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EGIPTOLOGÍA: F. Martín y T. Bedman
Blog de Tendencias21 sobre el Antiguo Egipto

Bitácora

Sábado, 22 de Septiembre 2007 - 12:40

Me ha escrito una persona interesada en el tema de Egipto y la magia. Reproduzco la introducción de mi libro 'Los Magos del Antiguo Egipto' para proponer una óptica de este apasionante tema


Sobre 'Los magos del Antiguo Egipto'
Los Magos del antiguo Egipto es el título deliberadamente elegido para dar personalidad propia a esta obra que pretende exponer parte de lo que se puede conocer del mundo nebuloso que protagonizaron los sabios iniciados en el antiguo Egipto.
Puede que, el término ‘mago’, no sea el más idóneo para identificar a los conocedores de la antigua sabiduría que desempeñaron en Egipto un papel tan trascendente en el desarrollo de su proceso civilizador. En puridad deberíamos hablar de los ‘sacerdotes lectores’ del antiguo Egipto o de otras denominaciones técnicas más acordes con la lexicografía egiptológica.
Pero hemos de partir de la proximidad en el lenguaje, y el lenguaje, la palabra, son esenciales para dar vida a lo que se quiere exponer.
Entre nosotros, poca gente ha oído hablar de los segundos y, sin embargo, casi todos hemos quedado alguna vez atrapados en el misterio de los primeros.
Según los griegos la palabra ‘mago’ procedía de Persia, donde se utilizaba para referirse vagamente a los astrólogos, sabios e intérpretes de los sueños.
Pero a los griegos y a los romanos, el mundo egipcio con sus monumentales templos y sus escritos llenos de embrujo y misterio, siempre les pareció íntimamente vinculado con la magia y, por tanto, los magos egipcios fueron para ellos los más importantes y prestigiosos de todo el mundo.
Pero, en realidad, parece que el mundo grecorromano tampoco estuvo demasiado bien informado sobre la auténtica naturaleza de lo que simplemente definían como una casta sacerdotal integrada por la clase de personajes a los que nos hemos referido antes.
En consecuencia, la palabra ‘magia’ para el mundo ‘clásico’ venía a significar algo parecido a ‘la religión de los magos’.
La otra ‘fuente de información’ que ha llegado hasta nosotros (me refiero a nuestra cultura judeo-cristiana) son los escritos bíblicos veterotestamentarios.
En este caso, parece que el Antiguo Testamento transmitió la idea de que la magia era el arte de obrar cosas maravillosas, desproporcionadas por su grandeza a los medios empleados. Tales prácticas estaban absolutamente prohibidas a los israelitas, bajo pena de muerte.
Ellos conocieron de su existencia a través de sus contactos históricos con el pueblo egipcio y con otros de las regiones del Eúfrates y el Tigris, tales como los babilonios o los persas.
En los textos bíblicos la palabra ‘mago’ se utiliza vinculada habitualmente a los términos ‘encantador’, ‘adivinador’, ‘hechicero’, ‘sabio’.....en suma, a una serie de conceptos que, de algún modo, trataban de sintetizar las cualidades que configuraban, según la experiencia del pueblo hebreo, la personalidad del ‘mago egipcio’.
El mago egipcio....personaje de alto conocimiento; el sabio. El que conocía el arte de la interpretación de los sueños. Así se acreditó José, ante el faraón, quien, para desentrañar el significado de su sueño de las siete espigas y las siete vacas, ‘hizo llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto...’(Génesis 41, 8.).
El mago egipcio, que también obraba el poder de transmutar, de cambiar las cosas aparentemente inanimadas en seres vivos y terribles: ‘...hizo llamar también el faraón a sus sabios y encantadores. Y los magos de Egipto realizaron también por sus sortilegios el mismo prodigio. Y echaron cada uno su báculo, que se convirtieron en serpientes....’ (Éxodo 7, 11-12).
El mago egipcio, el iniciado en las fórmulas secretas utilizadas para combatir el daño producido contra alguien: ‘.....Yahvé dijo a Moisés: “Dí a Aarón: toma el cayado y tiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de aguas, todas se convertirán en sangre......pero los magos de Egipto hicieron otro tanto con sus encantamientos, y el corazón del faraón se endureció......’ (Éxodo, 7, 19-22).
Estas eran las nociones que el mundo bíblico transmitió respecto de este grupo de sacerdotes que hicieron del estudio del mundo creado y del conocimiento de las energías sutiles que lo rodean, el objeto de su investigación y práctica diarias.
En todo caso, la realidad del origen esencial de la magia como algo consustancial a la civilización del antiguo Egipto está confirmada también por la patrística, a través de uno de sus más importantes representantes, Clemente de Alejandría, quien afirmó con todo conocimiento que ‘Egipto había sido la madre de los magos’.
En resumen, el mago egipcio fue una figura que ha llegado hasta nosotros a través de las brumas de la historia bajo la forma del ‘alquimista’, el conocedor de la vieja ciencia de la tierra de Egipto; que, no otra cosa, quiere decir la palabra árabe ‘alquimia’.
Tras estos conceptos incompletos, ha vuelto a surgir en nuestro días el interés por ese mundo oculto y esotérico que hace del antiguo Egipto un foco de permanente misterio. Pues bien, más allá de los ecos borrosos, de las deformaciones y de las ocultaciones, siempre injustificadas, en verdad debemos plantearnos las siguientes preguntas : ¿quiénes fueron los magos del antiguo Egipto?. ¿Cuál fue su conocimiento?. ¿Cuáles sus fines y sus métodos?.
Hoy estamos en situación de abordar la investigación de todas estas cuestiones y de muchas otras, relacionadas con tan apasionante tema.
Egipto ha abierto sus propias fuentes de información para quien quiera beber en ellas. Ya no es necesario escuchar lo que otros dicen y manejan. Los textos nos hablan. ¡Acudamos a ellos!. ¡Leamos los papiros, las inscripciones de las estatuas, las de las estelas, las de los muros de los templos!.
¡Comprendamos que la magia en Egipto no fue la mera expresión de un estado de decadencia y degradación de las creencias religiosas!. Muy al contrario, sepamos que la magia en el país del Nilo fue la consecuencia natural de la concepción del mundo por los antiguos egipcios y de su modo integral de verlo, concebirlo y vivirlo.
Si después, alguien quisiera sumergirse en aguas más profundas, que prepare su espíritu y asuma su papel. La sabiduría de Egipto le espera.
El conocimiento es la salvación y la luz.

Introducción del libro de Martín Valentín, F. J. Los Magos del Antiguo Egipto. Madrid, 2002.

Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman


Editado por
Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman
Francisco  J. Martín Valentín y Teresa Bedman
Francisco J. Martín Valentín es egiptólogo. Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Director de la Misión Arqueológica Española en Asasif, (Luxor Occidental Egipto), desarrollando actualmente el “Proyecto Visir Amen-Hotep. TA 28". Director de la Cátedra de Egiptología ‘José Ramón Mélida’. Teresa Bedman es egiptóloga. Gerente del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Co-directora de la Misión Arqueológica Española en Asasif, (Luxor Occidental Egipto), desarrollando actualmente el “Proyecto Visir Amen-Hotep. TA 28”. Secretaria de la Cátedra de Egiptología ‘José Ramón Mélida’.





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