Se ha llevado al extremo el dilema y se le aplica la conocida como paradoja del asno de Buridán: el equino que no conseguía decidir si primero debía comerse la avena o beberse el agua y que al final acabó muriendo de inanición y de sed.
Si en lugar de un asno se hubiese tratado de un hombre, escribió Spinoza citando esa paradoja, “tampoco sería una cuestión de libertad y de su voluntad”. Si fuese un país, podríamo...
Fuente : http://www.presseurop.eu/es/content/editorial/1497...
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