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“La realidad” es sólo la superficie de lo real
es el indicador de la profundidad de la perspectiva con la que se mira.
Es, también, el instrumento para mantener, en el sueño, al ser humano.

“La realidad” no es la verdad, aunque se tome por ella.
Es la frontera que se le fija al pensamiento creador
a la inspiración,
a la intuición,
al Amor,
al afán de trascendencia,
a la esperanza,
a la ilusión infantil, siempre creadora.

“La realidad” es el caldo de cultivo para la mediocridad,
para la tiranía
para la ignorancia.

“La realidad” es la base que sostiene la estructura,
una base que es tomada por el todo,
consecuencia de una unilateral concreción,
frágil ante el viento de la historia.

En su fragilidad está su densidad aparente
que precisa de la tragedia para quebrarse.

Querido Samuel, te voy a contar lo que hacemos las abuelas cuando sus nietos duermen


weheartit.com
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 Cuando todos los nietos de este Sistema Solar cierran sus ojitos, y sus cuerpos quedan quietecitos en sus camitas, las abuelas los visitan en sus cuartos para verlos dormir. Así, las abuelas descubren, que a pesar de que los niños están dormidos, sus espíritus revolotean, aún, por la habitación. Entonces ellas los sacan de paseo.
 
Todas las noches, la abuela Alicia se pone su traje azul, lleno de estrellas brillantes, y, también, entra en tu habitación para darte las buenas noches. Tú y Ada estáis dormidos, entonces, la abuela les toma de las manos y los lleva de paseo a visitar el cielo, a ver las estrellas de cerca.
 
Pasean entre todas ellas, y la abuela les enseña el nombre de algunas constelaciones, para que, cuando sean mayores y miren al cielo de noche, recuerden que por allí han paseado. Ellos, algún día, cuando también sean abuelo y abuela, llevarán de paseo a sus nietos.

Cada día, después de este paseo, van a visitar a una amiga que la abuela tiene en el planeta Venus, esa amiga se llama María. María tiene cuatro nietecitos, y también los lleva de paseo a contemplar las estrellas. Después, todos los niños y las dos abuelas, se dirigen a La Luna, donde se reúnen con todos los demás niñas y niños de la  Vía Láctea y con sus abuelas.
 
En La Luna, las abuelas tienen un jardín. En ese jardín hay una linda casita, con una gran chimenea en un gran salón. Mientras unas abuelas hacen una sopa muy rica, otras cantan canciones, y algunas cuentan hermosos cuentos que hacen que los niños se sientan muy felices. De esta manera consiguen que el sueño de los niños sea poco a poco más profundo, hasta que de nuevo salga el Sol.
 
Cuando al día siguiente se despiertan, unos niños piensan que han soñado, otros preguntan por la abuela, y algunos no recuerdan nada, pero en sus hermosos corazones crece, cada noche, una linda flor del jardín de las abuelas, se sentirán alegres como unas campanillas y pedirán, constantemente, que les cuenten un cuento y que les canten canciones.
 
Son las formas que los niños tienen de recordar los paseos, que con las abuelas hacen por el Cielo, mientras duermen.
 
FIN


Alicia Montesdeoca Rivero

Domingo, 11 de Febrero 2018

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Lo que es no tiene nombre
y lo que se nombra se parcela
al querer materializar su existencia

En la no-existencia está la fuente
que nutre la existencia.
De la no-existencia surge el humano
y ella inspira sus creaciones

La una y la otra son lo real



 


Alicia Montesdeoca Rivero

Domingo, 11 de Febrero 2018

pixabay.com
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Dedicatoria

Estos cuentos están dedicados a todos mis nietos y a todos los niños del mundo que como ellos, cada día, abren sus ojos esperanzados a la Vida.


Llamada desde el corazón de esta abuela
 
¡Pequeñitos todos del mundo, oíd la llamada que se hace desde el corazón del Universo!

Vosotros sois la esperanza, hoy más que nunca, en el nuevo paso que está dando el ser humano hacia el espíritu que contiene.

Vosotros sois los recolectores de lo logrado por todos los antecesores: patrimonio acumulado gracias a tantos esfuerzos, tanto dolor y tanta generosidad. Entregado por ellos  para la supervivencia de la vida en este planeta Tierra.
 
¡Gozad de ello, es vuestra herencia!

 

 

Protagonistas: las niñas y los niños


Alicia Montesdeoca Rivero

Domingo, 11 de Febrero 2018

 
No es tu edad lo que importa,
es la sombra que proyectas,
prometiendo a los caminantes
acogida y sosiego para sus almas.
 
No es tu antigüedad lo que se destaca,
es lo que representas
de la continuidad de la vida,
de la voluntad de resistir a los avatares.
 
No es tu fortaleza la que atrae,
es la impronta que tu presencia deja,
sugiriendo la temporalidad de la existencia,
manifestando la vejez de lo humano.
 
Encina, antigüedad, presencia, sombra,
símbolo, leyenda, modelo y espejo,
ilusión, realidad, materialización y cultura,
castillo leñoso, alma vegetal.
 
Encina, renovación silenciosa
fortaleza sin murallas
cultura sin discurso
paradigma atemporal.

 


Alicia Montesdeoca Rivero

Sábado, 10 de Febrero 2018

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Editado por
Alicia Montesdeoca Rivero
Eduardo Martínez de la Fe
Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Alicia Montesdeoca Rivero es consultora e investigadora, así como periodista científico. Coeditora de Tendencias21, es responsable asimismo de la sección "La Razón Sensible" de Tendencias21. Este blog está dedicado a sus creaciones literarias.



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