Mundo clásico
 

Heródoto, el famoso 'padre de la historia' se hace eco con gran frecuencia de relatos, leyendas y habladurías que ha tenido ocasión de oír, y que -aunque no siempre les dé crédito- incorpora a su relato, haciéndolo mucho más ameno.
Lo curioso es que algunos de estos relatos reaparecen muchos siglos después en literatos de otras épocas.
Hoy os traigo un caso bien conocido: la versión que de este cuento hacen los escritores renacentistas españoles LORENZO DE SEPULVEDA y JUAN DE TIMONEDA en su Patrañuelo.


LORENZO DE SEPULVEDA:

En su libro, Romances nuevamente sacados de historias antiguas… trata una gran diversidad de temas ( el Cid, la Conquista de España por los musulmanes, la REconquista) y de pronto encontramos un famoso Romance de Ciro, rey de los Persas

En la provincia de Media
Otro tiempo un rey avia
Valeroso y esforzado
Que Astiages se dezía…
Un sueño soñó este rey
En su lecho do dormía,
Que en la parte natural
De su hija nacer via
Una vid con un sarmiento
Que la Asia toda cubría…

y concluye así,

Hizo [Ciro] huir a los medos
Que en el alcance venían
Fue preso el rey Astiages
Y muerta su compañía,
Al cual Cyro vencedor
Otra cosa no le tira
Mas del reino ansi en los Medos
Fenecio la monarchia
Que otro tiempo en los Assirios
Con gran gloria florecia,
Passola Cyro a los Persas
Con esfuerzo y valentia.


Por su parte, JUAN DE TIMONEDA, en su Patrañuelo, (Valencia 1567) nos cuenta que el rey de Media, Astiages, tuvo un sueño, durante el cual su hija dio a luz una parra cuyos sarmientos se extendían por toda el Asia. Temiendo que su nieto le desalojara del poder, manda a su servidor Harpago que dé muerte al recién nacido, pero el destino había dispuesto que el pequeño, el futuro rey Ciro, no muriera, sino que le esperaban múltiples peripecias en su vida:

Quiso Astiages, por su suerte,
Del nieto ser homicida,
Y Harpago, por darle vida,
A su hijo dio la muerte. ...

Y quedando Ciro por rey y señor, no le quitó [a su abuelo] otra cosa que el reino, y lo depositó en un castillo muy bien guardado, y repartió grandes dones con todos sus vasallos, e hizo muchas mercedes a su tan buen amigo Harpago. Y desde entonces feneció la monarquía de los medos, y pasola Ciro a los persas.

El relato en Heródoto es mucho más extenso y detallista. Está en el libro I, capítulos 107-130 de sus Historias.

Os invito a que lo leáis.


Miércoles, 30 de Septiembre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Miércoles, 30 de Septiembre 2009 a las 19:51