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Aprovechando la puesta en escena en las Naves del Español del Matadero (Madrid) de "Edipo, una trilogía" en coproducción con el GREC 09 Festival de Barcelona (y sin que se interprete esto como propaganda gratuita) voy a hablar del personaje EDIPO.

De esta representación me parecieron excelentes las interpretaciones de Eusebio Poncela (Edipo), Pedro Casablanc (Creonte) Miguel Palenzuela (en un tremendo Tiresias) y del jovencísimo Críspulo Cabezas en el doblete de Polinices y Hemón.

Excesiva la duración, 2 horas y media; pero bien. Quizá se podría haber recortado algo del texto de la obra Edipo en Colono (que ya sabemos que es una pieza que no aguanta comparación con las otras dos, Edipo Rey y Antígona).

Me vino a la memoria el año 1982 y la representación en el teatro de Mérida de El mito de Edipo Rey en una traducción brillantísima de Agustín García Calvo. También me acuerdo de que los FEstivales de Mérida tuvieron ese año que posponerse, debido a que ese verano la "joya de la corona" cultural fueron los Mundiales de Fútbol....

¿Quién fue EDIPO? Todo el mundo lo sabe. El niño que quedó expuesto recién nacido en el monte para hacerlo desaparecer, y que sin embargo -por los avatares del destino- es recogido por un pastor y salvado... Se ciernen sobre él dos maldiciones (convertirse en el asesino de su padre y tener hijos de su propia madre). El destino se cumplirá a su pesar. Edipo intenta evitarlo, pero todo es inútil.

Pero hay más: Edipo encarna el problema de la autoidentificación, El desea saber quién es, de quién es hijo, cuál es su patria... Edipo desea conocer la verdad, aunque resulte dolorosa (decían los griegos antiguos que el conocimiento es a veces fuente de sufrimiento, y que lo mejor es no saber demasiado) . Y en la obra subyace esa dicotomía tan teatral del SER vs PARECER.

Como personaje, Edipo es un ser doliente, que sufre en soledad; es ese dolor que no podemos compartir, ante el que nada vale ni el consuelo de un amigo ni la comprensión de la familia. Por eso es un dolor que ennoblece. Y sufre sin tener culpa de lo que le sucede. Sufre sólo sólo por el hecho de ser humano.

En un libro no muy antiguo, D. Wiles, Greek Theatre Performance, del año 2000, nos dice que los directores y adaptadores modernos se interesan por el teatro antiguo y por personajes como el de Edipo porque en ellos siguen vivos algunos valores humanos y algunas experiencias del sufrimiento como las que se encarnan en este personaje.

Yo sólo añadiría una cosa: que desde nuestra sensibilidad moderna esos textos antiguos resucitan en cierta manera porque somos los propios espectadores los que añadimos nuevos significados y nuevas vivencias a lo que el antiguo texto decía.

Hasta pronto...

Martes, 23 de Junio 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Martes, 23 de Junio 2009 a las 18:38