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Recientemente hemos conocido un caso que se ha producido en el Colegio de Sonora respecto a tres brillantes investigadores mexicanos. Nuevamente podemos comprobar que las instituciones emplean los mecanismos científicos para ir en contra de la propia ciencia.


Dr. D. Eloy Méndez Sainz. Doctor en urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México; nivel III del Sistema Nacional de Investigadores. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Líder del Cuerpo Académico Nuevas Tendencias en el Noroeste de México y de la Red Ciudad, Turismo e Imaginarios. Ha sido profesor invitado de varias universidades en México y España. Su línea de investigación actual es la de turismo e imaginarios.

Dr. D. Juan Milton Jair Aragón Palacios. Dr. en Filosofía con Orientación en Arquitectura y Asuntos Urbanos
(Summa Cum Laude); nivel I del Sistema Nacional de Investigadores. Destacado experto internacional sobre Imaginarios sociales y hermenéutica de la ciudad. Ha publicado diversos artículos en revistas nacionales e internacionales y es miembro de la Cátedra de Hermenéutica Analógica del Instituto Superior de Filosofía de Valladolid (España).

Dr. Mario Alberto Velazquez García. Doctor en Sociología por El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ponente y conferencista en eventos especializados nacionales e internacionales. Ha sido profesor invitado en The Center for the Study of the Americas en la Copenhagen Business School. Sus líneas de investigación: políticas públicas; acción colectiva; políticas de turismo y educación; movimientos sociales y turismo.

Estos tres destacados investigadores, tal y como me han informado, han sido despedidos sin causa justificada de su actual centro de trabajo. Esta grave situación, poco científica y bastante política, provoca la interrupción de proyectos académicos de considerable importancia que estos reputados investigadores tenían bajo su responsabilidad. Además, y de repente, aquellas tareas de investigación que tenían asignadas no sólo como actividades propias de su institución sino también aquellas que se tienen concertadas con otras instituciones de México y del extranjero, derivadas de los convenios suscritos en su momento, que requieren cumplirse puntualmente, se ven sustancialmente afectadas.

Además, esta situación altera el gran prestigio que tienen estos investigadores, además de su trabajo dentro del Cuerpo Académico al que pertenecen. De hecho, dentro de la actividad a la que nos estamos refiriendo está la máxima responsabilidad de una red nacional de investigación en Turismo e Imaginarios.

Me resulta enormemente extraño comprender las razones por las cuales personas de gran nivel académico e intelectual se ven sometidas a este tipo de situaciones laborales. De ahí que piense que nuestro trabajo no está siendo realmente reconocido y valorado tanto a nivel externo, como interno.

Miércoles, 24 de Septiembre 2014
Nota

BITÁCORA