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23/05/2017




Victor Valencia

La seguridad se construye desde la estabilidad y se destruye desde el radicalismo, defendamos la “PAZ” innovando.


He de reconocer que tengo el blog al ralentí, pero prometo que a partir del 1 de junio, os sorprenderá un poco cada día… peor vamos a lo que vamos, ya que los acontecimientos de ayer lo justifican.

En cualquier ámbito, la seguridad (la PAZ) es la base de la estabilidad. La inseguridad produce inestabilidad y la inestabilidad desconfianza y la desconfianza pérdida de calidad de vida y de la vida misma, por eso como dice ADESyD “si vis pacem et securitatem, defendem” si quieres paz y seguridad hay que defenderla y sobre todo innovar en todos los ámbitos para llegar a ella.

En estos últimos días, los injustificables atentados a personas que solo desean vivir en paz y disfrutar de la música, las matanzas de inocentes en zonas bélicas, la violencia de género, el vandalismo por el vandalismo, la ciber-inseguridad que llega hasta el último rincón digital, la agresividad sociopolítica en la que parece que todo vale, la escalada bélica en el mar de Japón…  todo este coctel hace que la percepción del ciudadano de a pie que vive ajeno a los problemas geopolíticos, a la macro economía supranacional, a los equilibrios de poder en las altas esferas… sea de que el ser humano vive en un entorno lleno amenazas que atentan contra la paz y la estabilidad de las personas, de sus familias, de sus hogares y de su economía.

La sensación de vivir en un mundo hostil e inestable ataca directamente a la economía. Si no se tiene delante un futuro más o menos estable y seguro, la inversión a largo plazo se ralentiza e incluso se paraliza, se vive solo para el día a día, no se plantea nada pensando en el futuro y todo se centra en lo perentorio en lo efímero, por eso es tan importante, que cada uno de nosotros aportemos nuestro grano de arena para que la “PAZ” en su más amplio sentido de la palabra sea una realidad en nuestro entorno.

Las personas, las empresas, los gobiernos, deberían de hacer un esfuerzo por conservar todo lo bueno que ya tenemos e incorporar todo lo bueno que nos llegue.  La verdadera innovación no busca la revolución, sino la evolución. La revolución implica dejarse aspectos muy valiosos por el camino de la ruptura total y si algunos temas han perdurado a lo largo del tiempo, es porque han demostrado su validez, lo que no implica que dejemos de replanteárnoslos todos y cada uno de nuestros días para mejorarlos, adaptarlos e incluso complementarlos y si procede suplirlos sin situaciones traumáticas.

Sin duda alguna, defender la “paz” es una de las innovaciones en las que deberíamos de trabajar con más intensidad en todos los ámbitos ya sean profesionales, personales, políticos…

La paz laboral: si la temporalidad es la base del crecimiento empresarial porque aumenta la competitividad, su derivada es la caída del consumo por inseguridad laboral, salvo qué y al mismo tiempo, innovemos en empleabilidad y en ese camino deberíamos de innovar y centrar muchos esfuerzos legislativos, educativos y porfesionales.

La paz social también es una causa para ser defendida y en especial con los colectivos más sensibles; sin niños no hay futuro y sin apoyo a los mayores el futuro que no espera a todos seguro que no nos va a gustar… en esto también hay que innovar e investigar, hay margen de ahorro suficiente como para dedicar talento y esfuerzo innovador generando empleo sostenibles y patentes también en estos temas.

La paz inter-relacional es otra de las “paces” que hemos de potenciar para ganarle la partida al futuro, palabras como: tolerancia, respeto, empatía, resiliencia… deben de formar parte de nuestras costumbres y lo que es más importante de la educación de los más pequeños, eso también es innovar y no se trata de educación para la ciudadanía sino de establecer sistemas de compensación por ello. Los seguros de coche lo hacen, si conduces con precaución y no tienes accidentes, te premian... no es tan difícil igual hay que innovar en actitud en la vida diaria y en las empresas. Está claro que nos falta innovación con visión relacional (se es mucho más productivo).

La paz cultural es solo cuestión de planteamientos, si en vez de primar lo que nos separa primamos lo que nos une, la innovación está servida, las diferencias culturales son buenas, pero si se llevan al extremo se convierten en radicalismo. Villa Arriba y Villa Abajo simplemente son dos villas, a las que les une la denominación de Villa y tan  solo les separan unos metros de altitud (es decir aíre) y si se ponen de acuerdo la calidad de vida de los habitantes de ambas poblaciones mejora y  como el gasto no se duplica y se pueden hacer más cosas (se llaman sinergias).

Así podríamos seguir horas y horas…

Lo importante es que en todos los ámbitos y sobre todo si hay vidas de por medio (y al final de una forma o de otra siempre las hay), nuestra apuesta por la innovación sea para defender la “PAZ”, eso es innovar I+D+e (estabilidad) y ojo que todo el mundo la compraría es un bien muy preciado. Hay mucha rentabilidad en ello, darle una pensada, no es un valor comercial añadido que nos distingue, es la base de nuestro futuro.

Si nos ponemos a ello, seguro que se evitan muchas muertes inocentes y mucho sufrimiento innecesario. Innovemos para la “PAZ”, es la mejor forma de defenderla, nos va a todos mucho en ello.
 

La triste realidad del atentado de Estocolmo nos demuestra las bases de lo que hoy en día puede ser la innovación en su cara más dura y más cruel.

Ya lo he comentado en otros blogs y al igual que las empresas y las instituciones poseen activos dormidos sin aprovechar que pueden activarse y generar desarrollos de valor para las instituciones y para la sociedad en general, por desgracia el mundo del terror,utiliza la otra cara de la moneda y lo aplica como medio para atentar.

Un simple camión de reparto de cerveza, se ha convertido en un arma mortal en manos de una persona que busca hacer daño y conseguir la máxima notoriedad del hecho a nivel mundial (mínima inversión, máximo rendimiento).

Ya no es necesaria financiación para moverse en el mercado de las armas, ni tan siquiera alquilar un vehículo como en Niza y en Londres, basta con robarlo y cometer el atentado en el acto y de la difusión no hay ni que preocuparse, el mundo de los dispositivos móviles y la radiodifusión, aportan la imagen y el sonido...  todo lo que puede generar la máxima viralidad.

Bajo esta premisa, cualquier elemento puede ser potencialmente un medio para atentar, está claro que el concepto de “arma” ha evolucionado, se ha innovado, utiliza los medios más básicos que nos podamos imaginar (un inofensivo camión de reparto de cerveza) a sabiendas de que es imposible protegerlo todo, en todas partes y al mismo tiempo.

Los cambios al igual que los DAFO tienen su CAME que los contrarresta y por eso hemos de empezar a trabajar el CAME, porque el DAFO ya lo estamos viendo, por eso nos urge que se satisfagan nuevas necesidades a través de la innovación que nos devuelva cierta sensación de seguridad, a sabiendas de que la seguridad plena no existe.

Una parte de esta nueva seguridad igual pasa por introducir en los diseños de muchos elementos cotidianos lo que a nadie nos gusta,  pero que igual empezamos a  necesitar “del gran hermano”, sistemas que controlen todo; coches que arranquen con reconocimiento incluso facial del conductor o mejor que conduzcan por nosotros (así no nos pueden ni coaccionar), sistemas que imposibiliten el daño a las personas, medios de acceso a todo a través de sistemas de ciber-seguridad y por supuesto algo más, tan o más importante…

No es suficiente con hacer evolucionar la tecnología, ha de evolucionar el modelo social, es imprescindible que la forma de enfocar las situaciones también evolucionen, no sé si la solución es ganar en “amigos”, integrar rápidamente a terceros en la sociedad para que el “coste de salida” del entorno social sea muy elevado, crear un nuevo espacio de “conciencia moral” que agrupe con comodidad a todas las tendencias que buscan la estabilidad y la tranquilidad, intentar trasladar a otras zonas lo mejor de nuestro “modelo de bienestar”… de todo ello podríamos hablar largo y tendido… pero lo que está claro es que el modelo de “protección” tal y como lo conocemos no da los resultados esperados dejando claro que necesitamos innovar no solo en la tecnología.

El imperio romano no perduró y sin duda era una de las sociedades más evolucionadas, muy por delante de su tiempo (leyes que perduran hasta nuestros días, primera red de carreteras europea, sistemas de acceso al agua potable y corriente, primer banco central europeo, primer plan agrario europeo…) , pero sin duda una de sus grandes debilidades fue no anticiparse a un estallido social silencioso de conciencia, su error fue no ser capaz de crear unas bases que evitaran el descontento de unas poblaciones que tenían poco o nada que perder… de la historia siempre podemos aprender.

Y es que algunas veces para innovar es bueno aprender del pasado…

Víctor Valencia
 

Seguro que alguno relaciona la frase del título con otra muy famosa que se podría poner en boca de alguno de nuestros políticos de plena actualidad, pero no es de ese político ni de su partido del que quiero hablar, sino de lo que supone el “brexit es brexit” en cuanto a posibilidades de innovación.

Alguno seguro que ya está pensado (a Víctor le ha dado otro ataque de locura intelectual) pero nada más lejos de la realidad, es todo lo contrario, es un ataque de realismo empresarial, pues donde hay crisis, hay cambios (que por cierto etimológicamente “crisis" significa cambio) y por tanto hay innovación y eso quiere decir, que toca reinventarse porque aparecen nuevos huecos de mercado, pues de pronto las reglas del juego a 28 cambian y hay que rehacer todo el tablero de juego.

En lo que se refiere a nuestro país, el turista inglés será mucho más extranjero que antes, ahora es más vulnerable ante el instinto depredador de la caza del bolsillo del “guiri”; las empresas inglesas de productos de consumo habrán de reinventarse para no perder mercado en nuestro territorio, ahora son menos simpáticos, “son los malos de la UE”;  el inglés es un idioma menos admirable “que aprendan ellos castellano”;  ir a Inglaterra de viaje turístico es casi un acto de traición patria; y si hemos de aprender el idioma de Shakespeare, Irlanda nos parecerá “más maja” como destino idiomático; las camisetas de I LOVE LONDRES no se cotizarán ni se mostrarán en público en el resto de la UE, pero las de los equipos contrarios…  y así suma y sigue.

Si somos capaces de aprovechar el tirón, existe una posibilidad real para reposicionar productos y servicios que nos permitan ganar el beneplácito del mercado nacional e incluso de otros países de la UE y aprovechar las prisas por reorganizarse antes del portazo definitivo. Solo con invocar la palabra mágica “brexit” la campaña publicitaria ya estaría hecha.

Seguro que hay mucha gente que comprará su pedazo de patriotismo anti… y por supuesto una pequeña parcela de venganza moral, esto nunca falla, ante los desaires en las relaciones de pareja las pequeñas venganzas son lo cotidiano y lo del BREXIT no deja de ser un amor despechado y nada une más a la gente que un objetivo común y si es en contra de algo, todavía más, esa es una de las bases para ser y actuar como un equipo y de verdad que nunca falla.

Innovar es ver posibilidades donde otros ven problemas, o lo que es peor, verlas donde algunos no ven nada… y es que algunas veces la innovación comercial nos la ponen en bandeja, solo hemos de trabajar la otra parte de la moneda “27friends”.
Darle una vuelta… hay mucho dinero en juego, 450 millones de personas molestas y un poco cabreadas son mucho más que un nicho de mercado, constituyen un macromercado que como diría un famoso torero mediático, se define en dos palabras “im-presionante”.

Víctor Valencia.
 

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Editado por
Víctor Valencia
Eduardo Martínez de la Fe
Víctor Valencia, Licenciado en Dirección Comercial y Marketing (ESIC), Formación de Directivos (ICADE) y Master Executive Business Administration (INSTITUTO DE EMPRESA), es el CEO y socio fundador de la consultora Entorno & Estrategia (E&E), así como de la agrupación nacional de sinergias sectoriales GRUPO NEUTRAL y CEO de Gate To The Future. A través de E&E, Víctor Valencia a través del área de innovacion empresarial dirige y ejecuta proyectos de innovación de I+D+I+C para el reposicionamiento MECANO de empresas y grupos empresariales, reubicación disruptiva de productos y servicios, diseño de canales innovadores y alternativos de distribución en todos los formatos, relanzamiento y reposicionamiento de entornos y localidades rurales para revertir el despoblamiento y sus consecuencias, recuperación de entornos comerciales y mercados tradicionales, desarrollo del empleo productivo orientado a la fidelización plena de clientes. En lo tocante al área de inteligencia competitiva, colabora en desarrollos de estudios de prospectiva, análisis de información, seguridad y vigilancia digital, prevención y monitorización competitiva, planes de optimización y activación de uso de infraestructuras… Tiene escritos libros, tratados, manuales en diferentes ámbitos de la gestión empresarial sobre todo para ayudar a las pequeñas empresas por ser las más necesitadas de inspiración. Es conferenciante habitual en múltiples foros y publica regularmente artículos en varias revistas profesionales y grupos online. Participa activamente en programas master de escuelas de negocio de reconocido prestigio y dirige de forma puntual másteres, programas expertos, programas exprés, y outdoor business in Company.






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