SEGURIDAD Y DEFENSA: Manuel Sánchez Gómez-Merelo




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Cumbre del G20 2017, más inseguridad que esperanza


En Hamburgo, esa hermosa ciudad del norte de Alemania, se ha desarrollado esta última Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 20, más conocido como G20, un foro que desde 2008 reúne a los países más poderosos del mundo.


17/07/2017

MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO

 cumbre-g20  

Los gobiernos allí convocados representan a más de dos tercios de la población del mundo, el 85% del PIB mundial y el 75% del comercio global.
 
Así el G20 tiene en teoría la capacidad de aunar suficiente legitimidad y eficacia para ser el foro desde donde marcar el rumbo que debe seguir la gobernanza global, el presunto orden mundial.

Ordenar, aunque sea básicamente, el complejo mundo en el que vivimos, amenazado por desafíos de enorme magnitud, bien sea en los aspectos económicos (comercio e inversión) o en los puramente sociopolíticos (cambio climático, conflictos armados, migraciones y terrorismo), es y debería ser el objetivo irrenunciable de estas Cumbres.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha trabajado durante los últimos meses para forjar un frente común que aglutine voluntades para acometer los contenidos de cada orden del día con al menos uno de los temas capitales: la crisis ucraniana, la guerra en Siria, la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, el irreversible cambio climático, la crisis de refugiados y migrantes, etcétera.

Pero la realidad es que la falta de credibilidad por los incumplimientos del G20 y la presencia de grupos antisistema, han hecho que la ciudad alemana de Hamburgo haya tenido un prólogo en las calles con importantes disturbios en el distrito de Schanzenviertel, donde ha habido que lamentar numerosos heridos, barricadas, coches ardiendo y comercios destrozados.
 
Las manifestaciones en la ciudad fueron convocadas bajo el lema "Solidaridad sin fronteras en vez de G20" y ha habido escenas de enorme violencia, pese a la apariencia disuasoria de los antidisturbios. La situación empezó a deteriorarse con la presencia de un millar de encapuchados en la manifestación de la izquierda radical convocada bajo el lema "Bienvenidos al infierno".
 
Las autoridades de Hamburgo tuvieron que pedir refuerzos policiales a otros estados federados ante el número y grado de violencia de los disturbios registrados por los grupos antisistema que se han dado cita en la ciudad, y que incluso han lanzado cohetes pirotécnicos contra un helicóptero policial, y cócteles molotov contra los agentes.
 
Aún con la estrategia de bloqueo durante los dos días de la Cumbre por toda la ciudad, los manifestantes han representado un serio problema para las fuerzas de seguridad, que han dispuesto más de 21.000 efectivos procedentes de todo el territorio federal, apoyados desde el aire con 25 helicópteros, 185 perros, 70 caballos, 3.000 vehículos y 40 cañones de agua.
 
Las protestas han sido calificadas como de "extremadamente agresivas". En la noche del viernes, unos 1.500 manifestantes violentos participaron en nuevos disturbios contra la cumbre de líderes mundiales, y las fuerzas de seguridad se vieron "sorprendidas" por una situación de tal desmesura que acabó, tan solo en esa noche, con una cifra de 197 agentes heridos.
 
Además del operativo policial, cercano al recinto donde los líderes del G20 y sus delegaciones debatieron durante dos días sobre cómo atajar los problemas del mundo, una decena de abogados, fiscales, varios jueces y agentes de policía hicieron guardia en un almacén de ultramarinos reconvertido en centro de detención. Tenía capacidad para 400 personas, el máximo de agitadores anarquistas o antiglobalización que las fuerzas de seguridad podrían retirar de las calles por la vía de urgencia si alguna de las manifestaciones de protesta convocadas degenerará en campo de batalla.
 
Ha sido una ciudad secuestrada por la violencia callejera cuyas manifestaciones han dejado centenares de heridos y una percepción clara de inseguridad a sus ciudadanos, así como un descontento general que ha agravado la percepción de que estos eventos se consideran acontecimientos que no cumplen con lo que dicen prometer.
 
Mientras, en los trabajos de la Cumbre, han destacado más algunos de los encuentros bilaterales como el de Trump y Putin, presidentes de EE.UU. y Rusia, respectivamente, que llegaron al acuerdo de promover un inmediato alto el fuego parcial en el suroeste de Siria, tregua en la que se comprometieron a participar otros países de la región.
 
Así, para el ruso, el acuerdo de alto el fuego en el suroeste de Siria representa un enorme éxito diplomático tras el enfrentamiento sostenido por, presuntamente, haber ordenado la “mayor operación conocida hasta la fecha para interferir en la vida política de EE.UU.”. Ahora, estrecha la mano a su presidente, se sienta con él y tratan de arreglar uno de los problemas del planeta en una guerra que ya dura seis años, según ha informado Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso.
 

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Otro aspecto a destacar ha sido de nuevo el cambio climático, como uno de los problemas globales más acuciantes y al que la comunidad internacional en pleno aceptó poner coto con el Acuerdo de París. Pero el calentamiento global es precisamente el tema que separa con más claridad a Trump del resto de los países asistentes a la Cumbre.
 
También el terrorismo y la ciberseguridad fueron otros de los asuntos que trataron Putin y Trump, aunque ha sido el terrorismo internacional y la lucha contra el ISIS el punto importante de confluencia entre ambos.
 
Para abordar la primera jornada del G20, la anfitriona colocó a los invitados en cómodos sillones dispuestos en forma de cuadrado y pequeñas mesas supletorias, en una actitud informal para debatir sobre terrorismo, pero, lo que se puede significar, a mi entender, como lo más alentador y novedoso de esa jornada fue sin duda, la intervención de Emmanuel Macron, presidente francés, que se manifestó sobre un aspecto fundamental con las siguientes palabras: "No podemos pretender estar luchando contra el terrorismo de una manera efectiva sin una acción resuelta contra el cambio climático, o tendremos que explicarle a la gente que vive en Chad, Níger y otros lugares que el cambio climático no es un problema".
 
Este nuevo planteamiento relacionando cambio climático con terrorismo me ha evocado mi primer estudio realizado en Latinoamérica y publicado en agosto de 2007 sobre “El cambio climático, nueva fuente de inseguridad”, cuyas conclusiones sigo ratificando: “En definitiva, bien parece que, a menos que se adopten medidas urgentes en la próxima década, será extremadamente difícil, si no imposible, evitar un sistema global muy inestable a medio plazo con incrementos de la inseguridad humana y ciudadana, porque las amenazas contemporáneas son globales y están interrelacionadas, y el terrorismo internacional, los conflictos armados o la lucha contra la delincuencia organizada no pueden abordarse con independencia de los problemas de pobreza extrema o degradación medioambiental”.
 

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También en 2007, el debate del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del 17 de abril fue un hito que marcó el reconocimiento del cambio climático como una cuestión básica de seguridad. Ya entonces, la Military Advisory Board de los Estados Unidos, un grupo asesor de almirantes y generales retirados de gran prestigio, manifestaba de manera categórica en su informe que “el anticipado cambio climático suponía una grave amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos”.
 
Así, en el mismo sentido expuesto por Macron, existen varios informes, publicados en los últimos dos años, que analizan esta relación. Uno de los más completos es 'Insurgency, Terrorism and Organised Crime in a Warming Climate', encargado por el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán y elaborado por el 'think tank' Adelphi.
 
El trabajo se dedica a profundizar sobre las tesis de estudios previos, como un resumen ejecutivo elaborado por los mismos autores a comienzos de 2015 para los ministros de Exteriores del G7, que concluía que "el cambio climático es una amenaza global para la seguridad internacional", y lo explicaba por el carácter del fenómeno climático como "multiplicador de amenazas que agrava situaciones ya frágiles y puede contribuir a la agitación social e incluso a los conflictos violentos".
 
Es difícil que este tipo de trabajos académicos lleguen a crear una relación causa-efecto entre el aumento de las temperaturas medias del planeta y la aparición de grupos terroristas, sino que sugieren que el clima es un factor capaz de incrementar el estrés o potenciar los riesgos de otros agentes como la pobreza, el desempleo, la inquietud social o las migraciones.
 
Pero, a modo de conclusiones, hemos de decir que, paradójica e interesadamente, ha sido la lucha contra el proteccionismo y el mantenimiento del libre mercado los puntos más resaltados, así como el de minimizar el impacto en las naciones del Primer Mundo en el cambio climático.
 
Otra paradoja ha sido el lema del encuentro: "Forjar un mundo interconectado", nada que se parezca al contenido tratado en una Cumbre en la que se trataron temas bastante álgidos como la crisis migratoria a nivel mundial y la respuesta del G20 frente a las acciones llevadas a cabo por Corea del Norte, después de que esta nación hiciera pruebas con misiles intercontinentales.
 
Sí ha destacado en la declaración final de la Cumbre de Hamburgo, que los demás países y la Unión Europea apoyaron el acuerdo climático de París rechazado únicamente por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
 
En otro orden de cosas, las naciones emitieron una declaración tendente a controlar las fronteras frente a la migración informal: "Enfatizamos el derecho soberano de los Estados de gestionar y controlar sus fronteras y de adoptar en este sentido políticas en intereses propios y de seguridad nacional, así como la importancia de que sea segura y humana la repatriación y la reintegración de aquellos migrantes que no fueron aceptados", reza en el documento que también alerta que el mundo "está experimentando niveles históricos de migración y desplazamiento forzado".
 
Una Cumbre, esta del 2017 en Alemania, de los 20 protagonistas del diseño de nuestro futuro, que deja una nueva percepción desalentadora, más de inseguridad que de esperanza.
 

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Editado por
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO
Eduardo Martínez de la Fe
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO, es consultor internacional de seguridad, arquitecto técnico y periodista. Completa esta formación con diversos cursos de postgrado en las áreas de seguridad pública y privada, defensa comunicaciones.

Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.

Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.

Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.

Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)

Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad

Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.