración de paisajes. Le acompañan en la co-creación de esta bitácora Ana Mayor Terrel (periodista y copywriter), Gema Cruz Cañadas (pedagoga forestal), Káhina Santana Miranda (experta en procesos participativos transformadores) y Pepe Martín (tecnologías de educación, marketing digital, creatividad, diseño y artes escénicas y visuales).





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