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Descubren que la piel 'habla' con el hígado

Un sorprendente hallazgo podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades cutáneas al resto del cuerpo


Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca han descubierto que la piel es capaz de comunicarse con el hígado. Este hallazgo, que ha sorprendido a los científicos, podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades de la piel al resto del cuerpo.


Universidad del Sur de Dinamarca/T21
09/12/2013

Uno de los ratones del estudio. Fuente: Universidad del Sur de Dinamarca.
Uno de los ratones del estudio. Fuente: Universidad del Sur de Dinamarca.
Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca‎ han descubierto que la piel es capaz de comunicarse con el hígado. Este hallazgo, que ha sorprendido a los científicos, podría ayudar a comprender cómo afectan las enfermedades de la piel al resto del cuerpo.

La profesora Susanne Mandrup y su grupo de investigación estaban investigando en otro tema, cuando hicieron este extraño descubrimiento: que la piel, el mayor órgano del organismo, puede "hablar" con el hígado. "Hemos demostrado que la piel afecta al metabolismo del hígado, y esto ha sido toda una sorpresa", explica Mandrup en un comunicado de dicha Universidad. El fenómeno fue observado en ratones de laboratorio.

Los investigadores estaban trabajando con lo que ellos denominan “ratones knock-out”, que son ratones a los que se les ha bloqueado (knock out) una proteína del grupo acil coenzima A (acil-CoA) que regula el metabolismo de las grasas.

Algunos de estos ratones presentaban una extraña piel grasienta, y tuvieron dificultades al ser separados de sus madres. En el período del destete, ganaron menos peso que otros, y mostraron un retraso en su desarrollo. Los análisis también señalaron que habían acumulado grasa en el hígado a partir de ese momento.

"Al principio pensamos que la acumulación de grasa en el hígado estaba relacionada con el gen que faltaba en el hígado de los ‘ratones knock-out’. Pero esto fue descartado por una serie de estudios, y tuvimos que encontrar otra explicación", detalla Ditte Neess, otra de las colaboradoras de la investigación.

Buscando otra explicación

Por eso, Neess y su equipo volvieron a analizar a los ratones arrugados y débiles. Su piel estaba grasa y resultaba permeable, por lo que perdían más agua que los ratones corrientes.

“Cuando pierden agua, también pierden calor. Nos preguntamos, por tanto, si esta pérdida de agua y calor podía ser la causa de que los ratones acumularan grasa en el hígado y se debilitaran al ser destetados”, explica Neess.

Para clarificar este punto, los científicos manipularon a algunos ratones para que éstos careciesen de la grasa vinculada a la proteína, pero sólo en la piel. De igual modo que los ratones completamente “knock-out” anteriores, estos otros animales presentaron dificultades tras el destete y acumularon grasa en el hígado. Esto demostró que la ausencia de la proteína vinculada a la grasa en la piel fue suficiente como para inducir la acumulación de grasa en el hígado.

Indagar más a fondo

Para llegar al fondo de cómo un defecto en la piel es “comunicado” al hígado, los investigadores decidieron cubrir los ratones con vaselina. Ésta evita que el agua se evapore de la piel y por lo tanto detiene la pérdida de calor.

Como resultado, la acumulación de grasa en el hígado desapareció. Pero, como la vaselina contiene grasa, que podría teóricamente ser absorbida por la piel o ingerida por los ratones, las investigadoras estaban un poco inseguras sobre los efectos secundarios de la vaselina.

Un estudiante propuso entonces cubrir a los ratones con látex líquido. Después de haber cubierto los ratones de látex azul, los investigadores vieron que la acumulación de grasa en el hígado desapareció de nuevo.

"Creemos que el escape de agua de la piel hace que los ratones sientan frío, y que esto conduce a la descomposición de la grasa en su tejido adiposo. La grasa descompuesta se mueve entonces hacia el hígado. Los ratones mueven energía de los tejidos al hígado", concluyen Mandrup y Neess.

Referencia bibliográfica:

Ditte Neess, Signe Bek, Maria Bloksgaard, Ann-Britt Marcher, Nils J. Færgeman, Susanne Mandrup. Delayed Hepatic Adaptation to Weaning in ACBP−/− Mice Is Caused by Disruption of the Epidermal Barrier. Cell Reports (2013). DOI: 10.1016/j.celrep.2013.11.010.



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1.Publicado por Cristian Montesdeoca el 11/12/2013 18:29
Los felicito por artículos siempre muy interesantes.

Pero la publicidad que sale como un rectángulo a la izquierda de la pantalla de algunos de sus artículos hace muy difícil e incomoda su lectura.

Por favor cambien este tipo de publicidad.

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