CONO SUR: J. R. Elizondo

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Recién salimos en Chile de la demanda peruana y ya debemos ocuparnos de la demanda de Bolivia. Un caso notable en la historia de nuestras relaciones vecinales. Sobre esa base, el diario El Mercurio me hizo una entrevista bastante a fondo, que estimo conveniente poner a disposición de los lectores de este blog.




En semanas decisivas para la defensa chilena, académico llama a "tener menos pavor al riesgo" y expresar con claridad rechazo a competencia de La Haya para conocer la demanda boliviana.  
M. Soledad Vial 

José Rodríguez Elizondo está entre los académicos partidarios de que Chile no espere a la presentación de su Contramemoria para esgrimir excepciones a la competencia de la Corte Internacional de Justicia en la demanda que Bolivia interpuso en La Haya. El argumento de quienes creen que se debe actuar ahora es que de optarse por otro camino y aceptar Chile embarcarse en un juicio que se prolongaría por años, su actitud podría entenderse como una validación implícita de la competencia de la Corte para conocer un caso que pone en cuestión la soberanía nacional.
Autor de varios libros sobre la materia, Rodríguez Elizondo es crítico respecto de la estrategia, más bien la "no estrategia" -como la califica- seguida por Chile en los litigios internacionales. Discrepa de haber "sustituido la diplomacia propiamente tal por la iusdiplomacia ", dictada por los abogados externos contratados
.
-¿Por qué insiste en que nuestra defensa debe tener un "plan B"?
-Hace varios años dije que era riesgoso ensimismarnos en el escenario jurídico de un conflicto de poder. Ha significado renunciar a la imaginación prospectiva y a la iniciativa estratégica en lo político, lo diplomático, lo económico, lo disuasivo y lo comunicacional. Por lo mismo, ha impedido tener una estrategia integral, que sería el "plan A", y, por añadidura, contar con un "plan B". En la base del fenómeno está una Cancillería de profesionalidad deprimida desde su capitis diminutio de 1973, que indujo el reemplazo de la diplomacia de negociación por la iusdiplomacia .
"Lo bueno de lo malo es que tras el contencioso con Perú, hasta quienes creían en la santidad jurídico-formal de los jueces se han convertido en agnósticos".

-¿Qué estrategia seguiría usted?
-La que planteo en mi último libro: una "excepción de incompetencia definitiva", en la que se expongan nuestras razones políticas, diplomáticas, históricas y jurídicas, con primera copia al secretario general de la ONU y amplia información a la opinión pública mundial. Esa excepción formalizaría la decisión de no legitimar un proceso que puede inducir a la revisión de dos de nuestros tratados de límites, de los cuales depende, obviamente, nuestra seguridad como nación.

-¿Y en qué funda esa "excepción de incompetencia definitiva"?
-En que los tratados de límites y la voluntad soberana de un Estado miembro de la ONU debieran significar algo para los jueces de la ONU. Por lo demás, es una posibilidad legitimada por el artículo 53 del estatuto de la mismísima Corte. Esta norma contempla el caso de las partes que, por cualquier motivo, deciden no defenderse en instancia judicial. Lo notable es que, en tal caso, la Corte hace lo que debió hacerse desde el inicio: determinar si es o no competente y asegurarse de que "la demanda está bien fundada en cuanto a los hechos y al derecho".

-¿Qué señal entregaría Chile si esperara hasta la Contramemoria para objetar la competencia de la Corte?
-Básicamente, la señal de que seguimos siendo rehenes de esa "extrema cautela" que recomiendan los abogados extranjeros. Una cautela en cuya virtud cederíamos a Evo Morales un "punto de prensa" global y de larga duración, que potenciaría su estrategia comunicacional.

-Presentar las excepciones ahora, ¿no es arriesgarse a una derrota? Parece difícil que la Corte se reste anticipadamente de ver un caso.
-El riesgo existe. Ninguna burocracia compleja se rinde ante la evidencia. Pero no se ha inventado el conflicto sin riesgo, y en este caso es inescapable, pues también estará presente después de presentada la Contramemoria y a la hora del fallo. No tenemos ninguna garantía previa de que dada la "solidez de nuestra posición jurídica", los jueces digan a Evo Morales que nunca debió recurrir a ellos. Precisamente porque no podemos evadir el riesgo, he planteado que lo incorporemos a una estrategia de acción que comience con una "excepción definitiva" y no simplemente preliminar.
"Insisto: optar entre excepciones preliminares hoy o en un año, es un falso dilema. Una "excepción definitiva", al menos, privilegia la decisión soberana y la dignidad del Estado demandado".

-Pero, según ha publicado la prensa, los abogados habrían aconsejado de modo unánime no presentar antes de la Contramemoria...
-Nuestro gran problema es que los últimos conflictos internacionales los han manejado los técnicos y no los responsables políticos y diplomáticos del Estado. Lo que usted dice me parece lógico desde la perspectiva de los abogados extranjeros contratados. Para ellos, Chile es un cliente más, al cual aplican un aforismo inverso al que aprendimos en nuestras facultades de Derecho: más vale un mal juicio en La Haya que un excelente arreglo entre las partes. Debieran tener menos pavor al riesgo y mejor disposición para procesar los errores cometidos.

-¿Piensa que detrás de la reticencia de algunos pueda estar la intención de proteger al Gobierno o a la Presidenta de una posible derrota?
-No responderé esta pregunta, pues excede el marco que me he autoimpuesto mientras esté pendiente este pleito: desarrollar lo que he publicado con anterioridad, sin politizar el interés nacional.

-¿Cómo evalúa, hasta ahora, la estrategia de defensa y la forma en que Bolivia está llevando la suya?
-Creo haber dejado en claro mi crítica de principios a la "no estrategia" chilena. En cuanto a Bolivia, percibo muy divididas las opiniones internas; sus juristas saben que es una estrategia política. Evo Morales y sus segundos tratan de alinear al país tras una causa reivindicativa nacional, y los políticos de oposición esperan volver a negociar con Chile: creen que a lo más obtendrán de la Corte una solidaridad técnico-retórica similar a las que emite la OEA.
"Carlos Mesa ha tenido el coraje de reconocer que el verdadero objetivo boliviano es Arica y que, por tanto, Perú tiene un interés comprometido. La ecuación final me sugiere que la actual estrategia boliviana nació para potenciar el liderazgo de Evo Morales, pero que tras el fallo de la demanda peruana, surgió una expectativa mayor".

José Rodríguez Elizondo
Miércoles, 11 de Junio 2014



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Editado por
José Rodríguez Elizondo
Ardiel Martinez
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.





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