Más de 60 expertos de diferentes países se reúnen este mes en la capital de España con la finalidad de reinventar el modelo de desarrollo de las ciudades ante el empuje de las nuevas economías. Madrid se posiciona así para liderar la transformación hacia una sociedad más inteligente, colaborativa y sostenible, después de que Málaga se consagrara en abril como la capital mundial de la innovación social.
El I Foro Global de Nueva Economía e Innovación Social (NESI Forum) concluyó en Málaga con 94 propuestas para fomentar la colaboración y el trabajo conjunto en los cuatro ámbitos que se trataron: banca ética, sostenibilidad, las organizaciones y el bien común, y educación. Más de 700 personas de 43 países debatieron sobre cómo poner a las personas en el centro del progreso y corregir los abusos del sistema económico actual.
Una Carta de la Nueva Economía y la Innovación Social, firmada por representantes de movimientos renovadores de todo el mundo, ha visto la luz en el NESI Forum que se desarrolla en Málaga. Los firmantes se comprometen a creación de una nueva economía que integre el propósito social, la sostenibilidad ecológica, la colaboración, la apertura y la justicia y la localización.
Málaga es desde ayer y hasta el día 22 la capital mundial de las nuevas economías, ya que acoge a más de 600 expertos de la empresa, la Administración y el Tercer Sector para diseñar un nuevo modelo económico en el marco del I Foro Global de Nueva Economía e Innovación Social. “Nuestra energía es la que cambiará al mundo”, dice el director del Foro, Diego Isabel La Moneda.
La Bolsa Social ya ha recaudado más de un millón de euros para financiar proyectos de coworking, biofertilizantes, cine para discapacitados, alimentación Km 0 y de agua mineral embotellada para países en desarrollo. Son empresas de impacto social que han movilizado 305 inversiones con una media de 3.391 euros.
La economía colaborativa se ha convertido en uno de los pilares de la economía canadiense, según las últimas estadísticas. Casi uno de cada diez canadienses usa alojamiento o transporte compartido, y se gasta más de mil millones de dólares canadienses en estos servicios. La mentalidad de la población ha evolucionado rápidamente hacia lo colaborativo, si bien la desconfianza social todavía es notable.
El crecimiento de la economía colaborativa en China se ha vuelto explosivo: 100 millones de personas se sumaron el año pasado a esta actividad, que creció un 103% y se extendió por diferentes sectores. En 2020 ya representará el 10% del PIB y en 2025 el 20%, según un informe oficial.
Necesitamos un cambio en el modelo educativo, ya que el actual no favorece que cada uno encuentre el camino para ser feliz y aportar lo mejor de sí mismo a la sociedad, se ha puesto de manifiesto en el foro “Los retos de la educación en el futuro”, celebrado esta semana en Madrid en el marco del Foro Global de Nueva Economía e Innovación Social (NESI Forum) que se celebra en Málaga el mes próximo.
El impacto medioambiental de la economía colaborativa puede ser positivo, pero depende de otros factores, según un estudio. Compartir coche es bueno para el medio ambiente, pero varía si el trayecto es largo o corto. Compartir bienes reduce también el impacto ambiental, siempre que se comparta entre vecinos. La segunda mano depende de la duración de los aparatos y las estancias compartidas pueden tener un efecto rebote.
Los valores femeninos caracterizan a la nueva economía, ha destacado Diego Isabel La Moneda, director del Foro Global de Nueva Economía e Innovación Social, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Movimientos como la moda sostenible, las Empresas por el Triple Balance, la banca ética o el ecofeminismo se darán cita en Málaga para proponer, por medio de un debate abierto, soluciones a los problemas actuales que la economía tradicional no está sabiendo resolver.