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Innovar es la principal motivación de los nuevos emprendedores

Les mueve la ambición, pero el dinero ya no es la finalidad de sus negocios


Los nuevos emprendedores están más interesados en innovar y en tener una experiencia gratificante al frente de sus empresas que en ganar dinero. A esa conclusión ha llegado un estudio llevado a cabo por Shell Livewire, mediante el cual trataban de saber cómo son los emprendedores del siglo XXI en comparación con los de los años 80. Además, y aunque les sigue moviendo la ambición, se consideran socialmente más reconocidos, desvinculan su actividad de la palabra “riesgo” y creen que tener una empresa es la vía para alcanzar otros valores vitales. Paul D. Morales.


Paul D. Morales
23/07/2007

Los emprendedores de la primera década del siglo XXI serían irreconocibles para los emprendedores de los años 80 según una encuesta de Shell Livewire. La encuesta, que contenía más de sesenta preguntas, fue contestada online por 863 empresarios británicos, el 56% eran hombres y 44% mujeres.

El 86% de los encuestados que dirigían su propio negocio se definirían a ellos mismos como “emprendedores”. Pero mientras que el 97% veía esa etiqueta como neutral o positiva, el 84% la consideraba completamente positiva.

También sentían que eran más apreciados socialmente que los emprendedores de hace treinta años. Así lo expresó el 60% de los que respondieron, mientras que el 65% creían que en la actualidad tenían mejor imagen que en los años del boom de Internet.

Además, el dinero no es ya el principal motivo por el que deciden montar su propio negocio. Sólo el 50% de los encuestados por Shell Livewire dijeron que el dinero era su prioridad. Al 63%, sin embargo, les motivaba llevar a cabo un proyecto innovador.

Nuevos héroes

Los emprendedores siempre han tenido un espejo en el que mirarse, empresarios a los que admirar por su forma de entender los negocios o porque han alcanzado el éxito. Los héroes actuales, según la encuesta, también han cambiado con respecto a los de hace veinte años. En los años ochenta el prototipo de emprendedor era Alan Sugar, el creador de los míticos ordenadores Amstrad y artífice en gran medida de la popularización de los ordenadores personales. Hoy, posee un imperio electrónico de mil millones de euros.

Los emprendedores del siglo XXI admiran a Richard Branson (el 84% de los encuestados así lo afirmaron). Richard Branson, el dueño de Virgin y de otros trescientos negocios, es el arquetipo de emprendedor más reconocible. No acabó los estudios y fundó su primera empresa a los quince años (una revista). Después creó una compañía de discos y hoy se le conoce sobre todo por su compañía aérea.

Una de las cosas que más admiran de él los encuestados es su idea de que, si se hace dinero con un negocio, es justo tener iniciativas que devuelvan parte de los beneficios a quienes lo originaron. La rentabilidad de las empresas no es lo prioritario; lo fundamental es llevar a cabo un proyecto del que sentirse orgulloso. La rentabilidad viene después, como consecuencia de ello.

Opción vital

Otra de las cosas que caracterizan a los emprendedores de hoy es que se sienten parte de lo establecido, es decir, no ven que tener un negocio propio les convierta en inconformistas o en héroes, como ocurría hace treinta años. Para ellos, ser empresarios es algo respetable y una opción vital.

Según la encuesta, la cultura empresarial de los años ochenta estaba más vinculada al riesgo y a atesorar la mayor cantidad de dinero posible. Hoy, ser emprendedor se concibe como una vía para conseguir otros valores, como la creatividad, trabajar con equipos dinámicos o disfrutar de una cultura corporativa acorde con sus intereses.

En concreto, la palabra riesgo ya no forma parte de los emprendedores actuales. Preguntados por las palabras que les definirían, sólo el 3% eligieron “riesgo”. La palabra más usada fue “ambición” (86%), seguida de “visión” (85%), “habilidad” para aprovechar las oportunidades (85%) y “creatividad e innovación” (81%)

La ambición ya no es una premisa ni un fin en sí misma. El emprendedor del siglo XXI elige hasta dónde quiere llegar y cómo sostener el tipo de vida particular que quiere llevar.

Bondades

Hace treinta años, el emprendedor se veía a sí mismo como bueno socialmente porque hacía crecer la economía. Hoy su bondad procede de su preocupación por los diversos temas con calado social. Preguntados por cómo definirían su función social, el 52% respondieron que inspirar a la gente era para ellos lo más importante.

Comerciar, llegar a acuerdos y negociar formaba parte de la cultura empresarial del emprendedor en los ochenta. Los emprendedores de este siglo se centran más en crear cosas nuevas, ya sean productos o maneras de funcionar dentro de la empresa.

Shell Livewire se dedica a promocionar a jóvenes empresarios británicos desde hace veinticinco años. Durante ese tiempo han promovido a 70.000 jóvenes, apoyándoles y dándoles asesoramiento.



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