Tendencias 21
   




Europa perderá un 5% de su superficie cultivable antes de 2020

Las áreas rurales se enfrentarán a una gran inestabilidad debido a la expansión urbanística


La superficie de cultivos en Europa se reducirá un 5% de aquí al año 2020, según un estudio realizado por la Comisión Europea sobre las tendencias de evolución del mundo rural en el viejo continente. La superficie forestal, sin embargo, aumentará un 1% y la de vegetación natural un 2%. La inestabilidad, debida a la expansión urbanística, condicionará el desarrollo del sector en los próximos veinte años, así como la reducción del territorio cultivable, la creciente migración de la población rural a zonas urbanas, el progresivo abandono de granjas y la escasez de agua. Pero el informe señala que, en gran medida, todo dependerá de las políticas que se apliquen para incentivar la agricultura y que, por otro lado, las novedosas iniciativas tecnológicas ayudarán a una evolución positiva del sector. Por Marta Morales.


Marta Morales
07/02/2007

Granja escocesa. Dalhousie University.
Granja escocesa. Dalhousie University.
La Comisión Europea acaba de hacer público un estudio sobre el escenario de la agricultura y el mundo rural en el año 2020 dentro de la UE, basado en las tendencias registradas entre 1990 y 2005, que han sido proyectadas hacia el futuro.

El estudio se titula "Scenar 2020 - Scenario study on agriculture and the rural world y ha sido realizado por el Centro Europeo para la Conservación Natural, el Landbouw- Economisch Institut, la Central European University y la European Landowners Organisation, entre otras instituciones.

El estudio identifica el impacto en la agricultura y el mundo rural de variables esenciales, como los cambios económicos, sociales y de población, o las condiciones medioambientales de aquí a 2020.

El estudio destaca la futura inestabilidad de las áreas rurales, actualmente dirigidas por las economías urbanas y afectadas por la expansión urbanística. Ambos factores, entre otros, provocarán que durante el periodo que va desde 2000 a 2020, los territorios cultivables se reduzcan un 5%, y aumenten en un 1% los bosques y en un 2% la vegetación natural.

En el mismo período, la población activa en el sector primario europeo continuará descendiendo a un ritmo del 2,5% en el seno de la Unión Europea de 15 países miembros, y en 4% en la Europa de los Doce. La importancia del sector primario en el conjunto de la economía europea será por tanto cada vez menor.

Problemas añadidos

Las regiones rurales se enfrentarán a otros problemas añadidos, como el de la marginación, el de las corrientes migratorias de las zonas rurales a las urbanas, el de la influencia de los acuerdos internacionales de mercado y el de los efectos de la liberalización.

Se vivirá por tanto un declive en la producción agrícola local bruta, en el número de personas dedicadas a esta labor, y en el número de granjas explotadoras activas (aunque las que queden serán más amplias y con una mayor productividad por hectárea como consecuencia de las exigencias de un mercado en evolución).

El crecimiento relativo del empleo en este campo en las regiones de la EU-25 entre 2004 y 2020 presenta diversas perspectivas, incluso dentro de un mismo país: comunidades autónomas del norte de España y del Cantábrico, áreas del centro y norte francés o del este de Italia y del centro de Inglaterra, vivirán una disminución de la actividad del sector; mientras que Andalucía, Murcia u oeste de Francia y de Italia, entre otras regiones, se mantendrán por delante. La inmensa mayoría de Europa mantendrá un incremento relativo del empleo medio.

Influencias políticas

El informe señala que estas tendencias vendrán en gran medida marcadas por los cambios en las políticas que se apliquen: la reducción de las tasas fronterizas (tarifas de importación y exportación) tienen un fuerte impacto en la producción agrícola, por ejemplo, al igual que la liberalización de los mercados, que aumenta la presión sobre las productoras europeas, favoreciendo la reducción del número de granjas y otros centros de producción.

Otro marcador de tendencias será la innovación tecnológica, que sin embargo no puede ser promocionada sin políticas. El caso de los biocombustibles y de las estrategias que apoyan la conversión de ciertos productos en bioetanol, ha permitido el desarrollo de la primera generación de biocombustibles, con un consecuente beneficio económico.

La segunda generación de biocombustibles se cree que será aún más beneficiosa porque permitirá la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y se espera que esté completamente operativa a escala industrial en 2015.

En lo que se refiere al medioambiente, la agricultura reduce su capacidad contaminante: las concentraciones de nitrato en los ríos se rebajarán, al igual que el uso de fertilizantes; y aumentará la expansión de materia prima para la producción de biocombustibles en muchas regiones, entre otros avances.

Impacto ambiental

Por último, el informe habla de los efectos del calentamiento global durante ese periodo en la agricultura, señalando que tendrá consecuencias directas en la gestión de los recursos naturales y en la producción agrícola.

La escasez de agua en el sur de Europa, por ejemplo, tendrá consecuencias a largo plazo para la agricultura, la mayor parte de ellas identificables más allá de 2020. Veremos múltiples ejemplos de ajustes en numerosas especies de flora y fauna, que evolucionarán para adaptarse.

El cambio climático afectará asimismo a los patrones de cultivo: las condiciones más calurosas y secas del norte de Europa contribuirán a la expansión del cultivo de maíz, mientras que las temperaturas anuales medias y la sequía reducirá los campos de trigo.

Por otro lado, la competitividad social creciente por los recursos de agua en los países mediterráneos, ocasionará una reducción de la irrigación en 2020.



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