Bitácora

El don y la riqueza está en la diversidad

Redactado por Alicia Montesdeoca el Jueves, 29 de Noviembre 2018 a las 10:00



| Jueves, 29 de Noviembre 2018

Fuente: pxhere.com

 
La diversidad es el don principal de La Tierra. Diversidad que caracteriza a todo su paisaje. A todas sus especies, a todos sus materiales, a todos sus orígenes.
 
Nada es por casualidad. Tantas manifestaciones de las riquezas del universo han de tener un sentido, un fin, un objetivo. El privilegio está en descubrir la naturaleza de lo que somos y contemplar cómo, a lo largo de miles de millones de años, todos los ingredientes de este tesoro se han ido confabulando para producir una intensa interacción y poner de manifiesto la complejidad que encierra el mundo que se ha concretado, el cual los humanos han de comprender para que siga su evolución en un contexto dimensional que se pierde a nuestra capacidad actual de comprensión.
 
El ser humano, pequeño y en proceso de crecimiento como todo lo que le rodea, se ha encontrado, sin saber por qué, con mayores capacidades de entender y de nombrar esta realidad, de la que él es un elemento más. Su “niñez” le ha hecho “jugar” con todo en la medida que ese todo era abarcable. En ese juego, no ha comprendido la importancia de la relación que cada elemento tenía con la vida en su conjunto y, constantemente, ha puesto en riesgo de destrucción lo que tocaba y también a su  existencia.
 
Cuando el objeto de su juego queda destruido entre sus “manos infantiles”, busca otros para seguir con la misma rutina, hasta que sufre en sus propias carnes los efectos de sus acciones. Entonces aprende a cuidar y a valorar su importancia y corrige aquellas conductas que le llevan hacia su propia desaparición.
 
La supervivencia es el instinto más poderoso con el que ha dotado la vida a todas las especies. Este instinto se manifiesta de dos formas: una adaptativa –todos los seres vivos la poseen- y otra transformadora, característica propia de la especie humana.
 
Para que la vida crezca, en toda su potencialidad, es preciso que el ser humano profundice y dimensione sus capacidades creadoras en paralelo con las leyes de la vida, colaborando así en la generación de más vida y más que vida, hasta comprender las grandes leyes que rigen el cosmos y que se manifiestan en lo pequeño y en lo inabarcable. Para ello ha de tomar consciencia de la responsabilidad que tiene y de la dignidad que ha de reconocerle a todo lo que es.
 
Alicia Montesdeoca