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¿Está Dios en nuestro cerebro?

El reciente descubrimiento de las facultades espirituales suscita un debate científico


Recientes investigaciones neurológicas han descubierto las zonas del cerebro implicadas en las experiencias místicas, suscitando un debate acerca de si este descubrimiento puede considerarse una demostración de la existencia de Dios, como dicen algunos, o más bien como una constatación de que la experiencia religiosa es sólo un producto más de la actividad cerebral. El error común a ambos puntos de vista consiste en plantear la cuestión de la existencia de Dios en términos de “objetivación”, pretendiendo que de la actividad del cerebro pueda derivarse la existencia o inexistencia de Dios como un objeto más entre los demás objetos, externos o internos, del mundo habitual. Por Mario Toboso.


Mario Toboso
29/07/2006

¿Está Dios en nuestro cerebro?
En un artículo anterior explicamos que en la transición de la conciencia cognitiva (característica de nuestro “conocimiento” en Occidente) a la conciencia pura (ligada a la “evidencia” de lo Real en Oriente) es abolida la naturaleza intencional propia de aquélla, que deja así de estar dirigida hacia los objetos, lo que se relaciona con la disolución de la dualidad sujeto-objetiva esencial a dicha naturaleza.

Desde un punto de vista neurológico, las áreas del cerebro relativas a esa naturaleza intencional se localizan en la corteza prefrontal.pdf. Ésta participa en una profusa y compleja comunicación con otras muchas partes del cerebro, lo que sugiere que la función global de la corteza prefrontal podría ser la de integrar sus funciones propias con las de otras áreas corticales y subcorticales de cara a la representación del “objeto” que interviene en la relación sujeto-objetiva.

Protagonismo de la corteza prefrontal

La corteza prefrontal se conecta mediante fibras proyectivas con estructuras subcorticales (giro cingulado, tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, etc.) implicadas en la orientación y las emociones.

También, por medio de fibras asociativas, se comunica con diferentes áreas corticales relacionadas con los sentidos, el movimiento, el lenguaje y otras funciones cognitivas; a este respecto, resulta particularmente significativo que sólo la corteza prefrontal recibe aferencias de todos los modos sensoriales (incluido el olfato), así como de las áreas de asociación multimodal.

Existe asimismo una interconexión abundante entre la corteza prefrontal y las áreas asociativas del lóbulo parietal inferior, implicadas en la formación de conceptos. Todo ello parece indicar que la corteza prefrontal es la región cerebral donde los aspectos abstractos de la percepción sensorial se enlazan en una vivencia unitaria.

Finalmente, a través de fibras del cuerpo calloso se comunican las áreas prefrontales de ambos hemisferios cerebrales.

La actividad prefrontal y el sentido del “yo”

Profundizando en el carácter intencional de la actividad prefrontal, se relacionan con el mismo estos tres aspectos: 1) La anticipación y la selección del objeto en general, la concentración y las operaciones cognitivas realizadas sobre el mismo, así como las acciones motoras que hacia él se dirigen. 2) La inhibición de los detalles irrelevantes (sensoriales, emocionales, etc.) relativos al objeto, y de aquellos que obstaculicen su representación. 3) El establecimiento del punto de vista cognitivo implícito en la dualidad sujeto-objetiva.

En lo tocante al punto 3), la dualidad básica entre sujeto y objeto puede llegar a anularse bajo dos condiciones. Por un lado, si la actividad prefrontal cae por debajo de un umbral mínimo, como sucede en el estado de dormir profundo, en el que el registro electroencefalográfico (EEG) dominante de ondas delta de baja frecuencia se asocia a una disminución global del flujo sanguíneo en el cerebro, y especialmente en la corteza prefrontal.

Esta disminución global caracteriza también el estado de dormir con sueños, si bien aquí hay una reactivación del área prefrontal ventromedial, ligada al sistema límbico y a las emociones, aunque como en el estado anterior persiste la desactivación del área prefrontal dorsolateral, responsable de la función ejecutiva, la memoria de trabajo, la planificación y el proceso de decisión.

La baja actividad del área prefrontal dorsolateral en estos dos estados de conciencia provoca una distorsión profunda del sentido del “yo”, que afecta al punto de vista cognitivo mencionado en el punto 3).

Meditando en el laboratorio

Por otro lado, también se llega a la anulación de la dualidad sujeto-objetiva si la actividad prefrontal se eleva por encima del umbral propio del estado de vigilia. Este caso se asocia a las experiencias de transición del ámbito de la conciencia cognitiva al de la conciencia pura.

Mediante modernos sistemas de análisis de imágenes se pueden identificar en el laboratorio las áreas cerebrales que incrementan o disminuyen su actividad en tales experiencias. En los casos estudiados, el proceso que conduce a las mismas implica el ejercicio de la meditación profunda, basada en el uso de imágenes mentales o de oraciones.

Neuroteología

A lo largo de los últimos años se vienen realizando numerosas investigaciones neurológicas, en voluntarios de diferentes confesiones religiosas durante sus momentos de meditación, que han revelado cambios en la actividad del cerebro relacionados con la manifestación de un estado de conciencia en el que se describe la extinción del sentido del “yo” individual. Tales estudios se enmarcan dentro de la disciplina neurocientífica denominada neuroteología.

La neuroteología se refiere al estudio de la neurología del sentimiento religioso y la espiritualidad, que implica el incremento y el descenso de la actividad en diversas regiones cerebrales, como ha explicado el neurólogo James Austin en sus libros Zen and the Brain y Zen-Brain Reflections, editados por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT). La neuroteología es una disciplina popularizada recientemente, en especial a partir de la publicación en 2001 del artículo God and the Brain en Newsweek.

Una realidad transcendente

Andrew Newberg y Eugene D’Aquili, de la Universidad de Pennsylvania, son dos investigadores mencionados también en ese artículo; han descubierto que en el estado de meditación profunda se desactivan regiones del cerebro reguladoras de la construcción de la propia identidad, lo que permite que el sujeto pierda durante su práctica el sentido del propio yo individual, que establece la frontera entre él mismo y todo lo demás, y se sienta así integrado en una totalidad única transcendente.

Las imágenes cerebrales obtenidas por medio de la tomografía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT), sobre voluntarios en meditación, revelan una actividad inusual de la región prefrontal dorsolateral y un decaimiento de la actividad del área de orientación del lóbulo parietal, que procesa la información sobre el espacio y la ubicación del cuerpo en el mismo: determina dónde termina el propio cuerpo y comienza el espacio exterior.

Concretamente, el área izquierda de orientación genera la sensación de un cuerpo físicamente delimitado, en tanto que la derecha crea la representación del espacio externo a dicho cuerpo. La actividad del área de orientación requiere el ingreso de datos sensoriales. Si (como ocurre en la meditación profunda) no se da la entrada de tales datos al área izquierda, se limita la capacidad del cerebro para establecer la distinción entre el cuerpo y el espacio exterior. En el caso del área derecha, la ausencia de datos sensoriales provoca una sensación de espacio “oceánico” infinito.

A partir de los resultados de estas y otras investigaciones, y de la consideración del relato general de experiencias místicas y trances extáticos, suele afirmarse que el cerebro alberga la capacidad de conectar con una realidad que transciende la de los objetos, tanto físicos como mentales, percibida habitualmente, lo que constituye un fenómeno común descrito en la base de las tradiciones religiosas.

Dios en el cerebro: a favor y en contra

De manera inevitable, todas las investigaciones que se llevan a cabo dentro del marco de la neuroteología suscitan una fuerte controversia.

Para unos, la existencia de una configuración cerebral específica asociada a la espiritualidad y al sentimiento religioso constituye un argumento a favor de la existencia de Dios; como si Dios perfilase en el cerebro la huella de su presencia para favorecer en el ser humano su conocimiento y el impulso de llegar hasta Él.

Para otros, dicha configuración confirma que la experiencia mística, reveladora de la existencia de Dios, es sólo un producto más de la actividad cerebral, un patrón neurológico carente de correlato real más allá de esa actividad.

Para los primeros, la posibilidad de que el cerebro esté biológicamente preparado para abrir la puerta a la realidad transcendente que conduce a Dios, respaldaría el surgimiento de las creencias religiosas en el desarrollo de la especie humana. Para los segundos, tales creencias habrían sido previstas por la evolución para ayudar a los seres humanos a superar las dificultades de la vida y contribuir así a la supervivencia de la especie.

Es interesante notar que donde unos esgrimen el argumento “Dios”, los otros hacen lo propio con la “evolución”, resultando términos casi intercambiables.

Un debate problemático

El error común a ambos puntos de vista consiste en plantear la cuestión de la existencia de Dios en términos de “objetivación”, pretendiendo que de la actividad del cerebro pueda derivarse la existencia o inexistencia de Dios como un objeto más entre los demás objetos, externos o internos, del mundo habitual.

Debatir sobre la existencia de Dios como una objetivación externa, no será más fructífero que hacerlo sobre la existencia “ahí afuera” del color que denominamos “rojo” o del sabor que llamamos “salado”, más allá de la actividad productora del sistema nervioso en general y del cerebro en particular.

Trasladar el debate al ámbito de la objetivación interna, considerando a Dios como mero objeto de una creencia, tampoco aportará nada substancial acerca de su inexistencia, pues simples creencias son asimismo lo que entendemos por “libertad” o “justicia”, sin que nadie pueda negar la evidencia de su inmenso poder inspirador y movilizador.

El planteamiento deficiente de la disputa entre los dos puntos de vista ya señalados se acrecienta si tenemos en cuenta la presencia de tradiciones religiosas carentes de Dios, como el budismo en sus diferentes variedades y escuelas. A este respecto, es relevante notar que entre los voluntarios participantes en los estudios de Newberg y D’Aquili figuraron monjes budistas tibetanos (además de religiosos franciscanos).

En todo caso, si la esencia del debate se limita a girar en torno a si debemos o no debemos “ver” a Dios en la imagen SPECT de la actividad cerebral propia de la meditación profunda, o en los efectos del campo magnético producido por el casco diseñado por el neurocientífico Michael Persinger, o incluso en los que produce la ingesta del hongo psilocybin, sin duda la discusión se enriquecería todavía más si tuviésemos en cuenta que la santa española Teresa de Jesús declaraba “ver” también a Dios “entre los pucheros de la cocina”.

La necesidad de un punto de vista amplio

Dirimir sobre un asunto de tanta envergadura reclama, sin duda, tomar en consideración todos los ámbitos y disciplinas relacionadas con el mismo. A este respecto, una perspectiva de análisis especialmente interesante, por su amplitud de miras, es la de la investigadora Anne Runehov, de la Universidad de Upsala (Suecia), cuya Tesis doctoral acerca de las explicaciones neurocientíficas de la experiencia mística, ha recibido recientemente el premio de investigación de la Sociedad Europea para el Estudio de la Ciencia y la Teología (ESSSAT).

La investigación de Runehov, basada en los estudios de los neuroteólogos Persinger, Newberg y D’Aquili, concluye que la neurociencia por sí sola únicamente puede explicar la experiencia mística hasta cierto punto, y dentro de una metodología restringida, que necesariamente debe estar abierta a estudios provenientes de otras disciplinas, como la sociología, la teología, la filosofía de la religión, la ética y la psicología.

En definitiva, se trata de abogar por una perspectiva de análisis coherente, amplia e informada, que por su propia riqueza se mantenga a salvo de caer en fáciles y empobrecedores reduccionismos. Cuando la naturaleza propia del debate anteriormente mencionado se contempla desde la óptica de esta perspectiva multidisciplinar, bien puede decirse que el reduccionismo de corte neurológico no se diferencia en esencia del reduccionismo de corte semántico, y en este sentido Dios estará en nuestro cerebro tanto como en nuestros diccionarios.



Mario Toboso es Doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Salamanca y miembro de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas. Editor del blog Tempus de Tendencias21 y miembro del Consejo Editorial de nuestra revista. Este artículo es la segunda entrega de una serie de dos sobre el tema de la conciencia. Ir al artículo anterior.



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1.Publicado por Nicelotus el 01/08/2006 10:15
Valga aquí una consideración epistemológica: Yo conozco esta silla en que estoy sentado = conocimiento concreto, individualizado. Luego generalizo y hablo de "las sillas" prescindiendo de las características individuales de mi silla, con lo cual establezco un primer grado de abstracción es decir abstraigo, elimino la individualidad, y experimentando y generalizando puedo hacer "sillología" o sea CIENCIA de las sillas, en que hablo de las propiedades de cualquier silla = conocimiento científico. Cuando dejo de lado las características de la silla y me refiero solamente a la cantidad de ellas o de cualquier otro objeto, hago un paso más o segundo grado de abstracción: me quedo con solo la cantidad, dejando de lado las cualidades o propiedades del objeto = conocimiento MATEMATICO. Cuando dejando también de lado la cantidad me quedo con la sola condición del ser de la silla, prescindiendo no solo ya de su individualidad y de su cantidad sino también de sus propiedades de silla he llegado al tercer grado de abstracción, el que estudia al ser en sus condiciones esenciales, ó como existente necesario y autosuficiente -es decir ilimitado incausado infinito- en su capacidad de ser, o contingente y dependiente -es decir limitado no autosuficiente causado y creado- y en este punto estoy haciendo FILOSOFÍA = conocimiento metafísico. El estudio del cerebro y sus representaciones y fenómenos sensoriales pertenece al primer grado de abstracción, y aunque se llame "Neuro-teología" no es filosofía de Dios mientras se dedique a describir la cosa neurológica. Ningún microscopio ni Spect ni TEC va a ir más alla de la materia observable. Ninguna psicología va a ir más alla de la conducta descripta por introspeccion o relato. En cuanto comenzamos a ir más alla de lo observable debemos entrar a filosofar, lo cual es el ámbito propio del estudio del ser finito o Infinito (Dios) y tiene sus propias reglas de investigación (epistemología) que por cierto tienen metodología de investigacion distinta al de las ciencias naturales. A Dios no lo encontramos en el cerebro, ni en la emoción, ni siquiera en el más sublime de los éxtasis, pues pertenece a un orden metafísico no material, aunque se lo puede "antropomorfizar" gracias a ciertas vivencias místicas inefables, y por analogía se lo puede caracterizar filosofando. Le atribuimos características positivas, bellas buenas, etc, pero en grado infinito, es decir, NEGANDO las limitaciones que observamos en todas nuestras vivencias humanas. La mentada neuroteología no pasa del primer grado de abstracción, y el conocimiento "nirvánico" no es conocimiento objetivo: por tanto ninguno de los dos alcanzan a ser CONOCIMIENTO del SER en sí.

2.Publicado por Joaquin el 01/08/2006 10:47
En esta pretendida "neuroteología" se produce un notorio abuso de lenguaje, ya que confunden las experiencias místicas (explicables a su nivel natural, neurológico) con Dios, así lisa y llanamente. Lo primero que dicen los teólogos es que cuando se inspecciona el Universo, Dios no aparece (p.ej. Newman en la "Gramática del Asenso"). Para un científico, como para cualquiera, Dios no puede ser evidente.

3.Publicado por luigi el 04/08/2006 04:38
Por más que nos propongamos explicar a Dios mediante razonamientos lógicos, creo que todo será en vano, pues si lo lograramos "ya entonces nosotros seríamos dioses" y creo también que nuestra" incipiente conciencia" evolutiva, tiende todavía más hacia el nivel animal, que hacia el transhumano.-
Estamos recién comenzando a despertar, aunque pareciere vislumbrarse una ínfima aceleración en tal sentido, en los últimos cientos de años, para nada nos acercamos a los grandes misterios del cosmos.-Menos podemos hablar de Dios.-Para ello existe la Fe que nos dice se cree o no se cree.-Allí no interviene el razonamiento.-Y les diría que: si de la nada llegamos y allí debemos volver, solo nos queda, investigar largamente el misterio.........................................................
pues "ALGUIEN" nos otorgó, el derecho de saber.-Saludos y gracias.-Ciencia cosmo global.-


4.Publicado por Julio Monsech el 06/08/2006 01:14
Accidentalmente, a los 24 años atravesè la experiencia de morir y regresar. Vi mas o menos lo mismo que relatan todos, solo que tal vez interpretè la informaciòn recibida de un modo diferente...
Hoy tengo 54, es decir, llevo 30 años investigando como autodidacta. Para ello, repito la experiencia de manera voluntaria y avanzo lentamente, porque carezco de conocimientos en materia de fìsica cuàntica y recursos financieros suficientes.
Ahora, dado que ciencia y religiòn no se ponen de acuerdo y por supuesto, nadie pierde el tiempo en escuchar a un loco; estoy escribiendo un libro en el cual relato mis experiencias y mi òptica al respecto: Explico como se ven las cosas desde el otro lado, lo que desde ya, no tiene absolutamente nada que ver con la confusiòn generada por el estudio del tema desde este, al que todos creen el lado real...
No quisiera atravesar definitivamente el velo sin antes tener la posibilidad de demostrar que se estàn haciendo esfuerzos desordenados, aislados y multiplicados por mil - con los no poco significativos recursos econòmicos que todo ello implica - por no ponerse de acuerdo en formar un equipo cientìfico interdisciplinario capaz de investigar el tema de manera ordenada, sin preconceptos y con una mentalidad lo suficientemente abierta como para no continuar buscando en el ùltimo sector del perifèrico màs tonto, la informaciòn que solo puede hallarse en le disco duro del sistema...

Muchas gracias por leerme.

Julio Monsech
DNI: 10.398.626
vector@axial.com.ar
Buenos Aires - Argentina


5.Publicado por nicelotus el 08/08/2006 05:10
Según el relato de los que han pasado las mentadas "experiencias de ultratumba" , se altera en ellos durante ese lapso el modo habitual de tener conciencia de su yo y su entorno.

Este tipo de experiencia inusual alguien podría explicarlo como resultado de haber pasado a otra etapa del existir, como sería el estar "muerto" biológicamente, pero vivo en "un más allá" (sea ello un "estado cuántico especial", propio de un "universo diferente" o un estado de "espíritu desencarnado celestial"), y luego haber regresado a la habitualidad de la conciencia en el cuerpo "reviviendo" biológicamente.

También se podría explicar más simplemente como un estado de conciencia alterado, sin que ello implique haber pasado a otro modo de existiencia.

Los estados de conciencia pueden ser "alterados", en el sentido de que por distintos factores que modifican el metabolismo cerebral - como enfermedades, sustancias o fenómenos físicos (frio, falta de oxígeno, falla de irrigación sanguínea por fuerzas de aceleración, etc.) - o mediante ejercicios de concentración mental que focalizan nuestra atención seleccionando determinadas zonas del cerebro, se obtiene como resultado la desagregación o desvinculación del conjunto de percepciones que constituyen el estado de conciencia en el cual me percibo como un yo en tal entorno (mi cuerpo, en un tiempo y espacio determinado) y con determinada resonancia afectiva.
Ello implica sensaciones, emociones y afectos no habituales, que me resultan extraños, pero que sin embargo siguen perteneciendo a mi EXISTENCIA NORMAL, pero con un ESTADO DE CONCIENCIA ALTERADO.
Nicelotus22@yahoo.com

6.Publicado por Gonzalez el 09/08/2006 19:54

Mucho es lo que ahora ligeramente se especula, escribe y habla, sobre todo en los ambientes donde se manejan ideas pseudocientíficas del tipo “New Age”, sobre temas que en verdad son trascendentales, tales como: holismo, holografía, sentimiento oceánico que te hace sentir uno con la Naturaleza, etc. El prefijo “holo” (del griego: ὁλο) significa TODO, de donde se deduce que el HOMBRE - así con mayúscula -, debe sinceramente buscar, encontrar y realizar de una vez por todas, lo que debe ser una genuina Ciencia-Matemática-Filosofia que ligada(s) en la UNIDAD que la(s) TOTALIZA nos brinde(n) por fin, la posibilidad de un verdadero y Universal Humano Conocer.

Newton y Leibniz, apoyándose en “los hombros de gigantes” anteriores a ellos, especialmente el físico, filósofo y matemático René Descartes, construyeron los fundamentos de los cálculos diferencial e integral, reunidos ambos en el mas genérico nombre de Cálculo Infinitesimal. Sin demeritar en absoluto los grandes beneficios que para la Humanidad ha representado la aplicación de este instrumento matemático en casi todas las actividades del acontecer humano, la verdad es que, tanto la Ciencia, la misma Matemática y la Filosofia, piden a gritos un nuevo instrumento matemático que pueda dar cabida e interpretación a una serie de nuevas nociones científicas que bordean las fronteras cognitivas del mismísimo Infinito y aún más, que exigen al hombre de ciencia penetrar su interioridad. Es el caso por ejemplo, de la renormalización de los infinitos que aparecen en las ecuaciones que tratan sobre ideales puntos matemáticos, cuando a estos se aplican condiciones extremas de espacio, tiempo y movimiento.

Quiero en este último sentido proponer ahora una solución a este candente problema con una interpretación rigurosamente científica pero por sobre todo HUMANA del Mundo, en virtud de la intrínseca infinitud de los números racionales cíclicos (los números racionales, que como su nombre lo indica, son el resultado de una “razón” o división aritmética entre dos números enteros) que se originan en y por la operación 1/x, siendo x un número primo diferente de 2, de 5 y diferente también de 0 y de 1. Es por ejemplo, el caso de la infinita ciclicicidad de 142857, ocasionada por el número primo 7: 1/7= 0.142857..142857..142857…(infinito). Esta propiedad fundamental de 1/x se puede sistematizar entre los límites 0 y/o 1, según la(s) general(izadas) secuencia(s):

Límite: la NADA = 0 = 0/x, 1/x, 2/x, 3/x,…. hasta x/x = 1 = la UNIDAD = la TOTALIDAD = Límite

generalizadas secuencias las cuales, cuando se desarrollan como infinitas fracciones decimales, producen en muchos casos, matrices numéricas que se auto-coordenan complejamente de muy sui generis modo *. La UNITARIA y TOTALIZANTE conducta de este número aplicada al caso específico del relativista incremento de la masa inicial del electrón con la aceleración de su velocidad (ver www.hombreycosmos.org , página 11 y siguientes), es ya una prueba tangible de cómo tales secuencias pueden fielmente interpretar a la infinitud del Mundo en que vivimos y ello sin necesidad de acudir al menos infinitesimal de los Cálculos: el Cálculo Infinitesimal.

Otro caso puntual de aplicación de estas secuencias a otro fenómeno natural universal es la denominada Microondulatoria Radiación de Fondo Cósmico de los 3º Kelvin, temperatura la cual podemos identificar como: 3×1/273= 3/273= 3º Kelvin= 3/(3×7×13)= 1/91= 0.010989..010989…(infinito), siendo 1/273= 0.003663..003663…(infinito) el mismo coeficiente de Gay-Lussac, que es igual a 1º Kelvin. Los 3˚ Kelvin son entonces fácilmente calculables según el siguiente desarrollo: 3˚ Kelvin= 3/273= 1/(7×13)= 1/91= 0.010989.010989...(infinito). Con esta última información decimal se puede desarrollar una matriz numérica de 90 estados cuánticos (ver página 30 en: www.hombreycosmos.org ), poseedora de una sui generis geometría cartesiana compleja, que opera mediante un mutuo juego de reflejos especulares que se sostienen y se contienen a si mismos, en lo que la mecánica cuántica denomina “radiación de cuerpo negro” y que se halla presente, tanto en dos como en tres dimensiones, en la TOTALIDAD del Universo, según lo confirmó la NASA con sus satélites COBE y WMAP. Tal radiación es del rango de las microondas y se encuentra limitada y comprendida entre los estadístico-probabilistas límites decimales de: la NADA 0 y/o la TOTALIDAD 1. Como trasfondo del fenómeno, se observa el accionar del algoritmo natural fundamental 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, y 9, que regula y cuantifica a la Naturaleza entendida como una TOTALIDAD UNIFICADA en 999999, siendo, en el caso que ahora nos ocupa, la dinámica propia (¿la “numeronalidad”?) de los factores primos 3, 7 y 13 de 999999= 1, lo que se realmente se percibe tras la enigmática geometría cuántica que despliega 1/91 pero entendido como:3˚ Kelvin= 3/273= 3/(3×7×13)= 1/(7×13) =1/91= 0.010989..010989...(infinito).

Debo resaltar aquí, que el UNITARIO Infinito así desvelado tiene, para cada caso específico, su propio e inviolable Código mediante el cual inter-relaciona a diferentes números primos entre si y como tal, una vez que el Código ha sido descifrado, ninguna de las informaciones que con dicho Código se obtengan, puede ser tildada de falsa o inoficiosa. Todo lo contrario, tal información tiene un cometido muy concreto pero igualmente condicionado por el carácter de TOTALIDAD bajo la cual una información definida está codificada, hecho que podemos comprobar mediante la manifiesta inter-relación ente dos tres, cuatro o si se quiere, un sinfín de números entendidos como los factores primos de un número definido de nueves, pertenecientes a la infinita UNIDAD 0.99999999....(infinito) que TOTALIZA al cosmos.

Cuando por fin se comprende que la UNIDAD que TOTALIZA al Mundo, incluido el HOMBRE, obedece a la igualdad: 1= 0.999999999999…(infinito), los factores primos que secuencialmente van constituyendo a 9, a 99, a 999, a 9999,…y así ad infinitum, nos van suministrando unos ultraprecisos datos sobre la trama vital y consciente del Universo que habitamos y por supuesto sobre nosotros mismos y quizás lo más importante: sobre nuestra ubicación y funciones a cumplir dentro del entramado cósmico, llegándonos a reconocer a nosotros mismos, como los únicos responsables y conocedores administradores del mejor domicilio al que podemos aspirar: la TOTALIDAD UNIFICADA del Cosmos. (Ver www.hombreycosmos.org , Apéndice 6, página 71 y siguientes).

Quiero terminar con estas citas bíblicas, que muy bien acercan al pensamiento cristiano con la UNIDAD de unas verdaderas Ciencia-Matemática-Filosofia:

“Oye Israel: Yahvé nuestro Dios UNO es”. Deuteronomio 6, 4.

“Y de una sangre ha hecho el linaje de los hombres para que habiten toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su vivienda, para que busquen a Dios, para que de alguna manera, palpando, puedan hallarle, AUNQUE CIERTAMENTE NO ESTA LEJOS DE NOSOTROS, PORQUE EN EL VIVIMOS, NOS MOVEMOS Y SOMOS, como algunos de vuestros poetas han dicho: porque linaje suyo somos”. Palabras pronunciadas a los atenienses por el apóstol Pablo, en el Areópago de Atenas. Hechos 17, 27-28.
…………………………………………………….
* Lamentablemente en este comentario, dadas sus condiciones de proceso Web, es imposible mostrar directamente dicha geometría, pero el lector puede por su cuenta realizarla, tomando la cifra 142857 como unidad inicial de cuantificación y realizar verticalmente la secuencia 1, 2, 3, 4, 5, 6, y 7, partiendo luego con dos líneas, una vertical y otra horizontal, a las dos mitades de matriz numérica obtenida.

7.Publicado por Gonzalez el 10/08/2006 16:24
Muy agradecido por la publicación del comentario, sin embargo parece que existe un problema técnico para obtener la conexión efectiva con la dirección www.hombreycosmos.org al final del comentario ya que aparece la leyenda: "servidor no encontrado" cuando se hace click sobre ella.

Cordial saludo,

CORNELIO GONZALEZ

8.Publicado por Núñez el 02/01/2007 18:38
Bienvenida la investigación científica. No obstante, entre los hallazgos obtenidos y las conclusiones expuestas hay un largo trecho. Aparte de los comentarios del autor, tras el intertítulo "Un debate problemático", me parece especialmente elocuente que no se haya planteado "la realidad o ilusión del yo" si, como se ha visto, la diferenciación del ego se puede relacionar con una actividad específica del cerebro, que puede ser también activada o desactivada.