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document.write(' Hoy escribe Antonio Piñero
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document.write(' Seguimos con el pensamiento de Gonzalo Puente Ojea sobre Jesús de Nazaret, en concreto estamos dilucidando el carácter de su mesianismo.
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document.write(' Según GPO, muertos los dos dirigentes, Juan Bautista y Jesús, sus respectivos discípulos siguieron manteniendo cierta rivalidad, como se intuye por dos pasajes de los Hechos de los apóstoles:
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document.write(' 18,25:
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document.write(' “Apolo había sido instruido en el camino del Señor; y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.”
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document.write(' y 19,1-7:
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document.write(' “Y aconteció que mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, habiendo pasado por las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído que hay Espíritu Santo. 3 Entonces les dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4 Y Pablo les dijo: Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en Aquél que vendría después de él, esto es, en Cristo Jesús.
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document.write(' 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7 Y eran por todos unos doce hombres”.
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document.write(' Al encuadrar a Jesús en el discipulado de Juan, tan judío y tan escatológico-apocalíptico, la mesianidad posterior de Jesús se entiende perfectamente. Así si leemos Mc 11,27-33:
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document.write(' “Y vinieron de nuevo a Jerusalén; y andando Él por el templo, vienen a Él los príncipes de los sacerdotes y los escribas, y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio la autoridad para hacer estas cosas? 29 Y Jesús, respondiendo, les dijo: Yo también os haré una pregunta; y respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas: 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 31 Y ellos discutían entre sí, diciendo: Si dijéremos: Del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 Y si dijéremos: De los hombres, tememos al pueblo; porque todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 33 Y ellos, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.”
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document.write(' Este pasaje corrobora el aprecio de Jesús hacia Juan, la autoridad y legitimidad del mensaje de aquel y la coincidencia de vocación con la suya. El mesianismo de Juan Bautista apuntaba ya hacia la instauración del reino de Dios que ejercería la justicia a favor de los pobres y oprimidos, como exigía la gran tradición profética de Israel… y ¡el de Jesús igualmente!
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document.write(' La “mesianidad” de este último, Jesús, comienza a aparecer a medida que se va filtrando y analizando el texto marcano, si se aplican criterios objetivos de exégesis. Así, Mc 1,15:
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document.write(' “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado: Arrepentíos, y creed el evangelio”
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document.write(' Este pasaje señala que el punto de partida y el objetivo de Jesús es el mismo que el del Bautista.
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document.write(' El texto de Mt 11,8-11 no es un pasaje del todo fiable críticamente, pero contiene una autodeclaración de mesianidad de Jesús y una negación (cristiana) de la pretensión mesianista de Juan Bautista:
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document.write(' 8 ¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre cubierto de ropas delicadas? He aquí, los que visten ropas delicadas, en las casas de los reyes están. 9 Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 10 Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. 11 De cierto os digo: Entre los nacidos de mujer jamás se levantó otro mayor que Juan el Bautista; pero el que es menor en el reino de los cielos, mayor es que él”.
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document.write(' Lo mismo ocurre con el siguiente pasaje del Evangelio de Juan:
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document.write(' Jn 1,20: “Y el Bautista confesó, y no negó; sino confesó: Yo no soy el Cristo.”
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document.write(' y Jn 3,27-31;
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document.write(' “27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada si no le es dado del cielo. 28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de Él. 29 El que tiene la esposa, es el esposo, mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Así pues, este mi gozo es cumplido. 30 Es necesario que Él crezca, y que yo mengüe. 31 El que viene de arriba, sobre todos es; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, sobre todos es.”
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document.write(' El asesinato del Bautista decidió a Jesús a actuar más enérgicamente en su proclamación del Reino. GPO endosa es decir, acepta, la opinión de Hyam Maccoby (Revolution in Judaea, 115-116) de que la desaparición de Juan y el crecimiento explosivo del movimiento propio de Jesús hicieron que éste no pudiera contentarse sólo con esperar.
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document.write(' “Sus seguidores, convencidos de su grandeza, esperaban de él algunos audaces progresos. Lo presionaron para que él mismo se revelase y emprendiese abiertamente el camino a Jerusalén”.
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document.write(' Y allí tienen lugar acciones de Jesús –entrada en la ciudad y purificación del templo en Jerusalén-- que son ya abiertamente mesiánicas
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document.write(' (Ideología e historia, 179; Mito de Cristo, 26s; Vivir la realidad, 301ss; Existencia histórica de Jesús, 66).
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document.write(' Seguiremos.
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document.write(' Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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document.write(' Universidad Complutense de Madrid
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document.write(' www.antoniopinero.com
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