INNOVACIÓN: Mónica Edwards Schachter

Innovar socialmente es transformar nuestras maneras de ver y hacer para producir un cambio profundo en nuestras prácticas sociales y culturales. Un camino donde se construyen nuevos espacios y valores. Y a veces, un modo de sanar las heridas de la sociedad. Esto ocurrió el pasado domingo en el centro de Valencia con Zapatos Rojos. Una acción que nació en 2009 en la Ciudad de Juárez (México) de la mano de la artista Elina Chauvet, con 33 pares de zapatos donados para visualizar los crímenes y desapariciones de mujeres en la zona. Un llamado a una poderosa innovación social para erradicar el feminicidio.


Plaza de la Virgen (Valencia)
Plaza de la Virgen (Valencia)
Difícil permanecer indiferente a las diversas propuestas artísticas que conformaron #Zapatos Rojos y un domingo diferente el pasado 27 de diciembre en las calles de Valencia. Desde la mañanera inauguración, pasando por la obra del grupo Clown del Espai de Circ, la lectura de microrrelatos al mediodía o el swing de Spirit of Saint Louis y las performances y danzas de la tarde. Color y movimiento, imagen y palabras, miradas y abrazos, todo se mezcló sinérgicamente con la emoción de los transeúntes. Algunos dejaban escapar una pregunta mientras escrutaban con desconcierto esos zapatos esparcidos por doquier, otros sumaban sus zapatos para hacer más visible el río de sangre en la acera pública.  
 
 

Exposición Fotográfica Viu en mí, de Juan José Todolí
Exposición Fotográfica Viu en mí, de Juan José Todolí

La artista Elina Chauvet decidió canalizar el sufrimiento ante la muerte de su hermana –asesinada por su pareja en Chiapas- a través de la pintura primero y poco después a través de Zapatos Rojos. Una exposición llevada a cabo por primera vez en Ciudad Juárez el 20 de agosto del año 2009 con 33 pares de zapatos donados por mujeres del lugar, muchas de ellas familiares de mujeres desaparecidas y víctimas de violencia de género. El proyecto se convirtió en una instalación itinerante abriendo un espacio de catarsis para un dolor compartido en muchos lugares del mundo, recorriendo varias ciudades de México y otros países, como Argentina, Italia, Reino Unido, Canadá y España. 

La imagen de la Plaza de la Virgen, salpicada de rojo, hizo visible las marcas de una violencia que surca las arterias de la sociedad. Cada zapato es una invitación para reflexionar sobre las secuelas del dolor, sobre las huellas de la pérdida y la impunidad, sobre el feminicidio como pandemia mundial. Los zapatos rojos se siguen multiplicando y ya son miles, portadores de un mensaje común: informar y sensibilizar, denunciar, recordar, visibilizar prácticas sociales y culturales que están en la base de estas formas de violencia.
Judit, de Amnistía Internacional, trabajando para la exposición
Judit, de Amnistía Internacional, trabajando para la exposición

Nada más claro que el micro-relato ganador del concurso organizado en este mismo evento escrito por María Sánchez Julve, del IES Carles Salvador de Aldaia y que me complace compartir:

El juego

 

'Abrí los ojos y miré el reloj colocado encima de la mesita, las tres de la mañana y aún no había vuelto. De repente, un estruendo sonó en la habitación de al lado donde dormían los niños. Pensé lo peor. ¿Y si había llegado? ¿Y si había vuelto a beber? ¿Y si esta vez no le bastaba con pagarla conmigo?

Él me quería. Me quiere desde hace ya seis años, pero, se había vuelto difícil convivir con alguien tan torpe como yo. Soy un despiste y lo hago todo mal. Es un milagro que me soporte.

Mis pensamientos se acallaron de golpe, cuando oí a Marta llorar. Mi respiración se fue acelerando, no le iba a permitir que les hiciera daño a ellos. Sin pensarlo, cogí lo primero que pasó por mi vista: el trofeo de tenis de mi marido. Me dirigí cargada de impotencia a la habitación, dispuesta a todo cuando abriese la puerta.

Agarré el pomo y cuando mi vista inspeccionó la habitación, Marta estaba con mis zapatos rojos y los labios pintados en una esquina de la habitación y Alejandro pegándole con un estuche. Me abalance sobre ella, recibiendo yo el golpe en el antebrazo.

-¿Por qué pegas a tu hermana? ¿Qué hacéis? - Marta levantó la cabeza desde mi pecho y se limpió las lágrimas con la manga del pijama; a la vez que, con los zapatos nueve tallas más grandes, andaba hacia su hermano. 
-Solo estábamos jugando...
-¿A qué? 
-A mamás y papás'.

 
 

Innovación social con zapatos rojos

Redactado por Mónica Edwards el Miércoles, 30 de Diciembre 2015 a las 11:36 | Comentarios


Comentarios

1.Publicado por María Tesías el 02/01/2016 17:06
Siendo pequeña, una tarde jugaba con mi amiga. Ella hacía de papá y yo de mamá. Hacíamos un teatro. Yo escenificaba muy bien, me decía mi amiga. Ella no sabía que lo había aprendido en mi casa, cada día de mi corta vida. Una expresión de la realidad cotidiana. Actos demasiado comunes entre los hombres nacidos y criados en la España de la posguerra. No se si también antes. Las leyes, las costumbres, las normas sociales, todo les abocaba al acto cotidiano de alzar la mano a su mujer. Los hijos lo veíamos y lo imitábamos en nuestros juegos de aprender a ser adultos.

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Mónica Edwards
Monica Edwards Schachter
Mónica Edwards Schachter es investigadora, educadora, consultora, escritora y emprendedora, aunque prefiere definirse como una mujer apasionada por aprender y compartir proyectos para mejorar el mundo. Doctora Cum Laude por la Universidad de Valencia con la tesis doctoral ‘La atención a la situación del mundo en la educación científica’ (2003) y Especialista en Proyectos de Ingeniería e Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia (2006). Es Ingeniera en Electrónica, Licenciada en Matemática y Física y posee Diplomas de pos-grado en Gestión del Conocimiento por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (México) y Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos Educativos (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina). Con más de 20 años de experiencia en formación y consultoría, ha participado en más de 20 proyectos de investigación a nivel nacional e internacional. Es autora y co-autora de más de un centenar de publicaciones, entre libros, capítulos de libros y artículos en prestigiosas revistas científicas en temas de innovación tecnológica e innovación social, innovación colaborativa, empoderamiento, living-labs, innovación educativa, educación científica y desarrollo y evaluación de competencias, especialmente creatividad, innovación y emprendimiento. Ha recibido seis distinciones literarias en poesía y en 2004 le fue concedido el segundo premio en el Concurso de Ensayo Manuel Castillo (patronato Nord-Sud de la Universidad de Valencia) con la obra “Redes para la Paz”, publicado en 2007 por el Seminario Gallego de Educación para la Paz y la Fundación Cultura de Paz.




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