EMPRESA Y SOCIEDAD: Francisco Abad
Blog de T21 sobre Empresa&Sociedad

Aunque hay otros nichos atractivos, los “millennials” son el foco de atención exclusivo de las empresas


Yo quiero ser un "millennial"
Mi amigo Pako publicó recientemente un artículo sobre la gestión del talento en el mundo empresarial. Como es visionario, introdujo el punto de vista de la gestión generacional, ya que en el mundo laboral conviven los que ya están en la década de los cincuenta, conocidos como babyboomers, y los que aún no han llegado a los treinta, como millennials. Un buen caso de extremos que se tocan, ya que el éxito de muchos equipos pasa por combinar inteligente y emocionalmente la energía y la tecnología joven con la sabiduría y experiencia maduras.
 
Como también le apasiona la comunicación y es jugador y disruptivo, lo publicó en dos blogs similares con distinto título. Uno, más directo, era “Gestionar el talento según la edad”, y otro, más intencionado, “El talento de los millennials”. El objetivo era probar hasta qué punto el título influye el título en el número de lecturas y en la viralización de una idea, en este caso porque percibía una atracción desmesurada de la última palabra en cursiva. Se imaginarán el resultado, pero no sé si la dimensión de la diferencia. Pues sí, más de 15 veces entre apenas 500 en el primer caso y más de 7.000 en el segundo.
 
A mí me ocurrió algo diferente pero también ilustrativo, en este caso más vinculado al marketing empresarial. Estamos organizando unas jornadas divulgativas sobre “Hábitos saludables ¿Cómo vivir más y mejor?” por iniciativa de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (ceoma), que son a la vez presenciales, retransmitidas vía streaming y accesibles en su canal de You Tube. Incluyen contenidos sobre salud, actividad física, nutrición, economía cotidiana y habilidades personales y sociales que deberían ser de interés para empresas conocedoras del cambio demográfico como telonero de cualquier tendencia a medio plazo. Se imaginarán que entre los participantes como ponentes en los coloquios introductorios de cada tema el micrófono era para geriatras, laboratorios farmacéuticos y empresas de gran consumo, como ya ocurre en países donde el babyboom fue unas décadas antes que en España. Pues no. Dadas las dificultades que pusieron a participar, cubrimos sus huecos con jóvenes, muchos de ellos emprendedores, conocedores de lo rápido que está cambiando todo, de la creciente importancia de los mayores como consumidores y con una habilidad innata como comunicadores para el gran público.
 
Así que nada como aplicar lo aprendido para ponerle el título a este grupo de ideas. Dentro de unos años, serán otras. Y el título, también.

Las empresas no conjugan los verbos usar, comprar e invertir en innovación igual que los emprendedores ni que las personas


Innovar ahorrando
La inmensa mayoría de nosotros nos hemos acercado al mundo de la innovación, la tecnología y las tendencias sin darnos cuenta. Usamos internet, dispositivos digitales y formas de informarnos, comunicarnos y relacionarnos que apenas imaginábamos hace quince años, en plena vigencia de las máquinas de revelado instantáneo (en papel, que salía por abajo), el teléfono de ruedecita para marcar y o un sistema llamado fax, que creíamos que permitía enviar documentos por el cable de teléfono. La transformación es tan profunda que hoy es anacrónico ver una tienda de revelado de fotografías o ver impreso un número de fax en una tarjeta de visita. Y si damos con usuarios un poco más avanzados que el resto, como nuestros hijos, los consideramos frikis del futuro.
 
No es que hayamos inventado nada, sino que hemos incorporado a nuestro día a día nuevos productos y servicios que otros han imaginado y desarrollado, que usamos gratuitamente o compramos a un precio muy razonable para lo mucho que aportan a nuestra vida personal y profesional. Y lo hemos hecho tan deprisa que nadie se plantea que son consecuencia del avance y solidaridad de muchas generaciones que han querido lo mejor para las siguientes desde hace siglos. Pero más que la falta de agradecimiento con nuestros predecesores me gustaría subrayar que en ningún caso hemos invertido nada antes de usarlos ni asumido los riesgos que conlleva todo posible cambio. Es decir, compramos y usamos, pero no es necesario que invirtamos.
 
En los creadores de empresas, o emprendedores que es como se llaman ahora, ocurre algo un poco más evolucionado. Digamos que invierten mucho tiempo y dinero en facilitarnos productos de futuro, pero aprovechan al máximo la oportunidad que proporcionan las novedades relacionadas con los recursos de partida que necesitan para multiplicar exponencialmente el valor creado minimizando la inversión todo lo posible. Pura innovación abierta, trabajo colaborativo e intercambio inteligente. Invierten, compran y usan, pero a su manera
 
Las empresas tiene otra personalidad y otro patrón de comportamiento. Incluso las que cuentan con programas propios de emprendimiento se concentran casi exclusivamente en opciones de inversión, muchas veces para posicionarse en la empresa recién creada y ahorrarse el coste de comprarla cuando sea un éxito. Pero no es habitual que compren productos y servicios recién creados, como sí hacen masivamente sus admirados millenials, que es uno de los paradigmas del éxito en sus áreas de gestión del talento. Desde el otro ángulo, se puede decir que para un emprendedor es más fácil conseguir inversión inicial que acceder con sus productos a la mayor parte de empresas con la agilidad que sería necesaria, también las que tienen programas para ellos, porque dicen que "carecen de experiencia”. Así, las empresas pierden con esta excusa parte de su posible sistema de innovación y eficiencia porque suelen empezar por decir a cualquier emprendedor “no tenéis la experiencia que requieren nuestros procedimientos de compras". Es decir, las empresas invierten, pero apenas usan y difícilmente compran productos de emprendedores.
 
Para impulsar un cambio en este ecosistema surgieron los Premios Comprendedor , cuyo provocador objetivo es que sea más fácil que los emprendedores B2B consigan sus primeros clientes en el mundo empresarial. Un proyecto colaborativo promovido por la Fundación Empresa y Sociedad , que trabaja de la mano de entidades tan emblemáticas para el futuro como Tendencias21 .
 
La situación de partida queda reflejada en las candidaturas recibidas. Cuatro son de empresas, que optan a ser Empresa Comprendedora: la  “empresa  que mejor haya desarrollado la relación cliente-proveedor con uno o varios emprendedores durante los primeros años de o de los emprendedores”. Nada menos que sesenta y ocho son de creadores de empresas, que optan a ser los “emprendedores con mayores expectativas (Emprendedor Promesa) o experiencia (Emprendedor Comprendedor) de mejor crecimiento en clientes empresariales desde su inicio”.
 
Los números anteriores ya generan un mensaje. Las ideas relacionadas con las candidaturas se conocerán tras el fallo del jurado, que hará público en el último trimestre de este año cuáles son las que mejor permiten inspirar con su caso al sector empresarial sobre la importancia de contar con una nueva vía de innovación en colaboración con el mundo emprendedor y de ayudar a los emprendedores B2B a conseguir sus primeros clientes. 
 
Antes tendremos reuniones de conocimiento e intercambio de recursos entre los emprendedores candidatos, y entre los emprendedores y las empresas interesadas en innovar en colaboración con ellos, que se van integrando en el Club Comprendedor . Una carrera de fondo basada en ideas y trabajo colaborativo para inspirar un futuro mejor.
 

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Editado por
Francisco Abad
Eduardo Martínez de la Fe
Coautor del libro "Dentro de 15 años", impulsor de cambios considerando megatendencias sociales (envejecimiento, comunicación hipermedia, emprendedores) y consejero independiente de empresas (www.abest.es). Fundador de la Fundación Empresa y Sociedad. @FranciscoAbadJ


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