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Historia



Gabriel Barceló

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica (IYPT 2019). De esta forma se desea reconocer la función de esta herramienta científica y recordar los elementos que constituyen la materia de nuestro universo.


En este año de 2019, tanto la ONU, como la UNESCO, desean conmemorar el 150º aniversario de la ordenación metódica, por primera vez, de los elementos químicos, conforme a su número atómico (número de protones), y a ciertas características y singularidades de sus átomos, realizada por el químico ruso Dimitri Mendeléjeff (Tobolsk, 1834 - San Petersburgo, 1907), en 1869.
Otras asociaciones que promueven el IYPT2019 son la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP), la Sociedad Europea de Química (EuChemS), el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), la Unión Astronómica Internacional (IAU) y la Unión Internacional de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología (IUHPS).
En la comunidad científica, hace muchos años que se ha llegado al convencimiento de que La Tabla Periódica de Elementos Químicos, es uno de los instrumentos más significativos de la ciencia, y que ha permitido a los científicos predecir la apariencia y las propiedades de la materia que compone el universo.
 
Tablas periódicas
Pero en la historia de la ciencia no encontramos únicamente esta tabla inicial concebida por Mendeléjeff, otros científicos, han ido haciendo posteriormente nuevas aportaciones.
Podemos recordar al científico español Miguel Catalán, que en 1949 publicó una nueva tabla, basada en sus estudios sobre la estructura del átomo de los distintos elementos.
En el libro Memoria Viva, redacté una biografía de Miguel Catalán, en la que, en el epígrafe 7.9, me refería ampliamente a sus estudios sobre esta tabla, y del que reproduciremos diferentes párrafos.
Su constante inquietud, le llevó a comparar los resultados espectrales obtenidos para cada átomo y, no satisfecho con la clasificación existente, llegó a proponer una nueva Tabla Periódica de los elementos, basada en sus estudios sobre la estructura atómica. En la Tabla de Catalán, las propiedades químicas de cada elemento quedan sistematizadas y directamente ligadas al número y ordenación de los electrones del átomo correspondiente.
Ya en su artículo: La órbita fundamental de los Átomos de 1923 (ASEFQ 21, 162-165), se advierte cómo utilizaba la clasificación de los elementos en sus estudios, y busca una correlación entre la posición relativa del elemento en las tablas existentes, el espectro de ese elemento, y los niveles energéticos de los electrones de ese átomo.
En la página 238 de su biografía: Memoria Viva, he representado la tabla de Miguel Catalán sobre el Sistema Periódico, basado en la configuración electrónica de los elementos químicos.
El profesor Velasco, en el artículo titulado: Los Multipletes y el sistema periódico de los elementos, publicado en la revista de Óptica Pura y Aplicada, editada en homenaje a Miguel Catalán en 1972, expresaba: En 1923 Catalán publicó un trabajo titulado “Los espectros y la clasificación periódica de los elementos”, y en 1925 escribía “... es interesante hacer notar que no solamente se encuentra periodicidad entre las dos mitades de los elementos de la fila del hierro por lo que se refiere al número azimutal de cuantos de sus términos fundamentales, sino también por el conjunto entero del espectro.”
Ese título y esa frase resumen el interés que desde el momento del descubrimiento de los multipletes, y quizá antes, Catalán tuvo por encontrar relaciones entre los espectros de los átomos neutros y su posición en el Sistema Periódico de los elementos. Así, en otro trabajo publica una tabla donde de nuevo resalta la estrecha relación entre las multiplicidades espectrales y la sucesión de elementos en el Sistema Periódico. (Velasco, Rafael: Los Multipletes y el sistema periódico de los elementos. Trabajos presentados a la III Reunión Nacional de Espectroscopia, Revista de Óptica Pura y Aplicada, 1972, editada en homenaje a Miguel Catalán).
 
Sistema Periódico de Catalán
Este interés de Catalán por relacionar la estructura de los espectros con el Sistema Periódico culminó en 1949 con la publicación simultánea, en Estados Unidos y en España de un Sistema Periódico basado en el análisis de los espectros atómicos. Y su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias, que no pudo llegar a pronunciar, tenía también como tema el Sistema Periódico, (Barceló, Gabriel, Memoria Viva. Editorial Arpegio. Barcelona 2012, página 198)
El profesor Rico reiteraba este interés: Los sistemas periódicos clásicos: Werner, Mendeléjeff, Hubbert y Meggers no le satisfacen. La tabla periódica retuvo su interés hasta el punto que pensaba que constituyera el tema de su discurso de Ingreso en la Real Academia de Ciencias.
Y añadía el profesor Rico: Esta periodicidad está relacionada con la espectroscopia, recordad los problemas que indicaba en su carta a Don Ángel sobre las distintas multiplicidades esperadas y encontradas en el Mn respecto a su posición en la Tabla Periódica. En 1949 publica su Tabla en “Atomic Energy Levels” de Ch. E. Moore del National Bureau of Standars, al mismo tiempo en el libro de física de Don Juan Cabrera. El Sistema Periódico de Catalán es sencillo, útil y congruente, (no expulsa del Sistema a las Tierras raras). Conocido el lugar que ocupa un elemento en este sistema periódico, se pueden deducir sus configuraciones electrónicas, (no sólo la fundamental), y por la tanto, pueden predecirse una buena parte de sus propiedades químicas. (Rico Rodríguez, Fernando R.: Miguel A. Catalán, Aula de Cultura Científica. Conferencia pronunciada el día 25 de noviembre de 1980, en la Fundación Marcelino Botín, dentro del ciclo “Física Española”. También en la Biblioteca Nacional. Publicado en 1983 por Amigos de la Cultura Científica, página 18).
En el artículo citado del profesor Velasco se hace un amplio análisis de esta aportación, terminando así: Es decir, que desde el punto de vistas de los MULTIPLETES sigue existiendo un verdadero SISTEMA PERIÓDICO, como Catalán había ya preconizado hace muchos años.
Diego Catalán nos describe la publicación de esta nueva aportación de su padre: Durante su estancia en Washington, vería, además, la luz, en la circular 497 del “National Bureau of Standards”, su propuesta de reordenación del Sistema Periódico de Elementos Químicos, basada en la adaptación de la famosa tabla de Mendeléjeff a los progresos en el conocimiento de los átomos que había proporcionado la espectrografía, (Catalán, Diego: El Archivo del Romancero. Fundación Ramón Menéndez-Pidal. 2001).
Fue también Rafael Velasco quien nos describió este hallazgo de nuestro profesor, en una clase de física, pues como ya hemos comentado en otras ocasiones, Catalán era renuente a hablar de sus propios descubrimientos. En el ejemplar de la revista Alción de 1972, dedicado a Miguel Catalán, los redactores escriben: Muchas veces en clase de química hemos oído hablar de la tabla de los elementos naturales agrupados según la teoría de Multipletes de Miguel. A Catalán…
Catalán indagó todos los rincones de la Ciencia. Y buscó siempre, y logró, la mayor claridad en la exposición y eficacia didáctica. Lo que le llevó entre otros muchísimos trabajos a postular una Tabla Periódica de los elementos químicos, diferente de las conocidas del tipo Werner, más lógica, más intuitiva. En ella caben todos los elementos conocidos y por conocer, no hay interrupciones ni espacios vacíos, ni salen de ella grupos de elementos por falta de acomodo como ocurre en las clásicas. (Bufala Balmaseda, Carlos y Oliart D. Torres, Antonio: Revista Alción. Número extraordinario dedicado a Miguel Catalán, 1972).
Era pues, una tabla realizada a partir de un profundo conocimiento de la estructura atómica de los distintos elementos que componen la materia, estableciendo sus atributos en función del número de protones del núcleo y del número de electrones orbitales, estableciendo una relación de continuidad entre estos y las propiedades químicas de cada elemento.
Así lo explicaba Rafael Velasco, máximo defensor de esta clasificación innovadora en aquel momento: Creemos que esta tabla por su sencillez y fácil manejo, puede ser útil para la enseñanza de la Química y también como tabla de referencia para los estudiantes, (Velasco, Rafael: Espectros, átomos y estrellas. Revista Luz. Nº 3. Año 1961).
Para el profesor Velasco la simplicidad era el carácter más destacable: La simplicidad se deduce de la sola observación del cuadro. Todos los elementos están situados en los sitios que “naturalmente” les corresponden, y además en la ordenación no se incluyen más datos que los imprescindibles para identificar a cada elemento. (Velasco, Rafael: Los Multipletes y el sistema periódico de los elementos. Revista de Óptica Pura y Aplicada, Pág. 90,1972).
El propio Catalán expresaba así su criterio sobre su propuesta de clasificación del Sistema Periódico: Ya hemos visto pues, como el análisis de los espectros ópticos, que nos proporciona cuatro números cuánticos y la explicación del Principio de Pauli, nos permite deducir los elementos químicos que deben existir y además su clasificación de un modo racional. Todos los elementos conocidos encuentran su lugar en la tabla presentada y no queda ninguno fuera de ella. Es poco científico el separar las tierras raras fuera de la clasificación, como si no fueran elementos como los demás.
         La tabla presentada no pretende ser un modo intuitivo de recordar las propiedades de los elementos, como en algunos libros se escribe, de la tabla periódica. La tabla periódica de Mendeléjeff, fue un paso decisivo en la ordenación científica de los elementos, y ahora con los arreglos nuevos, como el aquí presentado, no se pretende alterar la esencia de aquella genial concepción, sino sólo adaptarla a los progresos en el conocimiento de los átomos, (Velasco, Rafael: Los Multipletes y el sistema periódico de los elementos. Revista de Óptica Pura y Aplicada, Pág. 93,1972). Cuando el 30 de marzo de 1955 la Real Academia de Ciencias lo designó como académico de número, eligió como título de su discurso de ingreso: Los elementos Atómicos y la Clasificación Periódica de los Elementos. Para el profesor Velasco, este era un tema muy apropiado: Con él Catalán recordaba de nuevo sus orígenes químicos y trataba de hacer resaltar la repercusión de los trabajos espectroscópicos en una mejor ordenación del Sistema Periódico, y en la relación entre configuraciones electrónicas y posición de los elementos en el Sistema, (Velasco, Rafael: Los Multipletes y el sistema periódico de los elementos. Revista de Óptica Pura y Aplicada,1972, y también referido por González Bardavio, José Carlos: Vida y Obra de Miguel A. Catalán. Breve biografía inédita, página 44).
El texto que había iniciado describía los elementos químicos y la evolución histórica de sus descubrimientos, siendo lógico que terminase con su propuesta de clasificación basada en sus estudios espectroscópicos.
Esta nueva concepción de la Tabla Periódica de los Elementos ideada por Miguel Catalán fue olvidada, incluso en España. Cuando hoy día se hacen comentarios o reseñas históricas sobre esta clasificación científica de la materia, las revistas, incluso las españolas, o en los discursos y ponencias, no se acuerdan ya de la obra de Miguel Catalán, ni se vindica su labor científica en esta materia.
Un ejemplo de este olvido lo hemos podido comprobar en un reciente acto de la Residencia de Estudiantes, celebrado en conmemoración de este 150º aniversario, y del nombramiento de 2019, como Año Mundial de la Tabla Periódica, aunque Miguel Catalán fue residente, y activo miembro de la referida Residencia.

Gabriel Barceló
19/01/2019


Hemos comentado anteriormente los principales descubrimientos científicos de Cristóbal Colón, además de los geográficos ya conocidos. Es evidente que su personalidad era ilustrada y excepcional para aquella época. En este texto comentaremos alguno de sus errores científicos, fruto de una mala interpretación se sus observaciones náuticas.


Colón tenía profundos conocimientos científicos, en relación con otros navegantes de la época. Por ejemplo, en la Carta del Almirante a los Reyes Católicos correspondiente al cuarto viaje, expresa: Lo que yo sé es que el año de noventa y cuatro navegué en veinticuatro grados al Poniente en término de nueve horas, y no pudo haber yerro porque hubo eclipses: el Sol estaba en Libra y la Luna en Ariete. (Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes del almirante y su testamento, (Pág.192) Colección Austral. Edición digital basada en la 10ª ed. de Madrid, Espasa-Calpe, 1991. http://www.cervantesvirtual.com/obra/los-cuatro-viajes-del-almirante-y-su-testamento--0/ )
Conocía, pues, la periodicidad de los eclipses, y posiblemente también, su predicción. Julio Rey Pastor añade:
El improvisado almirante puede considerarse, en justicia, como hombre de ciencia, dentro del modesto alcance que entonces podía darse a ese término; pues era un curioso del saber, un observador atento, a veces agudo, que desde el primer día anotó cuanto hecho físico pudo observar y buscó su explicación, no siempre atinada, como aquella su curiosa teoría sobre la diversidad de color de los indios y los negros africanos, basada en la estructura del globo, que suponía piriforme; pero frecuentemente acertada y siempre de carácter científico, en el sentido moderno, es decir, físico y no metafísico.(Rey Pastor, Julio: La ciencia y la técnica en el descubrimiento de América. Editorial Espasa-Calpe 1942, pág. 15.)
Como navegante, conocía el gobierno de un buque con la brújula y el comportamiento de esta. Conocedor del Atlantico, también ya sabía que existía una diferencia entre lo que marcaba la brújula y la estrella Polar.
El máximo acontecimiento científico en el primer viaje fue el descubrimiento de la declinación magnética, hecho que en verdad era ya conocido por algunos europeos, y además la variación de esa declinación magnética con el lugar. Aunque sólo hubiera hecho el Almirante este hallazgo científico, tendría bien ganado el puesto que ocupa en la historia de la Física, a pesar de que su explicación nada nos satisface hoy; pero lo cierto es que después del gigantesco progreso de esta disciplina seguimos sin saber por qué la aguja se orienta y por qué se desvía de su orientación. «El misterio de la aguja magnética» llama recientemente Gamow a este problema, y tal calificativo constituye un timbre de gloria para el tránsfuga inmortal, cuya agudeza no fue igualada por los otros navegantes, que, a pesar de haber llegado a latitudes extremas, no observaron en la aguja el otro fenómeno de la declinación, que seguramente no habría escapado a la sagacidad del gran genovés. (Rey Pastor, Julio: La ciencia y la técnica en el descubrimiento de América. Editorial Espasa-Calpe 1942, pág. 40.)
 
Globo terráqueo en forma de pera
El historiador Muñoz reitera así lo referido por el propio Colón:
Yo siempre leí que el mundo, tierra e agua, era esférico, e las autoridades y experiencias que Tolomeo y todos los otros escribieron de este sitio daban e amostraban para ello, así por eclipses de la Luna y otras demostraciones que hacen de Oriente fasta Occidente, como de la elevación del polo de Septentrión en Austro. Agora vi tanta disconformidad, como ya dije, y por esto me puse a tener esto del mundo,  y fallé que no era redondo en la forma que escriben; salvo que es de la forma de una pera que sea toda muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón, que allí tiene más alto, o como quien tiene una pelota muy redonda y en un lugar de ella fuese como una teta de mujer allí puesta, y que esta parte de este pezón sea la más alta e más propinca al cielo y sea debajo la línea equinocial y en esta mar océana en fin del Oriente. (Muñoz, Historia del Nuevo Mundo. Pág. 343. Ed. viuda de Ibarra, 1793 - 364 páginas
https://books.google.es/books)
El historiador Perez de Tudela reitera lo referido por el propio Colón en su carta a los reyes: Llamo yo fin de Oriente adonde acaba toda la tierra e islas, e para esto allego todas las razones sobreescriptas de la raya que pasa al Occidente de las islas de los Azores cien leguas de Septentrión en Austro, que, en pasando de allí al Poniente, ya van los navíos alzándose hacia el cielo suavemente, y entonces se goza de más suave temperancia y se muda el aguja de marear por causa de la suavidad de esa cuarta de viento, y cuanto más va adelante e alzándose más noruestea, y esta altura causa el desvariar del círculo que escribe la estrella del Norte con las guardas, y cuanto más pasare junto con la línea equinocial, más se subirán en alto y más diferencia habrá en las dichas estrellas y en los círculos de ellas. Y Tolomeo y los otros sabios que escribieron de este mundo creyeron que era esférico, creyendo que este hemisferio que fuese redondo como aquel de allá donde ellos estaban, el cual tiene el centro en la isla de Arín, que es debajo la línea equinocial entre el sino Arábico y aquel de Persia, y el círculo pasa sobre el Cabo de San Vicente en Portugal por el Poniente y pasa en Oriente por Cangara y por las Seras, en el cual hemisferio no hago yo que hay ninguna dificultad, salvo que sea esférico redondo como ellos dicen. Mas este otro digo que es como sería la mitad de la pera bien redonda, la cual toviese el pezón alto como yo dije o como una teta de mujer en una pelota redonda; así que de esta media parte non hobo noticia Tolomeo ni los otros que escribieron del mundo, por ser muy ignoto; solamente hicieron raíz sobre el hemisferio adonde ellos estaban, que es redondo esférico, como arriba dije. Y agora que Vuestras Altezas lo han mandado navegar y buscar y descobrir, se muestra evidentísimo, porque, estando yo en este viaje al Septentrión veinte grados de la línea equinocial, allí era en derecho de Hargín e de aquellas tierras: e allí es la gente negra e la tierra muy quemada, y después que fui a las islas de Cabo Verde, allí en aquellas tierras es la gente mucho más negra, y cuanto más bajo se van al Austro tanto más llegan al extremo, en manera que allí en derecho donde yo estaba, que es la Sierra Leona, adonde se me alzaba la estrella del Norte en anocheciendo cinco grados, allí es la gente negra en extrema cantidad, y después que de allí navegué al Occidente tan extremos calores, y, pasada la raya de que yo dije, fallé multiplicar la temperancia, andando en tanta cantidad que cuando yo llegué a la isla de la Trinidad, adonde la estrella del Norte en anocheciendo también se me alzaba cinco grados, allí y en la tierra de Gracia hallé temperancia suavísima y las tierras y árboles muy verdes y tan hermosos como en abril en las huertas de Valencia; y la gente de allí de muy linda estatura y blancos más que otros que haya visto en las Indias, e los cabellos muy largos e llanos, e gente más estuta e de mayor ingenio e no cobardes.
Entonces era el sol en Virgen, encima de nuestras cabezas e suyas, ansí que todo esto procede por la suavísima temperancia que allí es, la cual procede por estar más alto en el mundo más cerca del aire que cuento; y así me afirmo que el mundo no es esférico, salvo que tiene esta diferencia que ya dije la cual es en este hemisferio adonde caen las Indias e la mar océana, y el extremo de ello es debajo la línea equinocial, y ayuda mucho a esto que sea ansí, porque el Sol, cuando Nuestro Señor lo hizo, fue en el primer punto de Oriente o la primera luz que fue aquí en Oriente, allí donde es el extremo de la altura de este mundo. Y bien que el parecer de Aristótel fuese que el polo Antártico o la tierra que debajo de él sea la más alta parte en el mundo y más propincua al cielo, otros sabios le impugnan diciendo que es esta que es debajo del Ártico, por las cuales razones parece que entendían que una parte de este mundo debía de ser más propincua y noble al cielo que otra, y no cayeron en esto que sea debajo del equinocial por la forma que yo dije, y no es maravilla, porque de este hemisferio non se hobiese noticia cierta, salvo muy liviana y por argumento, porque nadie nunca lo ha andado mi enviado a buscar hasta agora que Vuestras Altezas le mandaron explorar e descubrir la mar y la tierra.
Fallo que de allí de estas dos bocas, las cuales, como yo dije, están frontero por línea de Septentrión en Austro, que haya de la una a la otra veintiséis leguas, y no pudo haber en ello yerro, porque se midieron con cuadrante, y de estas dos bocas de Occidente fasta el golfo que yo dije, al cual llamé de las Perlas, que son sesenta e ocho leguas de cuatro millas cada una, como acostumbramos en el mar, y que de allá de este golfo corre de contino el agua muy fuerte hacia el Oriente, y que por esto tienen aquel combate estas dos bocas con la salada. En esta boca de Austro a que yo llamé de la Sierpe, fallé, en anocheciendo, que yo tenía la estrella del Norte alta cuasi cinco grados, y en aquella otra del Septentrión a que yo llamé del Drago, eran cuasi siete, y fallo que el dicho golfo de las Perlas está occidental al Occidente de el [...] de Tolomeo cuasi tres mil e novecientas millas, que son cuasi setenta grados equinociales, contando por cada uno cincuenta y seis millas e dos tercios. (Pérez de Tudela, J. Colección Documental del Descubrimiento, p. 1111. Real Academia de la Historia, CSIC y Fundación Mapfre América, 1994, y en Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes del almirante y su testamento. Carta  del Almirante a los Reyes Católicos. Textos originales trascritos a español moderno. Editor: Anzoátegui, Ignacio B.,  Pág.181. Colección Austral. Edición digital basada en la 10ª ed. de Madrid, Espasa-Calpe, 1991. http://www.cervantesvirtual.com/obra/los-cuatro-viajes-del-almirante-y-su-testamento--0/      )
Esas apreciaciones de Colón sobre las distinta configuración de cada hemisferio terrestre, supuestamente deducidas de sus observaciones y de su derrota, eran claramente equivocadas, pero en cualquier caso, destaca su análisis y su raciocinio ante posibles anomalías en su trayectoria.
 

Gabriel Barceló
06/08/2018


Múltiples y conocidos, son los descubrimientos que Colón realiza en sus distintos viajes. Pero, además de los geográficos, que describe con gran detalle, también realizó hallazgos científicos de importancia. Por ejemplo, su propio análisis de su derrota de navegación, le lleva al convencimiento de que la Tierra no era exactamente esférica.


En los años previos al descubrimiento de un Nuevo Mundo, ya destacaba en la defensa científica de su proyecto, pero tras su vuelta, Colón es un referente en todo lo que se refiere a la cosmología, geodesia y navegación de altura: Su opinión es reconocida por sus contemporáneos, los elogios que le tributan algunos historiadores por estas teorías, por sus cálculos de la relación entre la superficie de los mares y los continentes, por sus hipótesis sobre la formación de los archipiélagos y por su constante preocupación de estudiar en todos sus aspectos las tierras aportadas a la corona española. (Rey Pastor, Julio: La ciencia y la técnica en el descubrimiento de América. Editorial Espasa-Calpe 1942, pág. 84.
 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-ciencia-y-la-tecnica-en-el-descubrimiento-de-america--0 )
El militar, navegante y cosmógrafo portugués Duarte Pacheco Pereira, en su  obra Esmeraldo de situ orbis , escrita en lengua portuguesa, a pesar de su título en latín, recuerda hacia1506, que el famoso cosmógrafo catalán Jaime Ferrer, sometía sus decisiones al juicio de Cristóbal Colón, porque …en el tiempo actual en esta materia más que otro sabe, porque es gran teórico y mirablemente práctico como sus memorables obras manifiestan; y creo que la divina Providencia le tenía por electo, por su grande misterio y servicio en este negocio, el cual pienso es disposición y preparación del que para adelante la misma divina Providencia mostrará a su gran gloria, salud y bien del mundo. (Pacheco Pereira, Duarte: Esmeraldo de situ orbis. Ed. Azevedo. Referido por Rafael Eduardo de Basto. Lisboa: Imprensa Nacional. Cáp. 5, 1892.)
A lo que Fernández Navarrete añade de Colón: No fueron éstas las únicas ideas que con un tino superior a los conocimientos de su tiempo ocupaban su meditación y conservó en sus relaciones dirigidas a los Reyes. Además de las que pertenecen a la geografía física, a la historia natural, a las costumbres y usos de los habitantes del Nuevo Mundo, son muy dignas de nuestro aprecio las que prepararon sucesivos adelantamientos a la hidrografía y el arte de navegar; porque usando de su habilidad para dibujar y construir cartas, las formó de todos los mares y países que iba descubriendo y las ilustraba con las observaciones astronómicas e hidrográficas que le caracterizaron del marino más hábil y osado de aquellos tiempos. (Fernández de Navarrete, Martín. Disertación sobre la historia de la náutica. Madrid, 1846, pág. 119, Ed. Maxtor, Valladolid 2003).
No podemos tener dudas sobre su pericia marinera, que le permitió conseguir con éxito no solo el llegar a las Indias, sino también el tornaviaje, pues lo difícil era la vuelta de las naves desde América. Intentar regresar a Europa por la ruta de ida hubiera resultado imposible, ya que los barcos hubieran tenido los vientos alisios en contra, y él lo sabía. Posiblemente esta haya sido también una de mejores sus aportaciones a las técnicas de navegación.
Aunque la declinación magnética, esto es, la diferencia entre el norte magnético y el geográfico ya era conocida, la variación de la declinación magnética es una función de las coordenadas geográficas y del tiempo. Este fenómeno se manifestó claramente cuando se inicia la navegación de altura, ya que en el cabotaje o en los mares interiores, como el Mediterráneo, tenía un efecto muy limitado.
La variación de la declinación magnética con la longitud geográfica es advertida por Colón; que observa además, que en cierto lugar pasa esta declinación de uno a otro sentido, descubriendo así la existencia de líneas sin declinación, y constatando también la no coincidencia del polo magnético con el polo geográfico. Estos fenómenos, muy posiblemente ya habían sido observados por otros navegantes del Atlántico, pero Colón fue el primero en recogerlo por escrito en su diario de abordo, y en las cartas dirigidas a los Reyes.
El haber encontrado la línea de declinación cero, es su mérito y se justifica por su sagacidad, y porque posiblemente nadie antes de él, había realizado una travesía tan larga, con una brújula abordo. Las observaciones realizadas en las noches del 13 y del 17 de septiembre de 1492, en el primer viaje, quedan perfectamente determinadas en su diario, con la expresiva frase «la estrella hace movimiento y no las agujas» y nada hay en ella de «especioso».
Su hijo Don Hernando Colón recuerda el suceso y especifica que en las primeras horas de la noche las agujas noroesteaban …por mediacuarta, y al alba noresteaban poco más de otra media, de lo que conoció que la aguja no iba derecha a la estrella que llaman del Norte o Polar, sino a otro punto fijo e invisible. Cuya variación hasta entonces nadie había conocido. Don Hernando ya atribuye a su padre haber sido el descubridor de la variación de la declinación magnética. (Hernando Colón: Historia del Almirante, Venecia 1571, incorpora el texto original íntegro).
Y Humboldt (1769- 1859) en su Kosmos, escribe: Cristóbal Colón no tiene solamente el mérito incontestable de haber sido el primero en descubrir una línea magnética sin declinación, sino también el de haber propagado en Europa el estudio del magnetismo terrestre, por sus consideraciones sobre el crecimiento progresivo de la declinación hacia el Oeste, a medida que se separaba de aquella línea...
Lo que se debe a Colón no es solamente el haber observado el primero la existencia de esta declinación, que estaba ya indicada, por ejemplo, en el mapa de Andrés Bianco, levantado en 1436; es haber notado el 13 de septiembre de 1492 que a 2º ½ hacia el Este de la isla Corvo, la declinación magnética cambia y pasa de Nordeste a Noroeste.
Este descubrimiento de una línea magnética sin declinación señala un punto memorable en la historia de la Astronomía náutica, y ha sido justamente celebrada por Oviedo, Las Casas y Herrera… no ha descubierto sólo en el océano Atlántico una región en que el meridiano magnético coincide con el meridiano geográfico; ha hecho, además, la ingeniosa observación de que la declinación magnética puede servir para determinar el lugar en que un buque se halla con relación a la longitud. En el Diario de su segundo viaje (abril de 1496), vemos orientarse al Almirante realmente, según la declinación de la aguja imantada. (Humboldt, Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von: Cosmos. Ensayo de una descripción física del mundo, 1859. Editorial: Los Libros de la Catarata, 2011).
Colón había observado como la polar no coincidía con la aguja magnética, y que esta variación no era constante con la posición del navío en su derrota. Este descubrimiento le lleva al convencimiento de la existencia de una variación en la determinación del norte magnético, por parte de la aguja magnética. El fenómeno de la declinación magnética, como hemos dicho era ya conocido por algunos europeos, pero Colón añade además, con sus observaciones, la variación de esa declinación magnética con el lugar, y la no coincidencia del norte geográfico con la Polar, como ya hemos expresado.
El día 30 de septiembre hace Colón un sensacional descubrimiento, que le deja inicialmente perplejo. Tras un breve análisis, llega a la conclusión de que la Estrella Polar no está en el eje de la esfera terrestre, por lo que también se mueve como las restantes estrellas del firmamento.
Pero si el 13 de septiembre había descubierto la variación de la declinación magnética, el 16 encuentra el Mar de los Sargazos, esa región del océano Atlántico septentrional que se extiende entre los meridianos 70º y 40º O y los paralelos 25º a 35º N, en los que se mantiene grandes calmas atmosféricas, y donde crece un alga, que denominaron sargazo, por su similitud a la vid.
Había hecho sensacionales hallazgos en pocos días: la variación de la declinación magnética, ese nuevo Mar de los Sargazos y la estrella, aparentemente inmóvil, que se movía. (Arranz Márquez, Luis: Cristóbal Colón: misterio y grandeza. Marcial Pons Historia. Memorias y biografías, 2006, 404 páginas). Nos lo describe así en su diario:
Domingo 16 de septiembre.- …Aquí comenzaron a ver muchas manadas de hierba muy verde que poco había, según le parecía, que se había desapegado de tierra, por lo cual todos juzgaban que estaba cerca de alguna isla; pero no de tierra firme, según el Almirante, que dice: «porque la tierra firme hago más adelante» (Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes del almirante y su testamento. Primer capítulo: El primer viaje a las Indias. Editor: Anzoátegui, Ignacio B.,  Pág.21. Colección Austral. Edición digital basada en la 10ª ed. de Madrid, Espasa-Calpe, 1991.
http://www.cervantesvirtual.com/obra/los-cuatro-viajes-del-almirante-y-su-testamento--0/ )
Al día siguiente siguen esas mismas observaciones. Años después recuerda de nuevo su descubrimiento de este extraño mar: …y así mesmo fallo la mar toda llena de hierba de una calidad que parece ramitos de pino y muy cargada de fruta como de lantisco, y es tan espesa que al primer viaje pensé que era bajo y que daría en seco con los navíos, y hasta llegar con esta raya no se falla un solo ramito. Fallo también, en llegando allí, la mar muy suave y llana, y bien que vente recio nunca se levanta. Asimismo hallo dentro de la dicha raya, hacia Poniente, la temperancia del cielo muy suave, y no discrepa de la cantidad quier sea invierno, quier sea en verano (Colón, Cristóbal: Los cuatro viajes del almirante y su testamento. Carta  del Almirante a los Reyes Católicos. Editor: Anzoátegui, Ignacio B., Pág.180. Colección Austral. Edición digital basada en la 10ª ed. de Madrid, Espasa-Calpe, 1991. http://www.cervantesvirtual.com/obra/los-cuatro-viajes-del-almirante-y-su-testamento--0/ )
Este descubrimiento le induce a pensar sobre las variaciones de las corrientes marinas y la meteorología, en función de la posición del buque, siendo precursor en los estudios de la física de la Tierra.
Colón tenía también la habilidad de utilizar la información científica en su provecho, demostrando que el estar debidamente informado era una ventaja en cualquier negociación. Llevaba en este viaje el Almanach Perpetuum, de Abraham Zacuto, y por él sabía que el 29 de febrero de 1504 se produciría un eclipse total de Luna, que estimó sería visto en aquellas latitudes.
 Así, Washington Irving, en su "Vida del Almirante Don Cristóbal Colón" nos narra cómo en su cuarto viaje a las Indias occidentales, en Jamaica se encontraba en una situación difícil. Colón sufre un motín, y en ese momento los nativos aprovechan para negarse a proporcionar víveres. Pero él sabe que se va a producir ese eclipse de luna, conoce el día y la hora, y convoca a los nativos, comunicándoles que si no le aportan alimentos, su Dios hará desaparecer la Luna.
Muchos indios quedaron amedrentados por la solemnidad de esta predicción; otros la trataron con mofa; todos, empero, aguardaban solícitos la venida de la noche. Cuando vieron, en efecto, que una sombra oscura se derramaba por la luna, empezaron ya a temblar. Creció el terror con los progresos del eclipse, y al ver las tinieblas misteriosas que cubrieron la faz de la naturaleza, no tuvo límites su espanto. Se apoderaron de las provisiones que pudieron, apresurándose con ellas a los buques en medio de gritos y lamentaciones. Se arrojaron a los pies de Colón, implorando de él intercediese con Dios para que suspendiera las amenazadas calamidades, y asegurándole que de allí en adelante traerían cuanto se les pidiese. Colón les contestó que se retiraría a comunicar con la deidad. Se encerró en su camarote, y permaneció en él durante el aumento del eclipse, mientras las florestas y playas resonaban con los alaridos y súplicas de los salvajes. Cuando iba el eclipse a disminuir, se presentó de nuevo a los indios, y les dijo que había intercedido por ellos con su Dios, quien bajo la condición de que cumpliesen sus promesas se había dignado perdonarlos; en señal de lo cual disiparía las tinieblas de la luna. (Irving, Washington: The Life and Voyages of Christopher Columbus (Historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón, 1828).
En el Cuaderno de Bitácora, el propio Colón lo relata: En la tarde anunciada, cientos de indígenas se congregaron ante los barcos. Cuando salió la luna ya estaba parcialmente oscurecida y el pánico entre los nativos al verla menguar. Rogaron al almirante que la hiciera volver y éste pidió a cambio la reanudación de los suministros.
Los indios, posiblemente ya habían visto muchos eclipses antes, pero les maravilló indudablemente, que aquel intruso pudiera tener esa capacidad de predicción.
Estos son algunos de los ejemplos de la perspicacia y sagacidad del Almirante en el ámbito científico y tecnológico.
 

Gabriel Barceló
28/07/2018


Se va a celebrar en Bilbao, del 3 al 7 de septiembre, la 25th International Conference on High Resolution Molecular Spectroscopy, y durante esta celebración, se va hacer entrega de la primera MEDALLA MIGUEL CATALÁN en homenaje a su memoria.


El profesor Alberto Lesarri, Catedrático de Química Física y Química Inorgánica de la Universidad de Valladolid, me ha comunicado, como Secretario-Tesorero del Grupo Especializado de Física Atómica y Molecular (GEFAM) de las Reales Sociedades Españolas de Física (RSEF) y de Química (RSEQ) este evento:
Me pongo en contacto con usted en nombre del Dr. José Andrés Fernández, Presidente del GEFAM – RSEF/RSEQ
Nos gustaría informarle que, con motivo del próximo congreso 25th International Conference on High Resolution Molecular Spectroscopy los próximos días 3-7 de septiembre, el GEFAM va a instaurar la “Medalla Miguel Catalán”, que recibirá inicialmente el Prof. Dudley R. Herschbach (Premio Nobel de Química) durante la celebración de este congreso, como puede ver  en nuestra web:
http://www.hrms-bilbao2018.com/
En años posteriores esperamos conceder esta medalla de forma bianual en los Congresos “Iber” de Física Atómica y Molecular.
 
Como ya es sabido, existen ya los Premios de Investigación de la Comunidad de Madrid “Miguel Catalán” y “Julián Marías” a la carrera científica, y los Premios de Investigación de la Comunidad de Madrid “Miguel Catalán” y “Julián Marías” a investigadores de menos de cuarenta años. No obstante, esta nueva medalla  tiene un carácter internacional, por lo que es una gran noticia su convocatoria.
 
Del equipo de investigadores de Miguel Catalán en el Instituto de Óptica del CSIC, JUANA BELLANATO FONTECHA, es la única persona actualmente viva, y con una gran lucidez. Hace algún tiempo le pedí un texto con sus recuerdos de aquella época, y me envió el siguiente texto, que reproduzco:
 
 Mis recuerdos del Sr. Catalán.
Así le llamábamos en el Instituto de Óptica. Ahora sí, le respetábamos mucho. Y si recuerdo bien, aunque éramos muy jóvenes, él nos llamaba de Ud.
Yo conocí a D. Miguel Catalán en el año 1944. Tanto su hijo Diego como yo nos presentábamos a un examen especial para obtener el Grado de Bachiller con Premio Extraordinario (habíamos obtenido la nota de sobresaliente en el examen ordinario). Catalán acompañaba a su hijo. Probablemente era el único padre/madre que lo hacía. Yo recuerdo a Diego como un chico muy joven (probablemente el más joven de los examinandos, tenía 16 años) y guapo. Creo que yo iba con una hermana. Mientras esperábamos el comienzo del examen, Catalán charlaba con todos nosotros y creo que siguió hablando (con una conversación extremadamente amena)  con los acompañantes, mientras algunos nos examinábamos. Yo recuerdo también que nos habló algo de su vida. Que él era el único científico de la familia - algo así como la oveja negra-, que su mujer, su suegro, Menéndez Pidal, y toda la familia eran de humanidades, "de letras". Y que Diego iba a seguir la trayectoria de su familia materna (años después vi a Catalán preocupado  por la oposición a Cátedra de su hijo). También nos debió contar anécdotas de su familia. Era muy simpático y natural hablando con los jóvenes.
Pasaron los años. Yo estudié Química en la Universidad Complutense. Terminé en el año 1949. No encontraba trabajo y me matriculé condicionalmente, porque me faltaba aprobar la Reválida, en dos asignaturas de doctorado "para aprovechar el tiempo". Una de ellas era la asignatura de Estructura Atómica Molecular y Espectroscopía, que daba Catalán (creo que así se llamaba). Ayudantes suyos eran Fernando Rico y la Srta. María Teresa Salazar (ella, quizá, con más responsabilidad). Y éste fue el segundo encuentro con Catalán, esta vez como alumna.
El estudio de esta asignatura de Espectroscopía iba a ser decisivo en mi vida profesional.
Yo había estudiado el Bachillerato (menos el primer curso, que lo aprobé por examen "libre")  en el Instituto Isabel la Católica en Madrid. Mi profesor de Química fue D. José R. Barceló Matutano y en la época a que me estoy refiriendo (año1950) se encontró casualmente por la calle con una hermana mía, que había sido también alumna suya, y le preguntó por mí. Mi hermana le diría que yo estaba sin saber qué hacer. Barceló le dijo que yo fuese a verle al Instituto de Óptica donde estaba trabajando (jornada parcial). Me acuerdo que comenté con mi hermana que yo en el Campo de la Óptica sólo me gustaría trabajar en Espectroscopía.
Barceló trabajaba en la Sección de Espectros Moleculares que formaba parte del Departamento de Espectros atómicos y moleculares del que era Jefe D. Miguel A. Catalán. Naturalmente, empecé a trabajar en el Instituto de Óptica, ahora bien, gratis, como becaria sin sueldo.
Y este fue mi tercer encuentro con Catalán, que se extendería hasta su muerte en 1957, año que no he olvidado nunca porque mi padre murió unos meses antes. Me acuerdo que Catalán me dio muy compungido el pésame y poco después...
Volviendo a mi carrera científica estoy orgullosa de que, aunque José Barceló fue el director de mi Tesis Doctoral, Catalán fue el Padrino, ya que era necesario entonces ser Profesor en la Universidad para avalar una Tesis. Él tuvo que leer la Tesis, dar su aprobación y estar en el Tribunal correspondiente. Me acuerdo que estuvimos leyéndola o viéndola juntos y, como en aquellos tiempos se escribían las tesis a máquina, utilizando papel carbón para las copias que había que presentar en la Universidad y quedaban bastante sucias, él con una goma me enseñó cómo había que limpiarlas un poco porque había que "dar buena impresión". Y esto con una amabilidad y sencillez extremas, que eran características de su carácter.
Sólo me acuerdo de verle una vez un poco enfadado con mi grupo porque echamos la culpa a sus instrumentos de que no funcionaba bien nuestro espectrógrafo IR. Consideraba que decíamos una tontería...
Quiero reseñar aquí,  que, probablemente gracias en gran parte al talante de Catalán y también del Director del Instituto de Óptica, D. José Mª Otero Navascués, no existía allí discriminación de género, lo que no ocurría en otros Institutos del CSIC, y las mujeres pudimos continuar la carrera investigadora después de leer la tesis doctoral. Debo, pues, agradecer al Prof. Catalán que yo no tuviese ningún problema para permanecer en el Instituto de Óptica, llegando a ser nombrada Profesora de Investigación. Cuando me jubilé, me incorporé, por diversas razones, durante unos años, al Instituto de Estructura de la Materia como Doctor vinculado ad honorem.
Y volvamos a mis recuerdos de la muerte de Catalán:
Un viernes (el anterior al 11 de noviembre) al llegar al Instituto de Óptica me dijeron que Catalán se había puesto enfermo y que le habían ingresado en la Clínica de la Concepción. El lunes, al volver a trabajar, nos dijeron que había fallecido (no sé si confundo alguna fecha), creo que de una pancreatitis aguda. Mi tristeza y la de todos mis compañeros fue inmensa, máxime cuando no estábamos preparados para una muerte repentina en una persona de tanta valía y con una aparente buenísima salud.
Para terminar quiero relatar una anécdota que contaban de él. Cuando todos estábamos más o menos ateridos de frío, el aparecía siempre en mangas de camisa. Parece que, según él, sólo se compró un abrigo en Múnich (donde sabemos que en invierno las temperaturas pueden llegar a muchos grados bajo cero). Se encontró en la calle con un compatriota que exclamó: ¿cómo vas así con una temperatura de 20º bajo cero?  Contestó Catalán: ya notaba yo un poco de frío. Y se compró un abrigo. 
En este relato, la investigadora Juana Bellanato recuerda al también químico y profesor, José Ramón Barceló Matutáno, hermano mayor de mi padre e investigador del Instituto de óptica, en el mismo equipo.
Miguel Catalán fue también mi profesor. Además de publicar diversos artículos en su memoria (El último MIGUEL A. CATALÁN SAÑUDO en este BLOG), he escrito dos biografías recordando su perfil humano y científico:
https://dinamicafundacion.com/el-senor-catalan/
http://advanceddynamics.net/el-senor-catalan/
 
https://dinamicafundacion.com/memoria-viva/
http://advanceddynamics.net/memoria-viva/
 
Durante casi cuarenta años he estado realizando un proyecto de investigación sobre dinámica rotacional y mecánica celeste (http://advanceddynamics.net/), cuyo origen seminal fue una clase de Catalán en el año 1956.
Es, por tanto, una gran noticia que el Grupo Especializado de Física Atómica y Molecular (GEFAM) de las Reales Sociedades Españolas de Física (RSEF) y de Química (RSEQ) haya creado la MEDALLA MIGUEL CATALÁN en homenaje a su memoria, y que en su primera convocatoria haya sido otorgada esta medalla a Dudley R. Herschbach, matemático, químico y profesor universitario galardonado con el Premio Nobel de Química del año 1986.
 


Gabriel Barceló
22/07/2018


Historia



Gabriel Barceló

Fue Miguel A. Catalán (Zaragoza, 1894 – Madrid, 1957), muy probablemente el más famoso físico e investigador científico español del siglo XX, uno de los protagonistas de la denominada edad de Plata de la ciencia española. En reconocimiento a sus méritos científicos, su nombre se perpetúa en un grupo de cráteres de la luna, por deseo unánime de la comunidad mundial de astrofísica.


 

Hace cien años, un joven doctor en ciencias químicas (https://dinamicafundacion.com/miguel-a-catalan/ ), también investigador ayudante del Laboratorio de Investigaciones Físicas de la Junta para Ampliación de Estudios (JAE), y profesor ayudante del Instituto San Isidro de Madrid, publicaba tres colaboraciones sobre pruebas experimentales relacionadas con la Teoría de la Relatividad, cuyas reseñas aparecieron en los Anales de la Sociedad Española de Fisica y Química de aquel año.

 

Posteriormente, este brillante alumno, obtuvo una beca de postdoctorado de la JAE, para continuar en 1921 sus investigaciones en los laboratorios del Imperial College of Science and Technology de Londres (Antiguo Royal College of Science), a las órdenes de Alfred Fowler.

Examinando en Londres el espectro óptico del manganeso, determinó que en este, y en otros átomos complejos, se manifestaban reiterados grupos de líneas, a las que llamó “multipletes”, y en las que detecto que existían regularidades características. Catalán demostró, a la edad de veintisiete años, que el estudio de los multipletes llevaba a una mejor comprensión de los estados energéticos de los electrones de la corteza atómica.

 

La importancia de sus descubrimientos nos lo expresa el hecho de que ya la revista Nature, del 28 de julio de 1921, publicaba un artículo redactado por el científico indio Megnad Saha, en el que se informaba de los descubrimientos de Miguel Catalán, incluso antes de que él mismo los hubiese publicado.

Con su investigación, había encontrado esas regularidades características en el espectro del manganeso, había definido una Ley reiterativa de comportamiento del espectro, lo que le había permitido terminar de descifrar el espectro de ese elemento, definiendo un nuevo patrón de referencia.

 

Pero además, también había creado un nuevo método de investigación científica: los Multipletes, por el cual establecía un nuevo procedimiento de interpretación de los espectros, estableciendo una correlación entre los niveles de energía del electrón que orbitan el núcleo de ese átomo, y el espectro irradiado. Todo ello, le permite también determinar la estructura energética de esos electrones y la configuración del átomo.

Con sus descubrimientos Catalán había aportado las pruebas experimentales que los físicos teóricos, como Sommerfeld y Bohr, necesitaban en aquel momento, para definir el modelo definitivo de la estructura del átomo.

 

Hasta ese momento, el análisis espectroquímico permitía identificar los elementos componentes de cualquier porción de materia, pero la creatividad de Catalán no solo le faculta para interpretar los espectros de elementos complejos, sino que también le habilita a deducir la estructura de la materia, al identificar niveles energéticos de electrones corticales.

Con esa nueva herramienta científica, Catalán convierte la espectrografía, en un instrumento fundamental en la investigación de la estructura de la materia.

A partir de ese momento, es prescriptor internacional y participa, con los mejores de su tiempo, en la constante búsqueda de los límites del conocimiento de la materia, con el fin de definir la estructura del átomo, y desarrollar la Mecánica Cuántica, propiciando nuevos descubrimientos científicos, como por ejemplo, el spin del electrón.

 

Pero esa labor diaria de investigación puntera, se trunca con la llegada de la Guerra Civil española. Durante la trágica contienda, se encontraba en Segovia realizando una labor altruista a favor de los heridos de guerra, y como profesor interino de su Instituto de segunda enseñanza, pero a su término, es expedientado por no afecto al nuevo régimen político.

Es separado de su puesto de investigador en el Instituto Nacional de Física y Química, y de su cátedra en la Universidad Central de Madrid, impidiéndosele la investigación o, incluso, la publicación de trabajos.

En esta situación, se integra en el proyecto pedagógico de su esposa, Jimena Menéndez Pidal, y da clases de física en el colegio “Estudio”. En los años cincuenta, fue mi profesor de física en el colegio, adema de un gran pedagogo.

 

En agosto de 1970, después de su muerte, la Unión Internacional de Astronomía, en su congreso celebrado en Sídney, decidió llamar «Catalán» a un grupo de cráteres de la Luna, para perpetuar su recuerdo, en agradecimiento a sus aportaciones a la astrofísica, y por el descubrimiento de su nuevo método científico, que permitía la verificación de los modelos teóricos propuestos para definir la estructura de la materia.

También en razón a sus méritos, el CSIC fundó en su memoria el CENTRO DE FÍSICA MIGUEL A. CATALÁN (CFMAC: http://www.cfmac.csic.es/ ). La Comunidad Autónoma de Madrid concede anualmente el Premio de Investigación “Miguel Catalán” en Ciencias.

 

Por esas extrañas y tristes circunstancias del destino, un gran investigador y catedrático de universidad, fue profesor de unos privilegiados alumnos de bachillerato. Miguel Catalán, además de trasmitirnos sus conocimientos científicos, fue quien trasladó a sus alumnos una profunda inquietud por la ciencia, y el deseo de encontrar nuevas fórmulas para entender nuestro entorno. En concreto, en mí caso, me generó la inquietud de buscar leyes y regularidades para mejor comprender el comportamiento de los cuerpos que rotan.

 

Como testimonio de agradecimiento a ese gran profesor, publiqué una breve biografía: El Señor Catalán (https://dinamicafundacion.com/el-senor-catalan/ ), tomando como fuentes vivencias personales, testimonios de profesores, antiguos alumnos y discípulos coetáneos.

Además de evocar con melancolía a mi profesor, recuerdo en este texto su importante influencia en la ciencia española, dejando patente la estoica y recia personalidad de quien fue nuestro admirado maestro, con el fin de que los que no lo pudieron conocer en vida, puedan valorar el importante papel cultural y pedagógico, que tanto Miguel Catalán como Jimena Menéndez-Pidal desarrollaron a lo largo de su vida.

 

Los que tuvimos la suerte de ser sus alumnos, lo recordamos como un hecho trascendental en nuestras vidas. Por esa razón, en el año 2012, redacté una nueva biografía, más amplia: Miguel A. Catalán Sañudo: Memoria Viva (https://dinamicafundacion.com/memoria-viva/ ), en la que recordaba una Lección excepcional de mi profesor, pues creo que aquel día en el colegio, intentaba trasladar a sus alumnos, sus propias conjeturas dinámicas sobre los cuerpos en rotación y sobre la estructura de la materia.

Aquella clase de física, generó en mí tal inquietud e interés científico, que cincuenta años después, he seguido recordando las argumentaciones y explicaciones de nuestro profesor, y han dado origen a un proyecto de investigación privado sobre física: Teoría de Interacciones Dinámicas (http://www.advanceddynamics.net ). Los resultados de este proyecto de investigación, y la propia teoría, se describen en el tratado: Nuevo Paradigma en Física, (https://www.amazon.es/dp/8461774965/ref=rdr_kindle_ext_tmb), cuyo primer volumen fue editado el pasado año, y el segundo, acaba de ser publicado en inglés en AMAZON:

https://www.amazon.com/dp/B07BN9917M

 

En el tratado se expone el proyecto de investigación realizado por un grupo de colaboradores sobre dinámica rotacional, a partir de las conjeturas e ideas seminales de Miguel Catalán. En este segundo tomo se incorporan nuevas leyes para la dinámica de sistemas acelerados por rotaciones, y numerosos supuestos, pruebas experimentales y ejemplos que justifican plenamente las hipótesis dinámicas que se proponen. Todo lo cual entendemos que es aplicable para mejor entender la armonía y el equilibrio dinámico de nuestro universo.

 

Una mayor información sobre el Tratado y la teoría que se propone puede encontrase en el portal de Internet:

https://newparadigminphysics.com/

 

También han sido realizados los siguientes videos en relación con el tratado Nuevo Paradigma en Física:

 

https://www.youtube.com/watch?v=MRq7EclUsbA

 

https://www.youtube.com/watch?v=tTLDvLUdgro

 

https://www.youtube.com/watch?v=xCDEIbo89Ps

 

https://www.youtube.com/watch?v=QYcT8OlqzEU

 



Gabriel Barceló
15/04/2018


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Editado por
Gabriel Barceló
Eduardo Martinez
Gabriel Barceló es actualmente uno de los miembros directivos del Club Nuevo Mundo, impulsado por Tendencias21. Es Dr. Ingeniero industrial y estudio la licenciatura de Ciencias Físicas.
Fue durante veinte años funcionario del Ministerio de Hacienda, como Inspector de Finanzas del Estado, Subdirector del Centro de Proceso de Datos del Ministerio de Hacienda, Inspector Jefe de Madrid y fundador y presidente de la Asociación profesional de Inspectores de Hacienda, representativa del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado (Actualmente: Inspectores de Hacienda del Estado: IHE).
Posteriormente causó baja como funcionario, y fue fundador y presidente de diversas empresas, de asociaciones no lucrativas y de fundaciones, actuando como presidente de las mismas, ex-Presidente de la Federación de Ingenieros Industriales de España y ex-Vicepresidente del Instituto de la Ingeniería de España, Gabriel Barceló ha sido consultor en ingeniería de la edificación y asesor fiscal.
Desde hace más de treinta y seis años desarrolla un proyecto de investigación científica sobre dinámica rotacional. Autor de numerosos libros, destacando: “Nuevo paradigma en Física” (editado en inglés y español, en dos tomos), y ha publicado más de cien artículos.




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