La realidad se nutre de nuestra percepciones. Fuente: viviendoelespacio.blogspot.com
De nuestros pensamientos surgen nuestras realidades y ellas alimentan aquellas ideas que emergieron de nuestras percepciones.
De esta manera, lo que nos sucede está en sincronía con lo que creemos que somos. Una sincronía que hace emerger las posibilidades que generamos y que nos sirven para afianzarnos en nuestras perspectivas, o para cambiarlas si despertamos a lo ilusorio de nuestras concepciones. Nada está escrito. Las posibilidades de la historia son infinitas; es la voluntad, regida por la conciencia actualizada, la que materializa una opción e ignora todas las demás.
Lo que podemos conocer del futuro está marcado en el presente por las inercias del pasado. Pero el determinismo no es el protagonista. Conocer los factores en juego y, sobre todo, saber calibrar el nivel de consciencia alcanzado por los actores de esta historia, es lo que nos puede aproximar al escenario probable. Sin embargo, nunca tendremos la certeza de que éste se materialice tal y como lo hemos supuesto.
El suponer un cambio ya es un nuevo factor que se introduce en el juego, obligando a los jugadores a recolocarse de nuevo, generandose una probabilidad no tenida en cuenta. Por mucho que tratemos de atar el futuro, la realidad se escapa por los poros de los lazos con la que hemos tratado de asegurarla.
Pero, no queda más remedio que seguir ideando y materializando cosas, sin pretender alcanzar objetivos individuales. Es en el tejido social donde se refleja lo que podemos crear y cómo se recrea esa creación con la participación de todos. Nuestro papel es no renunciar a poner en el juego nuestras facultades, es nuestra parte de responsabilidad: los resultados de ese juego serán responsabilidad de todos los participantes.
De esta manera, lo que nos sucede está en sincronía con lo que creemos que somos. Una sincronía que hace emerger las posibilidades que generamos y que nos sirven para afianzarnos en nuestras perspectivas, o para cambiarlas si despertamos a lo ilusorio de nuestras concepciones. Nada está escrito. Las posibilidades de la historia son infinitas; es la voluntad, regida por la conciencia actualizada, la que materializa una opción e ignora todas las demás.
Lo que podemos conocer del futuro está marcado en el presente por las inercias del pasado. Pero el determinismo no es el protagonista. Conocer los factores en juego y, sobre todo, saber calibrar el nivel de consciencia alcanzado por los actores de esta historia, es lo que nos puede aproximar al escenario probable. Sin embargo, nunca tendremos la certeza de que éste se materialice tal y como lo hemos supuesto.
El suponer un cambio ya es un nuevo factor que se introduce en el juego, obligando a los jugadores a recolocarse de nuevo, generandose una probabilidad no tenida en cuenta. Por mucho que tratemos de atar el futuro, la realidad se escapa por los poros de los lazos con la que hemos tratado de asegurarla.
Pero, no queda más remedio que seguir ideando y materializando cosas, sin pretender alcanzar objetivos individuales. Es en el tejido social donde se refleja lo que podemos crear y cómo se recrea esa creación con la participación de todos. Nuestro papel es no renunciar a poner en el juego nuestras facultades, es nuestra parte de responsabilidad: los resultados de ese juego serán responsabilidad de todos los participantes.
Alicia Montesdeoca
Editado por
Alicia Montesdeoca
Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Alicia Montesdeoca es consultora e investigadora, así como periodista científico. Coeditora de Tendencias21, es responsable asimismo de la sección "La Razón Sensible" de Tendencias21.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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