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Blog de Tendencias21 sobre el liderazgo de la buena gente



21/06/2020

La ciencia descubre maravillas de la naturaleza que nos ayudan a encontrar paralelismos entre los ecosistemas naturales y los diseñados por las personas


Un coach abejorro (imagen Pixabay)
Un coach abejorro (imagen Pixabay)
Jorge Laborda nos presenta, con su atractivo estilo, otra maravilla de la naturaleza:  la inteligencia de los abejorros.  Estos animales despiertan antes que las flores que les proporcionan alimento, porque los animales reaccionan al calor (cada vez comienza el calor más temprano) y las plantas necesitan, además, horas de sol (que aumentan progresivamente durante la primavera, al mismo ritmo cada año) . Dado que el cambio climático hace que las temperaturas sean más altas más pronto, los abejorros se encuentran sin flores a su disposición para poder libar.

Eso podría acabar en catástrofe, pero… entra en juego la sabiduría de la naturaleza: los abejorros practican unas determinadas incisiones en las hojas de las plantas y así consiguen que la planta florezca mucho antes. 

Y no se trata únicamente de la incisión, puesto que las réplicas que han realizado los científicos no han surtido el mismo efecto.  Eso sugiere que los abejorros deben, además, introducir en la planta alguna sustancia o proceder a algún otro tipo de intervención, hasta ahora desconocidas.  En cualquier caso, el abejorro consigue que la planta florezca antes de lo programado por el número de horas de luz, asegurándose así la supervivencia.   Otro precioso ejemplo de las complejas relaciones que se establecen entre seres vivos.

A nosotros nos sirve, además, para hacer un paralelismo con el mundo de la gestión corporativa:  cuando un buen líder  necesita que su equipo obtenga buenos resultados (y dentro de los plazos establecidos), estudia qué se necesita conseguir (objetivos), analiza todas las alternativas a su alcance y decide qué tipo de intervención será la más adecuada:  en este caso, ofrecer a las personas del equipo los estímulos propicios para su floración. 

Puede ser una caricia física o psicológica (como hace el abejorro), aplicación de una sustancia nutritiva (contraprestaciones de diversa índole),  modificaciones de la situación actual (cambio de responsabilidades, de tareas, de procedimientos, etc.), en la forma, profundidad y frecuencia adecuadas hasta conseguir los objetivos definidos.

Y de esta forma, el líder asegura que el ecosistema se mantenga en equilibrio, como hace el abejorro en su entorno.  Una preciosa fórmula do ut des que los buenos líderes practican dejando su huella líquida.
Mirando a  la naturaleza, el líder biomimético encuentra soluciones que han sido probadas durante años y años de ensayo y error, ¿para qué partir de cero si tenemos ante los ojos una solución que ha demostrado ser válida para todos?

Aprender de la naturaleza es una preciosa oportunidad a nuestro alcance que produce placer y garantiza la supervivencia de todos nuestros partícipes, así que desde aquí agradezco a Jorge Laborda su artículo.



La literatura sobre liderazgo acostumbra a hablarnos de tres estilos predominantes: liderazgo ético, liderazgo auténtico y liderazgo servidor. Tienen varios puntos en común y algunas diferencias de enfoque, pero en cualquier caso pueden ayudarnos a llevar mejor puesta nuestra "gorra de jefe" cuando hayamos de responder de los resultados de un equipo de trabajo


¿Cuál es tu estilo de liderazgo?
De acuerdo con Brown, el liderazgo ético supone la demostración de un conducta ajustada a las normas, que se plasma en acciones personales y relaciones interpersonales y cuyo objetivo  es gestionar al equipo mediante la comunicación bidireccional, el refuerzo y la toma de decisiones.  Se centra, pues, en potenciar la moralidad de las personas de su entorno.

Por su parte, Luthans y Avolio nos acercan al liderazgo auténtico exponiendo que se trata de un proceso basado tanto en capacidades psicológicas positivas como en un contexto organizacional altamente desarrollado, combinación que propicia mayor autoconciencia y mayor número de comportamientos positivos tanto por parte del líder como de sus seguidores. El punto focal es el autoconcepto del líder y su constante revisión y mejora para ofrecer un marco de transparencia en las relaciones.
 

Por su parte, Greenleaf nos habla del liderezgo servidor como de alguien que se cuida primordialmente de servir a los demás; no solo a los miembros de su equipo para favorecer su crecimiento ético, sino a los diferentes partícipes de la organización para la que trabaja. Considera que su responsabilidad moral no es solo ayudar a que su organización alcance el éxito, sino también crear valor para la comunidiad, poner a los demás primero y ayudar a otros a crecer y tener éxito.

En resumen, se podría decir que el liderazgo ético utiliza recompensas y "castigos" para corresponsabilizar a su equipo de los estándares y valores de la organización; el liderazgo auténtico demuestra autoconciencia y busca activamente retroalimentación para el crecimiento personal (para impactar más positivamente en el equipo), mientras que el liderazgo servidor se preocupa de conseguir resultados válidos para todos los partícipes.

En el día a día de una organización es muy difícil encontrar un estilo puro, puesto que la personalidad de los líderes, los valores de la organización, la presión del mercado y de la legislación, y muchas otras variables dibujan una realidad que se tiene que conocer, aceptar e intentar mejorar con los medios disponibles en cada período.   Por supuesto que los buenos líderes favorecen la existencia de buenas organizaciones, y que buenas organizaciones favorecen la aparición de buenos líderes.

Precisamente uno de los rasgos esenciales de cualquier tipo de líder es su capacidad de leer la realidad y poner de su parte todos los recursos posibles para mejorarla.  Mejorarla para sí, para su equipo, para su organización y para su entorno.  Y si tenemos en cuenta que las organizaciones tienen un grandísimo peso en la vida de la sociedad, haremos muy bien en facilitar este proceso de mejora continua.

Si deseas echar un vistazo a los modelos de liderazgo que comentamos y sacar tus propias conclusiones para revisar tu plan de mejora como líder, te recomiendo leer este artículo: Lemoine, G., Hartnell, C.A., Leroy, H. (2019): Taking stock of moral approaches to leadership. An integrative review of ethical, authentic, and servant leadership. Academy of Management Annals 2019, Vol. 13, No. 1, 148–187. https://doi.org/10.5465/annals.2016.0121
 

Que las personas menores de edad no puedan todavía votar no significa que no tengan claras las ideas. Muchas veces, más que las personas adultas.


Esperanzador: jóvenes conscientes y responsables
Resulta muy esperanzador que miles y miles de personas muy jóvenes salgan a las calles en prácticamente todo el mundo para reclamar lo que en conciencia es suyo y estamos dilapidando: la Tierra.  Es hora de que nos hagan recapacitar, visto que todavía no ponemos suficiente atención a los múltiples y  preocupantes avisos que los científicos envían a la sociedad desde hace ya varios años.   Los jóvenes no tienen aún derecho a votar, pero eso no es óbice para conseguir que el mundo entero les escuche.  Y son muy conscientes de que los seres humanos tenemos la obligación de preservar los ecosistemas y la salud del planeta.   ¡Bien por los jóvenes!

Los adultos del  mañana nos reclaman lo que en justicia les pertenece y está desapareciendo en manos de los adultos de hoy.   Todos los medios se hacen eco de esta buena nueva, si quieres leer una noticia reciente puedes pinchar aquí:  Puede que los estudiantes no entiendan la ciencia, pero saben que algo va mal

Cicerón decía algo escandalizado "oh tempora, oh mores", una frase que en el siglo XXI podría adaptarse a "Nueva sociedad, nuevas costumbres" en su acepción más positiva: necesitamos nuevos modelos de liderazgo


Inteligencia Colectiva y Liderazgo Distribuido
A partir de una interesante conferencia sobre Inteligencia Colectiva dictada por   Guy Giménez y Lluís Casado,  voy a permitirme reproducir algunas de sus ideas para enlazarlas después con el Liderazgo Distribuido.

La sociedad está asistiendo a un cambio, cada vez más rápido y evidente, de organizaciones piramidales a organizaciones holomidales o globales, y se está produciendo así el fenómeno denominado Inteligencia Colectiva.  El Collective Intelligence Research Institute define la inteligencia holomidal - o global - de forma que se pueden desprender las siguientes características: innovación, rapidez, tecnología, cambio, decisión, confusión, creatividad, globalización y diversidad. Este enfoque está muy bien explicado en el libro de Fréderic Laloux Reinventar las organizaciones.

Inteligencia Colectiva y Liderazgo Distribuido
George Pór la define como la capacidad de las comunidades humanas de evolucionar hacia un orden de una complejidad y armonía mayor, tanto por medio de mecanismos de innovación como de diferenciación e integración, competencia y colaboración.

Las investigaciones el MIT al respecto señalan que los factores principales de la Inteligencia Colectiva son:
 
  • Creación de un clima de  trabajo favorable;
  • diversidad en la composición del grupo;
  • equidad en el tiempo de uso de la palabra;
  • inteligencia emocional (para potenciar la inteligencia intelectual y la motivación). 

Parece evidente que este nuevo modelo de sociedad - que se reproduce, obviamente, en las organizaciones - deja bastante atrasados los modelos tradicionales de liderazgo propios de sociedades (y organizaciones) piramidales.  Y creo además que el paso de uno a otro modelo es una secuencia de dos pasos:
 
  1. Una persona que ejerza el liderazgo en una organización de nuestros días tiene por delante una tarea constante de formación / autoconocimiento / automejora para poder ofrecer lo mejor de sí al equipo en que se integre, ha de ser una especie de líder inspirador capaz de dejar en el equipo una huella líquida que facilite los logros conjuntos;
  2. Cuando la huella líquida haya conseguido sus efectos benéficos es un buen momento para plantearse el Liderazgo Distribuido: ya no es precisa la figura del líder como única persona que responde de los resultados, porque todo el equipo está en las mejores condiciones: pueden, saben y quieren lograrlo.  Es más, se preocupan de que esto sea así a lo largo del tiempo.

Peter Gronn aborda el Liderazgo Distribuido (compartido, delegado, democrático, disperso...) desde la Teoría de la Complejidad (como patrón emergente de comportamiento colectivo en la interdependencia)  y desde el enfoque de equipo (colaboración espontánea, aprovechamiento de sinergias, coordinación).

Nigel Bennett y su equipo resaltan que el Liderazgo Distribuido tiene tres características:
 
  • La función del liderazgo es una prioridad del equipo que surge como consecuencia de las interacciones entre sus miembros;
  • cualquier miembro del equipo que sea capaz que aportar puede asumir el papel de líder;
  • es el resultado de iniciativas conscientes de los miembros del equipo, que interactúan en contextos donde otros las adoptan, adaptan y mejoran provocando un efecto sinérgico donde el resultado es superior a la suma de las partes.

Inteligencia Colectiva y Liderazgo Distribuido
Llegar a este modelo de liderazgo exige un largo período de crecimiento organizacional, pero los resultados son esplendorosos independientemente del tipo de organización. A modo de ejemplo, me permito citar una preciosa experiencia personal vivida durante 11 años.  Las personas del equipo, además de ser muy diferentes entre sí, tenían en común que cada una:
 
  • aportaba algo específico que las demás no tenían y que enriquecía al conjunto;
  • se integraba de forma voluntaria al equipo y a los proyectos a desarrollar;
  • disfrutaba de cada una de las fases de diseño - ejecución - aplicación de los proyectos o tareas;
  • se enriquecía personal y / o profesionalmente del contacto con las demás personas del equipo;
  • en la medida de sus posibilidades, cuidaba, mimaba y estaba pendiente del bienestar de los demás;
  • provocaba y cuidaba sinergias internas y externas;
  • se sentía corresponsable del éxito de los demás y del conjunto del equipo.

Con estos mimbres es fácil tejer este cesto, un equipo 10.  Si quieres conocer las características de este equipo, puedes leer Huella Líquida, gestión de la Corresponsabilidad.

¿Has vivido o conocer alguna experiencia así de gratificante? Valoraré mucho tus aportaciones y te las agradezco de antemano.

El Quijote es una fuente inagotable de deleite y aprendizaje. En esta ocasión tomamos, del capítulo 42 de la segunda parte, los consejos a Sancho antes de que fuese a gobernar la ínsula. Tal parece que Don Quijote estuviera pensando en un líder de empresa de nuestro siglo.


Disfruta con la magnífica lectura que  Josep Maria Pou realizó para los congresistas;  saborea la dicción, el ritmo, la entonación y el propósito de la lectura, y después repasamos juntos los párrafos que ha leído para acercarlos a nuestra realidad en una organización del siglo XXI.


Sancho,  hijo, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso donde vas a engolfarte;
Al comenzar una nueva etapa profesional como líder de un equipo - no importa si es la primera vez o se trata de una promoción, un cambio de organización... - la figura del mentor es esencial:  el líder necesita conocer dónde se está metiendo; qué personas configuran su equipo, cuál es el área de actividad, qué relaciones internas y externas están establecidas, qué objetivos tienen asignados, qué agenas secretas existen, en qué cultura organizacional se mueven, etc. etc.  Con la figura del mentor se consigue que estas cuestiones (y muchas otras que sería prolijo enumerar) sean conocidas y aceptadas por el nuevo líder en el menor tiempo posible.  Y todos sabemos que el tiempo es vital para conseguir resultados:  cuanto más breve sea el período de adaptación más rápido llegará el momento en que el nuevo líder pueda tomar las riendas con soltura para gestionar los comportamientos de su nuevo equipo.

que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones
Reflexión inicial para quien asume la nueva responsabilidad:  un puesto directivo es algo complejo que exige saber moverse en la complejidad;  cada decisión estará matizada por numerosas variables (qué necesita el equipo, qué espera mi jefe, qué objetivos estratégicos tiene mi compañía, qué esperan los clientes, qué puedo esperar de los proveedores, qué imagen corporativa estamos ofreciendo en el mercado, etc. etc.) que, por ser complejas, están muy lejos de ser dominadas.  Por eso se espera del líder visión holística y de futuro para trazar el camino y cintura y recursos para amoldarse a los cambios inesperados que se producirán con total seguridad.

Primeramente, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada
Evidentemente, la sociedad del Siglo de Oro se diferencia de la nuestra, entre otras cosas, por el peso de la religión en la vida de la ciudadanía.  Ahora podemos encontrar en una organización líderes que tienen una religión  o líderes agnósticos;  pero en cualquier caso está demostrado que los líderes que han trabajado su faceta espiritual (por ejemplo, trabajando sus valores personales) están más capacitados para liderar de forma ética los equipos de trabajo. Y también está demostrado que los líderes éticos consiguen más reconocimiento y apego, lo que es bueno para ellos y para la consecución de los objetivos corporativos.

Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.
Don Quijote nos ofrece la secuencia perfecta: primero ten un marco de referencia sobre lo que está bien y lo que está mal, y segundo conócete.  Conocerse dentro de ese marco ético prediseñado es vital para tomar las mejores decisiones sobre sí mismo y sobre el equipo, porque ayuda a dibujar el tipo de relación que se establece entre el yo y el vosotros. El Análisiss Transaccional ofrece herramientas sencillas para realizar este trabajo personal, si quieres acercarte a la teoría puedes echar un vistazo a Quiero ser feliz.

 Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran. Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud, y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a príncipes y señores, porque la sangre se hereda, pero la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
Una reflexión que vale su peso en oro.  La experiencia nos demuestra que un líder que no esconde sus orígenes y no teme mostrar sus puntos de mejora (siempre que esté en proceso de mejorarlos, obviamente) gana credibilidad, establece lazos afectivos con las personas del equipo, genera orgullo de pertenencia al equipo y consigue en general que la vida sea más grata para sí y para los demás.  Y no olvidemos que los logros corporativos se alcanzan cuando las personas están en condiciones de dar lo mejor de sí.

Para hacer hechos virtuosos  puede ayudar contar con una guía para establecer primero cuáles son mis límites y cuáles mis derechos como persona, que se puede aplicar después a la relación que se establece con las personas del equipo.  Si te apetece puedes echar un vistazo a 10 derechos de los seres humanos auténticos.

Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia
A efectos de nuestro líder inmerso en su organización, solo tenemos que cambiar "rico" por "jefe" y "pobre" por "empleado", porque no nos referimos al estatus económico de las personas sino a su estatus jerárquico dentro de la organización.

Con este matiz es perfectamente aplicable el consejo. Un buen líder atiende las razones de las personas de su equipo y también las de su superior, e intenta encontrar la mejor forma de proceder contrastando ambas.  De hecho, un líder que es capaz de defender ante su propio jefe una postura de su equipo que esté bien argumentada gana credibilidad ante dicho equipo, lo que facilita las relaciones internas y la consecución de los objetivos.  Defender peticiones económicas justas, proponer promociones de personas preparadas, apoyar planteamientos novedosos,... son ejemplos comunes que fortalecen la figura del líder.

Anda despacio;  habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.  Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Calma, calma y autocontrol.  Dos virtudes básicas que un buen líder aplica a menudo en las más diversas situaciones como herramientas básicas para no dejarse llevar por las presiones externas o los impulsos personales.  Es una fórmula magnífica para observar / observarse y trazar la ruta de la mejora personal continuada, porque el autocontrol nos permite mantener la salud de todo el cuerpo en su sentido más lato:  salud corporal, sí, y también salud psíquica que se traslucirán en no afectación, en un bien-estar / estar bien que favorece la polinización del entorno más próximo:  más oportunidades de felicidad para el líder y para las personas que le acompañan en este recorrido vital.

En resumen, a través de estos consejos de Don Quijote acompañamos a Sancho en el proceso de aprendizaje continuo para desempeñar adecuadamente el rol de líder. Podríamos diseñar nuestro plan de mejora profesional teniendo en cuenta los siguientes ejes: 
 
  1. Disponer de un mentor en los momentos críticos;
  2. Saber gestionar la complejidad;
  3. Mantener actualizado el marco ético;
  4. Trabajar el autoconocimiento;
  5. Mostrar con humildad los propios puntos de mejora;
  6. Apoyar a cada persona del equipo y a éste en su conjunto;
  7. Trabajar la calma y el autocontrol.

Si deseas alargar esta relación, tus aportaciones serán muy bienvenidas. ¿Te animas?
 

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Editado por
Edita Olaizola
Eduardo Martínez de la Fe
Doctora en Administración y Gestión de Empresas (UPC), Máster en Sostenibilidad y Responsabilidad Social (UNED), Máster en Desarrollo Organizacional (G.R. Institute Univ. de Tel Aviv), licenciada en Psicología Industrial (UB), Diplomada en Dirección de Personal (EAE), Diplomada en Técnicas de Autoaprendizaje (O.I.T.), diplomada en técnicas de escucha activa (Altom). He realizado también numerosas actividades de crecimiento profesional con Itamar Rogowsky, Karsten Trebesch, Bert Hellinger, Cristina Naughton, Bill O'Hanlon...

A lo largo de más de 50 años de trayectoria profesional ha pasado por las etapas de empleada, directiva y consultora, etapa esta última en la que trabaja actualmente y desde hace más de 30 años acompañando a empresas de prácticamente todos los sectores de actividad y todos los tamaños. También suele simultanear la impartición de clases en diferentes facultades y escuelas de negocios, así como conferencias en distintos ámbitos profesionales.

Dedica parte de su tiempo a actividades non profit como miembro del Consejo de Greenpeace España, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Adsis, miembro de EBEN España y miembro del equipo directivo del Club Nuevo Mundo. Ha sido también durante 16 años miembro de la junta directiva de Aedipe Cataluña, desde donde creó y coordinó durante 12 años la Comisión de Responsabilidad Social Corporativa.
Disfruta compartiendo su bagaje vital, académico y profesional con los lectores que le siguen en el blog personal (Huella Líquida) y en los medios en los que publica periódicamente (People plus! Profit, Diario Responsable, Liderazgo Inspirador y en Tendencias21).


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