ECONOMÍA: Joaquín Guzmán

Bitácora


Que en España la tasa de inflación haya caído por debajo del 3%, y que se llegue a predecir una tasa de poco más del 2,5% para el año 2006 es bastante sorprendente si se recuerdan los efectos catastróficos sobre el nivel de precios que tuvieron en los años setenta las subidas del precio del petróleo.

Este cambio tan radical del comportamiento del sistema económico se verifica también en el resto del mundo. Durante los últimos veinte años las tasas de inflación has caído rápidamente en los países de la OCDE y también en los países emergentes. Algo ha cambiado en el mecanismo causal de la inflación.

La primera explicación posible se sitúa en el ámbito de las políticas monetarias y fiscales. Por un lado, los Gobiernos han intentado reducir sus deficits presupuestarios y, lo que es más importante para la estabilidad de los precios, han optado por financiar los deficits emitiendo deuda pública, descartando así la tentación histórica de fabricar moneda.

Con esta política, el efecto inflacionista es casi nulo si el déficit público sirve para financiar inversiones en infraestructuras en lugar de financiar consumos colectivos, lo que es ahora práctica habitual en todos los países. La segunda explicación tiene que ver con el abandono de las indicación automática de los sueldos sobre los precios, causa principal de la espiral inflacionista por la vía de los costes.

Salarios y precios

Durante las dos últimas décadas la caída de la inflación en los países industrializados avanzados se ha visto acompañada de una caída similar de las tasas de crecimiento de los salarios, pero la causalidad se ha invertido: ahora son los salarios los que mueven los precios, y lo hacen de manera cada vez más moderada.

Todo parece indicar que los trabajadores temen menos el proceso de erosión del poder de compra dirigido a la inflación, que la competencia de los trabajadores inmigrados o de los trabajadores con salarios de subsistencia de los países emergentes.

Con gobiernos y sindicatos sin duda más prudentes que en el pasado, el papel del Banco Central con su monolítica política del tipo de interés parece cada día menos trascendental para el control de la inflación.

En este contexto de los dos objetivos de la Reserva Federal, la estabilidad de precios y el crecimiento, es el segundo el que progresivamente adquiere más importancia, y por ello si la economía americana entrara durante los próximos meses en un proceso de ralentización, no sería imposible que Bernanke tomase la decisión de empezar a reducir los tipos; y en Europa, ahora que todo empieza a ir algo mejor, sería bueno moderar el entusiasmo antiinflacionista del BCE.

El horizonte alcista de los tipos de interés se está diluyendo, algo bastante lógico en un mundo en el que circula más oferta de ahorros que demanda de inversiones.

Sábado, 17 de Febrero 2007


Emilio Fontela | Comentarios

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Editado por
Ardiel Martinez
Catedrático de Economía Aplicada (Universidad de Sevilla), Joaquín Guzmán Cuevas es autor y/o coautor de 15 libros sobre Sistema Financiero, Pymes, Economía Andaluza, Economía Española, Economía Mundial y Economía-Etica, así como autor de más de 30 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales. Ha impartido docencia en las universidades de Sevilla, Huelva, Jaén, Nebrija (Madrid), Complutense (Madrid), Florencia (Italia), Nottingham (Reino Unido), Atenas (Grecia), Brno (Rep. Checa), Aquisgrán (Alemania), además de en otros foros académicos-empresarial y universidades de verano. Secretario General de la Sociedad de Economía Mundial (SEM), es Miembro del Comité Editor de la Revista de Economía Mundial, de la Revista de Estudios Andaluces y de la Internacional Entrepreneurship and Management Journal (Springer). Joaquin Guzmán murió debido a una cruel enfermedad el 25 de agosto de 2012. Con nuestra gratitud y respeto.


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