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EGIPTOLOGÍA: F. Martín y T. Bedman
Blog de Tendencias21 sobre el Antiguo Egipto

Artículos y comunicaciones

Miércoles, 13 de Junio 2007 - 13:39

Tradicionalmente se ha hablado de 'la ciudad del Horizonte del Disco' (Ajet Aton), para referirse de modo unívoco a la ciudad construida por el rey Aj-en-Aton (hacia 1352-1336 a. C.) en las planicies del lugar que hoy conocemos como Tell El Amarna. Los hallazgos que se continúan llevando a cabo en Egipto nos obligan a plantear si realmente hubo varias ciudades u 'Horizontes del Disco (Aton)' en diferentes partes de Egipto.


Estatua de Mery-Neith y su esposa. Museo Egipcio del Cairo.
Estatua de Mery-Neith y su esposa. Museo Egipcio del Cairo.
El reinado de Aj-en-Aton comenzó en el ejercicio de una probable corregencia con su padre, Amen-Hotep III. Los especialistas se dividen a propósito de si ésta fue larga o corta, o si, realmente, la misma nunca se produjo.

Se ha hablado de un ‘periodo tebano’ de Amen-Hotep IV, refiriéndose al lapso de los primeros cinco años de su reinado, por contraposición al periodo de tiempo del mismo que se desarrolló en la ciudad del Amarna, computable a partir del año sexto hasta el décimoséptimo, último del reinado respecto del que se han hallado datos del reinado de Aj-en-Aton.Hoy parece que sería más acertado empezar a hablar simplemente del periodo anterior a la fundación de la ciudad del Horizonte del Disco, Ajet-Aton, en Amarna.


Con independencia de la solución que se quiera dar a esta importante cuestión histórica es un hecho que, durante los cinco primeros años en el trono, Aj-en-Aton, entonces Amen-Hotep IV, estableció un programa de reinado que, pensando en la instauración de los cultos solares por encima de los demás existentes en Egipto, supuso el encumbramiento, sobre las demás divinidades, del dios Ra Hor-Ajty y, después, del dios Aton.



Las obras en Tebas

La primera gran obra ordenada en su reinado fue la construcción de un templo para el dios Ra Hor-Ajty en el mismo recinto del dios Amón en Karnak. El comienzo de las operaciones constructivas nos es conocido a partir de una inscripción existente en las canteras del Guebel El-Silsila, fechada en el año 1. Allí, Amen-Hotep IV, aunque aparece haciendo ofrendas al dios Amon, lleva ya el título de ‘Primer Profeta de Hor-Ajty que se alza en el cielo en su nombre de Shu (luz solar) que está en el Disco (Aton).’


Por otra parte, la primera representación conocida del disco solar con los brazos consta en un bloque existente en el Museo de Berlín, y probablemente procedente del templo que el rey comenzó a construir en Karnak a favor del dios Ra-Hor-Ajty, pero que no concluyó.


La otra representación, casi de la misma época, hacia el año 2 del reinado, se encuentra en la TT 55 de Ramose. Allí, en la mitad norte del muro oeste de la capilla están representados Amen-Hotep IV y Nefert-Ity en la Ventana de las Apariciones del Guemet-Pa-Iten de Karnak. Esta representación muestra parte del conjunto de templos que, a favor del nuevo dios solar, hizo construir el soberano en Tebas.


El ambiente religioso y político de las celebraciones del primer festival Sed de su padre, Amen-Hotep III, en su año 30 de reinado, facilitó el camino para los cambios religiosos previstos. La celebración del Jubileo de Aton del año dos supuso la puesta en marcha de un gran proceso constructivo en Tebas.


En efecto, poco después del inicio del reinado se ordenó construir al Este de Karnak un monumento decididamente diferente al templo de Ra Hor-Ajty: El Guemet-Pa-Iten.
En primer término se decidió la construcción del Guemet-pa-Iten, (‘El lugar donde se halla el Disco’) antecedente de la arquitectura religiosa de la futura ciudad de El Amarna.

En la zona de Luxor se han identificado, no menos de ocho templos dedicados o relacionados con el culto atoniano. Además del Guemet-Pa-Iten se conocen el Hut Ben-Ben, el Rudi Menu, el Teni Menu, el Hay-em-Ajet y el Maru Septentrional de Aton.


El periodo en el que la corte de Amen-Hotep IV residió en esta gran capital del Sur de Egipto, vio el desarrollo de un proyecto teológico que, finalmente no prosperó, lo cual conocemos por el texto de la estela de Fundación de la nueva ciudad del Disco en la zona del Amarna.

Los proyectos arquitectónicos religiosos de Aj-en-Aton

El planteamiento de la orientación política asumida por el nuevo soberano era sutil y, a la vez, muy efectiva.


Como consecuencia de las ceremonias jubilares celebradas para Amen-Hotep III en Menfis, Malkata, Soleb y otros lugares de Egipto, la naturaleza humana del viejo monarca se transformaría hipostáticamente. Convertido en el dios Aton viviente, su hijo, el Primer Profeta de Ra Hor-Ajty, celebraría un Jubileo en honor de la nueva deidad y lo haría en el recién construido Guemet-pa-Iten.


La documentación de que disponemos deja entrever que Amen-Hotep IV concibió durante estos primeros años de reinado una tesis teológica, todavía por desentrañar completamente, que parece mostrar la voluntad de extender el nuevo culto solar por todo Egipto. En realidad, todo parece indicar que el rey había pensado que, tanto Menfis, en el norte, como Tebas, en el sur, serían, dada su condición de magnas urbes con una muy antigua tradición, las capitales religiosas de su nuevo dios.


Hasta el presente, esta idea se veía con cierta precaución dado que solo se conocían los datos de varias inscripciones, documentadas en diversos objetos hallados en la zona tebana. Tal, una silla perteneciente al obrero de Deir El Medina, Najy, que perteneció a la antigua colección Mansur y cuyo paradero hoy es desconocido. En la misma el personaje utiliza el título de ‘el Servidor en el Lugar de la Verdad sobre el occidente de Ajet-Aton, Najy’. Resulta evidente que, el Ajet-Aton al que la inscripción se refiere es Tebas, puesto que la ciudad obrera de Deir El Medina se encuentra en la orilla occidental de dicha ciudad, hoy Luxor.


Otros datos referidos al Horizonte del Disco o Ajet-Aton en Tebas se han hallado en varios altares procedentes de Karnak, siendo documentados por el gran egiptólogo que fue Labib Habachi.


Sin embargo, en febrero del año 2001, la misión egipcio-holandesa patrocinada por el Departamento de Egiptología de la Universidad de Leyden y el Museo Nacional de Antigüedades de la misma capital holandesa, cuyos Directores de Campo eran el Profesor Maarten J. Raven y el Dr. René Van Walsem descubrieron, al explorar una pequeña zona situada justo al Sur de la tumba de Hor-em-Heb, en Sakara, un gran hallazgo que cambiaría las concepciones hasta el momento existentes en cuanto a la estructura político-religiosa de los primeros años del reinado de Amen-hotep IV.

La tumba de Mery Neith

Si nos aproximamos dejando a nuestras espaldas la cara Sur de la pirámide escalonada de Dyeser, cruzando la calzada del rey Unas, detrás de una pequeña colina, llegaremos al lugar donde Raven y Van Walsem encontraron la tumba de un personaje llamado Mery-Aten. La existencia de dicha tumba era ya conocida a través de los fragmentos de relieves existentes en distintos museos que provenían de ella, pero se había perdido su localización exacta en el desierto de Sakara.


En los alrededores del lugar donde se hizo el descubrimiento, sólo había galerías subterráneas excavadas durante la Dinastía II, (hacia el 2800 a.C.), es decir, mucho más antiguas que la tumba descubierta. De hecho, todos los indicios apuntaban, en opinión de los arqueólogos, a que la tumba en cuestión sería un antiguo pozo funerario de época del Imperio Antiguo, reutilizado por nuestro personaje.


Lo sorprendente del hallazgo, aparte del nombre del dueño, es que, tanto los muros que rodeaban la entrada a la tumba, (hechos con ladrillo crudo y cubiertos con planchas de piedra caliza que contenían escenas de Mery-Aten y su familia adorando al disco solar), como las paredes de la cámara funeraria, (excavada al final de un pozo de 6 metros de profundidad, recubierta de planchas de calcita egipcia, con imágenes funerarias de ofrendas a favor de Mery-Aten y otras escenas de la vida cotidiana), están decorados con la iconografía y estilo típicos de la época de El Amarna.


Todo indicaba que la tumba, podría datarse dentro de los cinco primeros años del reinado, antes de que Aj-en-Aton abandonase Tebas para fundar su nueva capital. Así parece deducirse del estilo típico de transición, desde el inicio del reinado hasta la época amárnica, que muestran los relieves de la tumba.


Investigaciones posteriores han permitido deducir que el propietario fue originalmente un sacerdote de la diosa Neith, por lo que su nombre original fue el de Mery-Neith. Cuando se produjeron los cambios religiosos a favor del nuevo culto de Atón, Mery-Neith cambió su nombre por el de Mery-Aten.


Sin embargo, los investigadores opinan que Mery-Aten, que llevó el título de Gran sacerdote de Atón, nunca concluyó su tumba ni fue enterrado en ella. De hecho, se esperaba haber encontrado otra tumba suya en la necrópolis de la ciudad de Amarna.


La circunstancia de no haberse encontrado ningún resto de la momia, ha inducido a los excavadores a pensar que, o bien el dueño debió marchar a la nueva ciudad de El Amarna con su señor Aj-en-Aton, dejando abandonada su tumba en Sakara o, al término de la herejía amarniense, fue obligado a renegar del culto a Atón, siendo perseguido por ello.
De hecho, en uno de los relieves, se ha encontrado la imagen del disco solar Atón destruida probablemente al término del periodo amarniense por los restauradores de los cultos tradicionales.

El grupo escultórico de Mery-Neith y su esposa.

Otro hallazgo interesantísimo encontrado en la tumba es un grupo escultórico que representa a Mery-Neith y su esposa Iuy. Esculpida en un magnífico estilo, datable en el período final de la dinastía XVIII, representa a nuestro personaje y a su esposa, conservando gran parte de su policromía original. Hoy resulta ser una pieza maestra entre las muchas que se exhiben en el Museo Egipcio de El Cairo.


Lo más notorio del monumento se desprende de la inscripción dorsal, en la parte que se refiere a Mery-Neith. Allí se puede leer uno de los títulos que llevó nuestro personaje: ‘Escriba del templo de Atón, en el Ajet-Aton en Menfis’.


Esta evidencia documental viene a confirmar la idea expuesta más arriba de que, durante los primeros años del reinado de Amen-Hotep IV, se establecieron, al menos, dos Horizontes del Disco (Ajet-Aten), en Egipto; uno, en la orilla Este de la ciudad de Tebas; otro, en algún punto no conocido hasta ahora de la ciudad de Menfis. En dichos Horizontes del Disco se construyeron templos solares al dios Atón.


Con el cambio de su nombre, por parte de Amen-Hotep IV, para adoptar el de Aj-en-Aton, lo que sucedió durante el año 5 de su reinado, y con la decisión de abandonar Tebas y fundar una nueva ciudad en el lugar hoy conocido como El Amarna, se produjo el establecimiento del Ajet-Aten, por excelencia, el 'Horizonte del Disco en Amarna'.

¿Ajet-Aten o ‘los Ajet-Aten’?

La cuestión pues, está abierta.

Consta que hubo más templos dedicados al culto del dios Aton en Heliópolis, Luxor, Ashmunein, Assuán y Nubia. ¿Pudiera haber existido un Ajet-Aten en cada una de esas localidades?. Parece lógico pensar que así fuera, puesto que tal nombre haría referencia a un punto cardinal, no importa de qué ciudad, el Este del Horizonte, elevado a categoría teológica, por ser el lugar por donde, todas las mañanas, salía el Disco solar.


Producida la ruptura, Aj-en-Aton fundaría 'la ciudad del Horizonte del Disco' (Ajet-Aten) en El Amarna. Mientras tanto, los templos de Atón en las demás localidades de Egipto, probablemente seguirían funcionando, incluso después de la restauración de los antiguos dioses por Tut-Anj-Amon y Hor-em-Heb.


El papel preponderante de Menfis durante el periodo de El Amarna va quedando, día a día, más claro gracias a los descubrimientos realizados en las diferentes necrópolis del Imperio Nuevo en Sakara, basta recordar el hallazgo de la tumba de Aper-El en la zona del Bubasteion.

Todo ello nos obliga a reconsiderar muchos de los términos generalmente aceptados a la hora de estudiar este apasionante periodo de la historia de Egipto.

Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman
del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto
(Artículo publicado en Revista de Arqueología, nº 253. Año 2002, nº 23, págs. 38-43.)

Bibliografía:
Aldred, C. Akhenaten King of Egypt. Londres, 1988.
Martín Valentín, F. J. Amen-Hotep III el esplendor de Egipto. Una tesis de reconstrucción histórica. Madrid, 1998.
Redford, D. B. Akhenaten. The Heretic King. Princeton. Nueva Jersey, 1984.
The Akhenaten Temple Project. Warminster y Toronto, 1976-1994.
Reeves, N. Akhenaton, el falso Profeta de Egipto. Madrid, 2002.

Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman


Editado por
Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman
Francisco  J. Martín Valentín y Teresa Bedman
Francisco J. Martín Valentín es egiptólogo. Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Director de la Misión Arqueológica Española en Asasif, (Luxor Occidental Egipto), desarrollando actualmente el “Proyecto Visir Amen-Hotep. TA 28". Director de la Cátedra de Egiptología ‘José Ramón Mélida’. Teresa Bedman es egiptóloga. Gerente del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Co-directora de la Misión Arqueológica Española en Asasif, (Luxor Occidental Egipto), desarrollando actualmente el “Proyecto Visir Amen-Hotep. TA 28”. Secretaria de la Cátedra de Egiptología ‘José Ramón Mélida’.





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