Regresando. Fuente:cosasnuestras.blogspot.com
Esperamos tener y no valoramos el ser. El ser que se crea en cada instante, con nuestras acciones y con nuestros pensamientos; en nuestras circunstancias, con sus limitaciones y con sus posibilidades.
Sentimos, permanentemente, la escasez que nos oculta la abundancia. Ansiamos llegar a metas y la meta somos nosotros; estamos volcados hacia afuera y abandonamos el tesoro que se encuentra en nuestro interior.
Pero, el camino de regreso a casa lo recorremos a pesar de todo. Solo reconocemos ese destino cuando nos rendimos y nos abandonamos ante la evidencia que detras de cada ilusión o espejismo sigue estando presente la búsqueda.
La búsqueda de “algo” que nunca logramos definir suficientemente es lo que nos moviliza a pesar de nuestra ceguera: la añoranza que no cesa pese a los logros y las satisfacciones que las pequeñas metas alcanzadas nos propician. Inconscientemente sabemos que el camino es eterno y que la temporalidad de la vida terrenal nos confunde o nos engaña.
Sentimos, permanentemente, la escasez que nos oculta la abundancia. Ansiamos llegar a metas y la meta somos nosotros; estamos volcados hacia afuera y abandonamos el tesoro que se encuentra en nuestro interior.
Pero, el camino de regreso a casa lo recorremos a pesar de todo. Solo reconocemos ese destino cuando nos rendimos y nos abandonamos ante la evidencia que detras de cada ilusión o espejismo sigue estando presente la búsqueda.
La búsqueda de “algo” que nunca logramos definir suficientemente es lo que nos moviliza a pesar de nuestra ceguera: la añoranza que no cesa pese a los logros y las satisfacciones que las pequeñas metas alcanzadas nos propician. Inconscientemente sabemos que el camino es eterno y que la temporalidad de la vida terrenal nos confunde o nos engaña.