Los manantiales del conocimiento. Fuente: amorimagenes.com
¿Cómo conocerme si mis preguntas las contesto con teorías generales que pretenden ser las respuestas a cuestiones fundamentales? No hay prisa cuando se quiere llegar a lo más profundo de nosotros mismos, a la comprensión de nuestra complejidad.
Las respuestas al uso sólo han de servir de pistas para andar caminos que nunca sabrás a dónde te llevarán. Seguir buscando es avanzar por la oscuridad, tanteando confiada para encontrar, a través del tacto, las sutiles formas que tiene el espíritu que aguarda pacientemente a ser descubierto. Poco a poco, matiz tras matiz, podremos sentir cómo se dibuja en el espacio vacío aquello que da forma a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
La fuente de nuestras preguntas es también el manantial de nuestras respuestas. Si conectamos diariamente con el origen de ambas, encontraremos la inspiración que viene a explicar las pequeñas incógnitas de nuestro mundo físico y a nutrir nuestro mundo mental.
Andando ese camino que nos conduce hacia adentro, resolveremos los retos que el vivir nos crea en el afuera. Nada de lo que está por ser es independiente de cómo se madure en esa conexión con lo espiritual; tampoco la comprensión del por qué ese afuera adquiere las formas con las que lo percibimos y que tienden a confundirnos y a someternos.