Feliz día de la mujer, sin adjetivos, porque ella no es una novedad, ni es nueva su presencia. Porque siempre ha estado aquí, porque es protagonista aunque su silencio sea impuesto. Porque sus creaciones la anuncian, aunque ella pase de una tarea a otra –entre sus muchos cometidos- sin poder tomar aliento para recrearse en sus proyecciones.
Celebremos el día de la mujer para reconocerle su autoridad y su participación, para destacar su capacidad de relación, para respetar su presencia como autora en la construcción y transformación de la sociedad.
Y no nos quedemos ahí, hagamos que ese reconocimiento sea la puerta que abra el reconocimiento a todos los invisibles, mujeres y hombres; a todos los marginados hombres y mujeres; a todos los abandonados, mujeres y hombres, niños, niñas y ancianos; a todos los maltratados y maltratadas. A todo lo que es imprescindible reconocer, aceptar y respetar para ser dignos de ser llamados humanidad.
Celebremos el día de la mujer para reconocerle su autoridad y su participación, para destacar su capacidad de relación, para respetar su presencia como autora en la construcción y transformación de la sociedad.
Y no nos quedemos ahí, hagamos que ese reconocimiento sea la puerta que abra el reconocimiento a todos los invisibles, mujeres y hombres; a todos los marginados hombres y mujeres; a todos los abandonados, mujeres y hombres, niños, niñas y ancianos; a todos los maltratados y maltratadas. A todo lo que es imprescindible reconocer, aceptar y respetar para ser dignos de ser llamados humanidad.