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La ansiedad hace que camines hacia la izquierda

¿Andar en línea recta se complica si nos ponemos nerviosos?


Las personas que experimentan ansiedad o inhibición tienen mayor actividad en el lado derecho del cerebro, lo que a su vez provoca que su trayectoria al caminar tienda hacia la izquierda. Este extraño hallazgo podría tener implicaciones para el tratamiento de un trastorno aún más extraño: el llamado síndrome de negligencia unilateral.


Take Tan-Tan
03/02/2016

Si quieres caminar recto, mantente tranquilo. Fuente: Universidad de Kent.
Si quieres caminar recto, mantente tranquilo. Fuente: Universidad de Kent.
Las personas que experimentan ansiedad o inhibición tienen mayor actividad en el lado derecho del cerebro, lo que a su vez provoca que su trayectoria al caminar tienda hacia la izquierda.

Esto es lo que ha revelado una investigación de Mario Weick, psicólogo de la Escuela de Psicología de la Universidad de Kent (Reino Unido), que, al parecer, es la primera que vincula la activación de los dos hemisferios del cerebro con cambios en las trayectorias laterales del caminar humano.


Para el estudio, a un grupo de personas con los ojos vendados se les pidió que caminaran en línea recta a través de una habitación, hacia un objetivo previamente visto. Aquellos individuos sometidos a la prueba que padecían ansiedad  y/o inhibición fueron los más propensos a caminar hacia la izquierda.

Este extraño hallazgo podría tener implicaciones para el tratamiento de un trastorno aún más extraño: el llamado síndrome de negligencia unilateral.

Otros impactos insospechados

Las personas que padecen este trastorno ignoran el lado izquierdo o derecho de las cosas, incluso de su propio cuerpo.

En particular, aquellas que sufran de negligencia del lado derecho podrían beneficiarse de intervenciones para reducir la ansiedad, aseguran Weick y su equipo.

Sin duda, el impacto en la forma de caminar es uno de los efectos raros de la ansiedad sobre los humanos. Pero hay más. Por ejemplo, se sabe que la ansiedad puede reducir nuestro estatus social, aumentar la intensidad de algunos síntomas fisiológicos, e incluso reducir la empatía.

Así que merece mucho la pena relajarse: seremos más simpáticos, sufriremos menos y, además, podremos seguir nuestro camino en línea recta.

 



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