Yaiza Martínez

Presentación del libro Las prácticas literarias del conflicto de Enrique Falcón; acompañan Alfons Cervera, Alfonso Serrano (Editorial La oveja roja), Arturo Borra y Laura Giordani.

Hoy, miércoles 23 de Marzo a las 19:30 hs. en La Nau-Vicerrectorado de Artes, Cultura y Patrimonio. Calle de la Universidad, 2 (Valencia).


Presentación del libro "Las prácticas literarias del conflicto", de Enrique Falcón


Algunos fragmentos del libro El amor, la ira de Enrique Falcón (Ediciones del 4 de Agosto, Logroño, 2006), tomados del blog de Laura Giordani.

2) Mirar de frente a la desesperanza y no bajar los ojos.
Por eso, escribimos.

11) COMMUNIO NON EST IDENTIFICATIO
La poesía política actual no representa a quienes se les niega la voz.
No deberíamos suplantar a los heridos.
Del mismo modo que es absurdo que el poema procure la identificación del lector con las víctimas, jamás debería hacerlo el poeta político que escribe desde Europa.
Debería inquietarnos el hecho de que pueda decirse de nosotros que elevamos la voz de quienes
viven en las cunetas de la historia.
Nuestra voz es nuestra voz. Si no, no hay esperanza.

40) TÁCTICAS DE COMBATE
Cuando nuestros poemas se vuelvan excesivamente autónomos, intensificaremos nuestra militancia en las organizaciones sociales de base y el trabajo en los talleres barriales de escritura.
Cuando nuestros poemas se vuelvan lastimosamente previsibles, reanudaremos la práctica del buceo en los abismos de la conciencia.

Desde esta tensión acuciada a la intemperie, no esperamos ser plenamente acogidos ya en ningún hogar.

41) Debería inquietarnos lo altamente inofensiva que resulta la poesía actual.

58) ESTAMOS EMPANTANADOS:
REPINTANDO LAS MADERAS PODRIDAS DE UN BARCO A PUNTO DE NAUFRAGAR
No podemos contentarnos con la idea de que, al naturalismo sentimental de la poesía de anteayer, le tenga que suceder hoy o el realismo ingenuo de quien muestra sólo lo evidente previsible, o el apunte metafísico de quien vive –como clase– entre algodones, o esa poesía académica tan ideológicamente impecable que ha perdido por completo el contacto real con los hombres y mujeres de su tiempo.
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Sobre los restos agotados de un pavo real urbano, se miran inmóviles –y completamente inútiles– cangrejos, lirones y búhos.
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Dos palmos más abajo, removiendo el subsuelo, las lombrices de tierra mientras tanto trabajamos.

61) RETRATO DE LA NUEVA LITERATURA
Nuestra poesía contemporánea dispone del público más receptivo que existe, puesto que lo componen sus propios poetas, cargados con cuchillos.
Asimismo dispone nuestra última poesía de la más capacitada comunidad culinaria de críticos
literarios. Para qué ocultarlo: hacedores de etiquetas para las mismas corbatas.

62) La menos advertida finalidad de buena parte de la poesía española reciente consiste en predisponernos a la resignación.
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64) Deberemos restituir el presente en el centro de nuestra acción literaria.
No la salvará el solo artificio.
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66) NUESTRO “COMPROMISO”
i. Nuestro esfuerzo literario no está “comprometido con el lenguaje” (y, mucho menos, con el oficio o con la obra propia).
ii. Nuestro compromiso literario lo es de carga política y espiritual.
iii. La expresión de esa dicción cargada es absolutamente lingüística.
iv. Nuestros artefactos son palabras.
v. El trabajo en que nos sumergimos para conseguir lo que buscamos se realiza desde la base del
material de la lengua y los registros del habla.
vi. Entre sus muchas posibilidades, contemplamos la distorsión de la lengua como parte constitutiva de un fuerte posicionamiento político y espiritual en el medio del mundo.
vii. Pero, aun metidos de lleno en la ductilidad de este material lingüístico, no estamos de modo
alguno “comprometidos con el lenguaje”.
Yaiza Martínez
Miércoles, 23 de Marzo 2011

El próximo domingo 20 de marzo a partir de las 19:30 h en la LIBRERÍA LA MARABUNTA tendrá lugar el acto POESÍA POR EL AGUA como protesta por la privatización de la gestión del Canal de Isabel II. Ese día miembros de la PLATAFORMA CONTRA LA PRIVATIZACIÓN DEL CANAL ISABEL II ofrecerán a los asistentes una breve charla informativa sobre la situación actual y después se leerán poemas en los que el agua será la protagonista.
POESÍA POR EL AGUA en Madrid
Yaiza Martínez
Jueves, 17 de Marzo 2011

Carmen Anisa
Texto elaborado por la escritora Carmen Anisa para la presentación de "Siete-Los perros del cielo" en Lucena (Córdoba), el 4 de marzo de 2011. Muchísimas gracias, Carmen.

Leer poesía es iniciar una aventura inagotable; parafraseando a Italo Calvino, “la buena poesía nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Al acercamos a la obra de Yaiza Martínez es preciso mantener los oídos muy abiertos, escuchar las palabras y ver cómo éstas van tejiendo un rico tapiz de significados. Yaiza posee esa prodigiosa cualidad que llamamos voz poética propia. Sus versos transmiten sincerad y fuerza; nacen de las vivencias de una mujer, de un ser humano, y forman parte de nosotros, de nuestro estar aquí en una intersección del tiempo y del espacio. Nos subyuga la poesía por el placer estético, pero una vez hallada la forma precisa, la musicalidad, buscamos como lectores una respuesta o un cobijo donde compartir unos interrogantes, para no estar solos ante el misterio.

Poemario de estructura arbórea, fractal

Los poemas de Siete-Los perros del cielo se despliegan en múltiples senderos que se ramifican y se encuentran. En palabras de Yaiza, este poemario “se escribió en un intento de interpretar la luz y su disgregación, sus posibilidades y sus trampas”. Conocer para dar sentido a nuestra vida, olvidar la linealidad del tiempo que configura nuestra mente para adentrarnos en una dimensión distinta, en otra percepción de lo que concebimos como realidad. Sabemos algo, o creemos saber algo, pero lo único que sabemos, como el filósofo, es que eso es nada comparado con lo mucho que ignoramos. Humildemente, desde lo pequeño, desde el canto, podemos crear sentido cuando aprendemos que formamos parte de un todo, de la vida, y que a ella nos debemos.

La estructura de Siete-Los perros del cielo conforma un nivel de significado; se trata de un libro unitario, fragmentado en varios poemas. Es la historia de un viaje y de un regreso: desde la luz que se divide, que se parte al otro lado del prisma en siete, hasta que en el último poema esa luz se concentra en su haz, vuelve a ser una. Ha sucedido en el sueño, como el sueño de Alicia y su viaje al otro lado del espejo. La letanía de la luz, rezo y repetición, constituye el comienzo y nos conduce hasta el final. Siete- Los perros del cielo presenta una “estructura arbórea”. Así aparece en la disposición tipográfica del poema que abre el libro. Versos como ramas, palabras como hojas y sal: “Todo se canta en una vibración numérica –concierto de hojas/o ruido de la sal”. Las hojas y la sal son el lenguaje, las voces que conforman la estructura fractal del poemario.

El fractal, esa figura geométrica en la que cada una de las partes conserva una relación de semejanza con la figura completa, no es sólo un concepto matemático. La esencia misma del lenguaje es fractal, y esto nos permite acceder a una cantidad de información infinita mediante un número finito de elementos: veinticuatro fonemas en nuestra lengua. El poema surge como un puente entre lo finito y lo infinito, entre lo que llamamos realidad y la trascendencia. La poesía eleva al máximo las posibilidades del lenguaje, desborda lo previsible, lo que acostumbramos a oír y decir en nuestra vida cotidiana. Y sin embargo el poema bebe de esa misma fuente: de los sonidos y sus combinaciones, de la experiencia y de lo cotidiano.

Sin estructura no existe el ritmo ni el poema. Yaiza se refiere a su poemario como un mandala en el que “el lenguaje que despliega alberga reiteraciones fractales e imágenes que se repiten en contextos diversos”. En el hinduismo y el budismo el mandala, es ese dibujo complejo, generalmente circular, que representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación. La mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas con intención espiritual: como los rosetones de las iglesias y la mandorla (almendra) del arte cristiano medieval. La mandorla, metáfora de la intersección del cielo y de la tierra, rodea a la figura sagrada, y es también el huso donde se ovilla el hilo que tejerá la trama. En palabras de José Ángel Valente, “la mandorla –espacio vacío y fecundante, donde se acoplan lo visible y lo invisible– es símbolo de sexo femenino”. De la mandorla surge el fruto, “la cabeza”, la vida.

Un segundo nivel, el ritmo

La estructura, como primer nivel de significado, se interrelaciona con el segundo nivel, el ritmo. Escribe Yaiza: “no concibo la escritura fuera del ritmo, y a ese ritmo me debo”. El ritmo interior, nacido del significado confiere al lenguaje una musicalidad plena, sin necesidad de rimas y artificios. En Siete cada elemento ocupa su lugar preciso; las sílabas, los acentos, las palabras y las pausas, la repetición de imágenes y versos son como las notas y las frases de una partitura. El título del poemario nos evoca esa relación entre el número y la música, de resonancias orientales y pitagóricas.

El siete es una cifra cargada de sentido simbólico: son los sietes colores en los que se disgrega la luz, pero también es el orden completo, un periodo, un ciclo, la gama esencial de los sonidos, de las esferas planetarias, el número de los pecados capitales y de las virtudes. Y es además el símbolo del dolor: “No hay hijo que venga al mundo sin sangre/ ni palabras que le eviten el dolor”. Pero a su vez, de forma reiterada, “el verbo recrea el mundo para hacerlo más tierra”.

El poemario está dividido en cuatro secciones. La primera es “La letanía de la luz”, el comienzo del canto, el pórtico en el que se dibujan los motivos y símbolos. Es el poema donde se enhebra el hilo para tejer la trama. El yo poético busca un sentido a esa estructura, hay que seguir la vereda que se inicia en el “decir”, en el lenguaje.
Yaiza Martínez
Lunes, 7 de Marzo 2011


Editado por
Yaiza Martínez
Yaiza Martínez
© Mamis & Mimos
www.mamisymimos.es

"Parten los Viajeros hacia la restauración de la Frondosa"


Cuaderno de campo vinculado al poemario "Tratado de las mariposas", de Yaiza Martínez. Imagen: Eva Lí.



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