Bitácora

15M, Crónica de lo que no ha sido escrito

Redactado por Alicia Montesdeoca el Jueves, 1 de Diciembre 2011 a las 19:05



| Jueves, 1 de Diciembre 2011

Un fenómeno “juvenil” se pone de manifiesto, de improviso, en las plazas de muchos pueblos y ciudades. El contagio corre como la pólvora. De todos los rincones surgen rostros nuevos que sonríen y se afirman como protagonistas de una corriente de renovación social. Parece que se ha engendrado, sin saber cómo, ni de qué manera, un movimiento social, con un nuevo espíritu, que tiene muchas expresiones, manifiesta una poderosísima voluntad de ser, se constituye como presencia arrolladora y contagia de entusiasmo y de esperanza a todo el que se aproxima a la orilla de su manantial. La magia que porta arrolla a causa de sus ideales renovadores.


Ríos de tinta, de mensajes electrónicos y de imágenes, en todo tipo de soportes tecnológicos, se producen tratando de contar, descifrar, interpretar y valorar lo que sucede, porque es imposible no sentirse sorprendido de una u otra forma por el “acontecimiento” del 2011. Como suele pasar en la historia de la sociedad humana, los grandes acontecimientos nos cogen por sorpresa, la reflexión siempre es posterior al fenómeno.

Y es que la realidad despliega su contenido cuando el medio está preparado para contemplarlo. O, no podemos ver lo que hay hasta que no hemos conseguido crear las condiciones para que aquello, lo oculto, lo que se gesta, lo que está por nacer, pueda tener el espacio necesario para ser acunado.

Cada quien contempla la criatura tratando de buscarle el parecido con lo conocido, con lo experimentado, con lo que espera que sea, con lo que corresponde a sus propios deseos e intereses. Lo cierto es que la criatura es un ser nuevo que se despereza, llenando de emociones nuevas a los que la sienten como propia, o actualizando los miedos de los que no soportan que los cambios se den, porque son sinónimos de vida y de más que vida. También de incertidumbre, ante las mutaciones que producen esos cambios y que acaban con el tan apreciado orden establecido, que parece dar seguridad a los que tanto lo buscan.

Pero ahí está el fenómeno, se le quiera reconocer o no. Como bebé recién nacido, se impone, se hace hueco, exige condiciones, lo ocupa todo de manera absoluta, hasta que consigue ser una referencia que transforma la manera de ver, de pensar, de actuar de cada uno de los que están preparados para ser influidos y transformados por lo que anuncia. El punto de inflexión se ha producido, después de esto nada será lo mismo.

De aquel suceso ha pasado tiempo (la verdad es que apenas 7 meses), a través de la emoción que genera la posibilidad de un nuevo renacer humano, llega la calma y con ella el enfrentar los problemas que siguen pendientes. Pero ya no será lo mismo, después de un 15M, o como se llame o se haya llamado el acontecimiento en este u otro momento histórico, se ha cambiado de perspectiva, se ha descubierto algo de ese poder oculto que nos hace protagonistas de nuestro destino y se han adquirido nuevas herramientas para los nuevos retos, que nos permiten abandonar las anteriores por obsoletas, para el nuevo mundo que hay que construir.

En este momento, y durante un tiempo, viviremos lo cotidiano aprendiendo a conducirnos de otra manera, teniendo como horizonte los ideales que nos motivan desde los principios de la historia humana, que requieren, ahora, ser vividos de manera distinta, de acuerdo a la madurez que como civilización hemos adquirido, renovados, tras las experiencias de años de ensayos y titubeos, en el crisol que se construyó al aire libre, en las Plazas planetarias. La alquimia se ha producido gracias a la participación de todos y cada uno de los habitantes de este hermoso planeta llamado Tierra. La evolución humana hacia la consciencia continúa, hoy con más ratios de riqueza, en ideales y proyectos.

Alicia Montesdeoca