La UE apoya más al sector ferroviario que al de la aviación

Un nuevo estudio publicado el pasado 29 de septiembre bajo el título “Air and Rail: Setting the Record Straight – environment, investment, mobility and political bias” (Aire y raíl: Determinando con precisión entorno, inversión, movilidad y parcialidad política) advierte de la tendencia política a apoyar más el desarrollo ferroviario que el desarrollo de la aviación.

Los resultados del estudio, elaborado por la Asociación Europea de Aerolíneas Regionales (ERA), revelan concretamente que en Europa existen subvenciones masivas para el ferrocarril, 125 veces superiores a las otorgadas al transporte aéreo.

Según se explica en el medio ABTN, los autores de la presente investigación advierten que, a pesar de este dato, hay dudas crecientes sobre si esta diferencia en el apoyo a ambos medios de transporte está justificada.

Dudas económicas y ecológicas

Según la investigación de la ERA no existen evidencias de que el ferrocarril sea el medio de locomoción más ecológico o económicamente más beneficioso para Europa.

De hecho, el estudio establece que la media de coste de inversión para la construcción de cada nueva pista de aterrizaje permite construir tan sólo 30 kilómetros de raíles de alta velocidad o HSR.

Por otro lado, la investigación señala que el volumen de facturación del sector del transporte aéreo en la Unión Europea es de casi el doble que el de los trenes, y que los aeropuertos de la UE ofrecen rutas entre 150.000 ciudades, mientras que los trenes de alta velocidad sólo ofrecen rutas entre 100 ciudades.

Asimismo, para vincular por HSR los principales centros urbanos de los 27 Estados de la UE, actualmente ya conectados por al menos 10 vuelos diarios, se necesitaría un incremento del 600% en las infraestructuras de las redes de alta velocidad, lo que daría como resultado una reducción de menos del 5% en la demanda de vuelos para 2030, tal y como demostró otro estudio realizado en 2010 por EUROCONTROL.

En cuanto al impacto ecológico, las comparaciones referentes a las emisiones de CO2 de trenes y aviones son imposibles debido a que ambos medios usan fuentes energéticas diferentes.

De cualquier forma, las emisiones de monóxido de carbono (CO), de óxido de nitrógeno (NOx), de compuestos orgánicos volátiles (COV) y de PM10 (pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen) derivadas del transporte ferroviario son consistentemente mayores que las generadas por la aviación.

Mejor el transporte intermodal

A partir de estos datos, el estudio señala que las inversiones en transporte estarían mucho mejor empleadas si estuvieran destinadas a promover la articulación entre diferentes modos de transporte o el transporte intermodal.

Mike Ambrose, director general de la ERA, ha señalado en un comunicado de la Asociación que: “Durante demasiado tiempo, los políticos han favorecido al ferrocarril frente a la aviación, como solución a muchos de los problemas a los que se enfrenta el transporte interior europeo, como la congestión, el impacto medioambiental o los programas de inversiones”.

Ambrose añade que, en este sentido, “los trenes de alta velocidad son vistos como un factor clave por las autoridades europeas, como la alternativa predilecta al transporte aéreo. Esta visión está producida más por doctrina que por análisis racionales y transparentes”.

Ambrose señala que ambos modos de transporte se ofertan para el transporte en el interior de Europa pero que el hecho de que “el ferrocarril sea un medio “preferido” por las autoridades” no está justificado.

“Espero que este estudio propicie un debate más constructivo y equilibrado sobre el futuro de la aviación y del sector ferroviario en Europa, y que proporcione a los dirigentes evidencias de la necesidad de promover el transporte aéreo de manera similar al del tren, para garantizar una futura movilidad mejorada a los ciudadanos europeos”, concluye el director de ERA.

Otras diferencias

La presente investigación proporciona una comparación y un examen objetivo de los méritos tanto del ferrocarril como de la aviación, en términos de impacto medioambiental, retorno de inversión, competencia y sustitución, así como de los diversos métodos de regulación empleados por las autoridades con ambos medios de transporte.

Según publica la revista Routes, para su elaboración se aplicó un análisis extensivo e independiente. Éste ha demostrado, además de lo ya dicho, que entre el transporte aéreo y el ferroviario existen diferencias injustificadas en áreas diversas, como la legislación de los derechos de los pasajeros, los estándares de seguridad y la financiación de gastos de seguridad.