TRABAJO Y EMPLEO
Varias veces nos hemos ocupado en estas páginas de asuntos relacionados con el teletrabajo en Iberoamérica, donde existen varios grupos que se ocupan del mismo con gran entusiasmo tanto desde el punto de vista teórico como del práctico. Quizás en este último aspecto haya que citar a Uruguay, por la decidida orientación al negocio que tienen sus actividades. También son importantes los incentivos oficiales a las prácticas del teletrabajo en Costa Rica. Y no se puede olvidar en modo alguno a Argentina, que cuenta con impulsos oficiales al tiempo que de grupos universitarios super entusiastas e imaginativos. ¿No les he hablado, quizás, de las Torres de Teletrabajo? Imperdonable, porque es de lo mejor que he visto en mis ya largos años de estar a vueltas con el tema.

Las Torres de Teletrabajo son un edificio virtual para contratar teletrabajadores y ofrecer teleservicios, contratar una oficina virtual, publicitar los propios servicios, etc. Pero es mejor que pasen y vean.

También en estos días se están proyectando, en la CEPAL, la Comisión Económica para América Latina de la ONU, las actividades del Programa eLAC2010 (Plan de Acción Regional sobre la Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe) y dentro de ellas se recogen las del Programa de Teletrabajo, lideradas por el Ministerio Argentino de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Su objetivo general es “promover la construcción de capacidades en TIC para impulsar la generación de trabajo local, actualizar la información sobre desarrollo inclusivo y sostenible de la región a fin de facilitar el intercambio de experiencias regionales que permitan generar empleo en condiciones dignas, enfocando como prioridad los grupos vulnerados y promoviendo las buenas prácticas”.

Por cierto que el programa es encomiable en sus propósitos y objetivos, pero no llegamos a entender su Objetivo 6: “Acciones de cooperación para evitar la transfronterización. Actividades: Crear un Registro de Teletrabajadores y Teleempleadores de modo de eliminar el flagelo de la transfronterización del empleo que tanto perjuicio le causa a los Estados y en particular a la economía sustentable de los mismos”.

¿Será un error? Porque, de no serlo, opino que estamos ante lo que ahora se ha puesto de moda en llamar “oxímoron”, algo así como decir una cosa y su contraria al mismo tiempo. Porque, si he entendido bien, se trata de dificultar el teletrabajo transfronterizo, que es lo más cercano que puede haber a poner puertas al campo, según mi humilde opinión.

Pero a lo que íbamos. Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno que, como saben, se celebran anualmente, no se habían distinguido precisamente por su atención a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), pero es algo que va cambiando en los últimos años. Hace dos, concretamente, ya se hacía una recomendación a la SEGIB, la Secretaría General de esas Cumbres, para que se prestara atención a ellas, y el año pasado se aprobaba el Proyecto adscrito a las Cumbres “TIC y cohesión social”, en el que tuvimos una muy activa participación. Dicho Proyecto ha comenzado a desarrollarse en 2009, en los sectores de Ganadería y Turismo. Y continuará con otros sectores a lo largo de tres años.

Pero lo notable es que este año, en la recientemente clausurada Cumbre, celebrada en Lisboa, ya se hace mención al teletrabajo. Concretamente, en la denominada “Declaración de Lisboa” y en el punto 6 del capítulo “Acordamos”, se dice: Desarrollar e incentivar estrategias de fomento de la inserción laboral, la promoción del emprendimiento y la ampliación de las garantías y calidad laboral, incluyendo el empleo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) y el teletrabajo para la generación de trabajo digno.

Pues eso. Algo que empezó como un asunto de visionarios y se transformó en deseo y después en realidad, recibe el espaldarazo de las máximas autoridades de la Comunidad Iberoamericana.

Francisco Ortiz Chaparro


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